Como si la historia se repitiera. Como si no bastara, como si nunca fuera suficiente. A pocos días de regresar del Encuentro Plurinacional de mujeres, Lesbianas, Bisexuales, Trans y Travestis, conocemos la noticia del femicidio de Sheila.

¿Te acordás cuando volvimos de ese Encuentro en 2016 y nos enteramos que en 7 días hubo 7 femicidios? ¿Nos recordás abrazadas en llanto ese miércoles negro de octubre? Parece aún hoy.

Sheila tenía 10 años. Desapareció el domingo en San Miguel. Estaba jugando en la puerta de su casa. La encontraron en una bolsa de basura.

En ese mismo momento, Viviana estudiante del Instituto de Formación docente 103 de Lomas de Zamora era asesinada por su ex pareja, que no dudó en dispararle en la nuca.

A Diana también la encontraron muerta en Río Negro. Durante dos meses la familia la buscó intensamente a pesar de que la policía aseguraba que se había escapado y que ya iba a volver. Diana tenía 15 años.

Patricia había denunciado a Eduardo Valenzuela por violencia. Se estaba preparando para viajar al Encuentro con sus compañeras de la Corriente Clasista Combativa. Esa noche estaba cuidando a sus nietxs cuando llegó Valenzuela, entró a la casa, la acuchilló y la arrastró hasta la calle sin vida.

Carolina era de Florencio Varela. Sobre ella los medios arremetieron con violencia, por mujer y por pobre. Nada se dijo de sus asesinos. La encontraron desangrada en la cama de un hotel, embarazada de 8 meses.

Un mes. No hay un solo mes en el que tengamos que gritar nombres, de Mujeres, trans y travas asesinadas. Un mes,un día, un segundo. Y nos matan a las pibas, a les pibxs. Perdemos en cada muerta por aborto clandestino, en cada acto de violencia machista, mientras el Estado misógino nos revictimiza y nos vuelve a violentar. Los gobiernos mientras tanto descargan en todo el país el ajuste, el recorte al Instituto Nacional de las Mujeres, a la línea 144 y a todos pero absolutamente todos los espacios vinculados a nuestras problemáticas.
Es tanta la perversidad, que se nos ríen, que nos dicen que es más importante una pared que nuestra vida. Las iglesias nos desean la muerte, el macrismo nos desea la muerte o un psicólogo, y del FMI ni hablemos, porque también nos condena al hambre, a la miseria y a la desidia.

Entonces hermana feminista ¿qué hacemos?
Por nuestro derecho a vivir y a vivir libres de violencia machista. Por nuestro derecho a decidir, a ser, a una vida digna. Por todo, vayamos por todo, salgamos a las calles compañeras, compañeres porque hay que derribar al patriarcado y terminar con las violencias que se reproducen y acrecientan bajo el capitalismo.

Organicemos y levantemos un programa de emergencia, que contemple el desarrollo y partida presupuestaria mayor para todos los programas vinculados a la atención y erradicación de la violencia de género.
Que el Estado garantice atención y centros de refugio para mujeres, trans y travas que denuncian violencia machista.
Atención y reparación económica.
Presupuesto para líneas de atención.

Vivas nos queremos
Libres nos queremos
Basta de violencia machista, basta de Femicidios, basta de transtravesticidios.
ABAJO EL PATRIARCADO PORQUE LO VAMOS A TIRAR
A las calles otra vez, por nuestro derecho a la vida

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