Parece que junio es un mes rebelde, que quema en su historia y en su presente. Por su reciente 25, sus 26 de hace casi dos décadas habitando un puente y por sus 28 de hace ya casi medio siglo. 28 de junio de 1969, Nueva York, Estados Unidos. Esa noche, la policía local realizó una razzia en el pub LGBT Stonewall Inn, como tantas otras veces. Y como tantas otras veces, hubo detenidxs y heridxs a causa del accionar de la misma policía. Pero algo fue diferente esa noche, algo transformó a esa noche en la primera noche. Y fue la revuelta. Luego de la razzia y las detenciones arbitrarias, miles de personas, y, sobre todo, travestis, lesbianas y maricas (pongamos nombres, que lo que no se nombra no existe) se concentraron en la puerta del bar y se enfrentaron a una policía que no pudo contener la situación. Una multitud se reunió en ese lugar durante toda esa noche y los días siguientes hasta que se consiguió la liberación de lxs detenidxs.
Desde 1970, se comenzó a marchar cada 28 de junio, primero en algunas ciudades de Estado Unidos, extendiéndose rápidamente a otros países del mundo, y se le puso un nombre a ese impulso de recordar, revivir y trascender la rebeldía de ese día en una lucha más permanente: ORGULLO. Orgullo como valentía de existir a pesar de la represión en todas sus formas. Orgullo porque para la Iglesia es un pecado. Orgullo porque nos gusta mucho ser quienes somos y, sobre todo, porque no podemos evitarlo. Orgullo porque queremos transformarlo todo. Orgullo disidente y feminista contra un sistema heterosexista y patriarcal.
En nuestro país, desde hace ya muchos años, la Marcha del Orgullo se realiza en noviembre conmemorando el surgimiento del primer grupo de activismo LGBT, Nuestro Mundo, surgido en noviembre de aquel orgulloso 1969. El grupo Nuestro Mundo fue el primer paso de un movimiento que lleva medio siglo de historia. Luego vendrían otros grupos, de diferentes características, el Frente de Liberación Homosexual durante los años ’70, y grandes activistas durante los ’80 y ’90 (Carlos Jáuregui, Ilse Fuskova, Lohana Berkins, Diana Sacayán y tantxs otrxs). El movimiento LGBT, el movimiento disidente, tiene historia. Es nuestra la tarea de recuperarla y hacerla propia. Aprender de ella y de sus conquistas, hacer memoria disidente, que también es memoria de nuestro pueblo y su lucha de clases.
Estamos en un momento de importante disputa ideológica. Mientras los discursos del odio encuentran un respaldo a nivel político a partir de un gobierno que no esconde ni maquilla su fuerte impronta reaccionaria, distintos sectores conservadores de la sociedad civil expresan una violencia que va dejando de ser políticamente incorrecta y se expresa cada vez más frecuentemente en ataques y crímenes de odio. Por el otro lado, escrachamos a los que llevan a cabo estas violencias machistas, porque les molesta que podamos expresarnos y hacernos visibles, sintiendo que tienen poder sobre nuestros cuerpos. Tal fue el caso del travesticidio de Diana Sacayán, en cuyo juicio hemos conseguido una conquista histórica: lograr que se reconozca la figura de travesticidio y se sentencie al travesticida de Diana a cadena perpetua. Otro caso es el de Joe Lemonge, un varón trans atacado en su casa de la Provincia de Entre Ríos y que hoy enfrenta un proceso judicial que lo castiga y criminaliza por defenderse.
Hace tres años que el colectivo travesti-trans abraza esta fecha para gritar con fuerza algo tan simple como impostergable: que no las maten. La situación de lxs compañerxs trans es muy grave: las travestis tienen una expectativa de vida de tan solo 35 años, sufren cotidianamente muchos tipos de violencias y no acceden a los sistemas de salud, educación y trabajo. Desde el feminismo que estamos construyendo levantamos sus banderas, porque son compañeras en esta lucha y porque es necesario visibilizar la especificidad de su reclamo. Las acosan, agreden y matan por no atenerse a la cis-heteronorma.
Por todo esto mañana a las 18 marcharemos de Plaza de Mayo al Congreso en el marco de la 3° Marcha Nacional Contra los Travesticidios y Transfemicidios que se realizará en distintas ciudades del país, para seguir gritando bien fuerte y en manada:
¡Basta de travesticidios y transfemicidios!
¡Cupo laboral trans ya!
¡Separación de la Iglesia del Estado!
¡Aborto Legal ya! ¡Será ley!