Dos acciones por demás de simbólicas signaron la previa del acto por el día de la independencia en Tucumán

El domingo 8 de julio, Tucumán se preparó para recibir a todo el país. Como todos los años, se sabe que al día siguiente la provincia será un escenario que se repetirá en todo el territorio nacional, y cada acción contará con millones de espectadores y espectadoras.

En la antesala de un nuevo aniversario de la independencia, Tucumán fue testigo de la unión de quienes promueven el aborto clandestino y quienes desprecian la democracia.

La peregrinación de los gauchos

En la Plaza Independencia se encuentra la estatua de la Libertad, hecha por la escultora Lola Mora que, a su vez, tiene a su alrededor pañuelos blancos que fueron pintados el último 24 de marzo, como símbolos de la democracia y de la lucha histórica de diversas organizaciones por la memoria, la verdad y la justicia.

Cerca de la medianoche, en la víspera del 9 de julio, dos individuos vestidos de gauchos y con su cara tapada vandalizaron con aerosol esos pañuelos, pintándolos de negro para intentar taparlos.

Aunque intentaron huir cuando la policía provincial llegó al lugar, la intervención de distintos vecinos y vecinas que estaban presentes y que rápidamente hicieron circular las fotos por las redes sociales determinó que fueran detenidos y que, hasta el momento, se encuentren alojados en la Comisaría Primera de la ciudad capital.

En su cuenta de Facebook, además, una usuaria relata que quienes taparon los pañuelos habían sido increpados por dos jóvenes por su actitud, y ante ello habrían respondido que lo hacían “porque no los representan”.

En su intento de fuga, los “gauchos” casi atropellan a un agente de la policía mientras conducían un Fiat Palio de color rojo, propiedad de Rubén Coletti, cuya cuenta en redes sociales destila odio hacia todo lo popular.

La municipalidad de San Miguel de Tucumán

En su intento de sumarse a los festejos por el 9 de julio, el municipio de la capital provincial promovió unos afiches en la vía pública donde se pronuncia a favor “de las dos vidas” de una manera grotesca.

Esta manifestación de la gestión de Germán Alfaro guarda sintonía con lo que exhibieron hace un mes sus coterráneos en la sesión de Diputados en que se le dio media sanción a la ley de interrupción voluntaria del embarazo: la mayoría votó en contra de la propuesta.

“Tucumán cuna de la Independencia, cuna del niño por nacer” dicen los afiches. La última vez que alguien comenzó una frase de la misma forma fue el genocida Antonio Domingo Bussi, durante la dictadura. En ese caso era “Tucumán cuna de la Independencia, sepulcro de la subversión”. Las comparaciones son odiosas a veces, pero más odio destilan aún quienes desde la gestión pública están en contra de la ampliación de derechos para las mayorías.

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