El pasado miércoles 23 de Mayo se aprobó en la Legislatura cordobesa la modificación del convenio colectivo de trabajo de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba.
El “ahorro” que pretende la Provincia será de $120 millones por la reducción del beneficio de energía diferenciada y la eliminación de los fondos compensadores. Por otro lado, EPEC (*) lanzó un plan de retiros voluntarios con el que buscan jubilar a 800 trabajadores y trabajadoras. Este punto reduciría la erogación en salarios en $30 millones. El Proyecto fue aprobado con el voto del oficialismo a excepción de los legisladores de vertiente sindical, el bloque de Cambiemos se abstuvo conjuntamente con el legislador oficialista del Movimiento Evita.

Esta modificación apunta a quitar derechos ganados por los y las trabajadoras, en línea con las políticas Nacionales. El modus operandi de los gobiernos viene siendo el mismo en todos los niveles (Nacional, Provincial y Municipal), generar una operación mediática que muestre como beneficios derechos ganados genuinamente a través de luchas históricas y de esta manera realizar una reestructuración de los costos operativos de la empresa cuya variable de ajuste es el trabajador.

 

La lucha de las y los trabajadores de Luz y Fuerza.

Desde que se conoció la noticia de esta reforma la participación de las y los trabajadores viene creciendo llegando a una masiva asamblea donde, por unanimidad, se resolvió un plan de lucha de asambleas por turno para sostener el debate desde las bases los días siguientes y culminar con una movilización convocando a la sociedad cordobesa el pasado jueves 24 de mayo.

En este marco conversamos con el Gringo Emilio, compañero de Luz y Fuerza, trabajador de EPEC, quien nos comenta los puntos centrales del conflicto, el origen del convenio colectivo actual y las modificaciones que hace el gobierno de la mano de la gerencia.

¿Qué desencadenó el conflicto en Luz y Fuerza?

El conflicto se desata por la interrupción unidireccional del diálogo, la violación permanente del convenio colectivo de trabajo y la clara intencionalidad de privatizar una empresa del pueblo cordobés y argentino. No es de ahora. Comienza a raíz de una prolongada destrucción de áreas estratégicas de la Epec que provocan serios problemas al personal para mantener el servicio, el encubrimiento de maniobras económicas poco claras que determinan perdidas millonarias y una intencionalidad política de nivel Nacional y Provincial que se ilumina como caras del neoliberalismo de la nueva era. Ahora es público. Pero la discusión comenzó ya con el presidente (de la empresa) Giovine, quien al igual que toda la gerencia fue colocada a dedo por el gobernador de turno. Ojo, no es que antes hicieran las cosas bien. Solo que desde entonces se logró una mesa de diálogo con la empresa que nos permitió mantener el servicio. Porque somos las y los trabajadores quienes sabemos cómo hacer funcionar esta enorme empresa. Como dije, el maltrato fue el detonante. De pronto una mañana nos encontramos con un nuevo Directorio que decidió dar la estocada final y desconocer nuestros derechos. Al no conseguir apoyo a nivel gerentes, simplemente los cambió por aquellos que Jorge Triaca sugirió a Juan Schiaretti.

¿Cuáles son los puntos críticos que pretenden modificar del convenio?

No hay puntos críticos. Esa es la pantalla con la que quieren ganar la aprobación de la gente usando los medios masivos de difusión para impregnar de mentiras la opinión pública. Epec, la empresa donde desean achicar costos, pagó en Abril 36 millones de pauta publicitaria. Es obvio que una empresa que no tiene competencia en la provincia, no necesita tal gasto. Pero esa pauta obedece a las mentiras ensambladas que tratan de corromper la voluntad popular enfrentando el pueblo con quienes pretendemos defender el pueblo. Para ser más claro aún. No quieren modificar un punto. Quieren modificar todo. ¿El motivo? Desde quienes formamos una línea de pensamiento nacional, pensamos que nuestro convenio debe ser el estandarte que lleve a la unión de la clase obrera, de los pobres y oprimidos. Pensamos que todos deben tomar como base nuestro convenio para elevar los derechos de cada sector. Creemos en igualar para arriba. No tenemos ningún privilegio, son derechos que nos costaron muerte de compañeros y compañeras, miles de luchas y que pensamos defender con nuestras vidas. El pueblo debe entender quién es su verdugo para poder elegir su libertad. Lo difícil será comunicarlo, pero la unidad nos dará la victoria. El problema es la intención del gobierno nacional de fragmentar y debilitar el sector obrero para lanzar la ley de flexibilización laboral. A la gente hay que contarle la verdad. Si no nos unimos en la lucha en contra de este grupo de traidores, vamos a pasar hambre. Hambre en serio. Contra eso está nuestra defensa del convenio, queremos que no se toque y si quieren discutir la flexibilización laboral, tendrán que enfrentar nuestra posición «todo el pueblo merece este convenio».

¿Qué relación tuvo Tosco con el alcance del actual convenio?

Tosco es el espíritu mismo del convenio. Su pensamiento futurista hace que cada artículo esté redactado de un modo inviolable para la patronal, pensando en un solo sentido, la dignidad. Agustín Tosco nos brindó las herramientas para construir las bases de una clase obrera unida que bregara por la dignidad de los y las trabajadoras en su conjunto. El alcance es total. Su espíritu un fuego de lucha. Su ejemplo un faro y su sueño, una Argentina en paz, productiva, con trabajo digno, es nuestra lucha.

¿Qué perspectiva de lucha se visualiza hacia adelante?

Esto es algo personal pero que representa un pensamiento horizontal que venimos trabajando dentro de luz y fuerza y es la unidad. Veo que la sociedad está a punto de vivir un momento histórico, que debemos escribir con una página de victoria popular o mirar con vergüenza a nuestros hijos, hijas, nietas y nietos etc. cuando no haya una bandera celeste y blanca flameando, cuando se trabaje por comida y la esclavitud legal sea, tal como lo desean, todo para pocos, y hambre para el pueblo. La perspectiva, en un análisis profundo y sincero, asusta un poco. Tenemos un país que va indefectiblemente hacia una crisis aún peor que las ya conocidas. Temo por la paz. Este gobierno no tiene corazón y su constante provocación al pueblo que en parte le votó, va a provocar un estallido social sin dudas. Pero dirigentes egoístas que buscan que esto suceda para obtener rédito político, no se dan cuenta que esta vez puede ser muy distinto el plan del imperialismo. Por eso, creo en la lucha. En la unión de quienes son minorías o no responden a dirigentes claramente entregados al yugo del patrón de turno, o atados por sus propios actos de corrupción que les impiden siquiera expresar la voluntad de sus representados. Creo en esa unión y esa fuerza. Pero, así como se empieza se debe saber parar. Y ahí estará, la voz que deberá ser escuchada. Un cuerpo sin cabeza no es más que fuerza sin sentido, y una cabeza con ideales pero sin cuerpo, es un sueño bonito por el cual no se puede hacer nada.

El futuro siempre estará en manos de quienes se animen a domar los inconvenientes con sensatez. La clase trabajadora esta llamada. hacer o padecer será nuestro destino. Habrá que impedir el vaciamiento y endeudamiento del país, tomando parte de las instituciones como órganos de un pueblo vigilante y defensor de sus derechos, que a toda costa debe llevar el conflicto a una elección. Y cuando ésta se de, hacer uso del arma más temida por las y los traidores de la patria y votar un proyecto, no una persona. Un proyecto que nazca de cada sector, desde abajo hacia arriba. El pueblo debe decir cómo quiere que sea su país. Y a ese país defenderlo entre todos. Esa es mi perspectiva. Esa es la esencia de mi lucha, esa es la convicción con la que quienes pensamos distinto nos unimos en puntos comunes. Que sea bien, que sea para el pueblo y Dios quiera así sea.

(*) Empresa Provincial de Energía Córdoba.

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