Las turbulencias económicas ponen de relieve las contradicciones del modelo macrista, que no puede avanzar en su proyecto neoliberal si no es a costa de desgastar su base social. Para quebrar las medidas antipopulares necesitamos la más amplia unidad de acción en la lucha. Sobre esa base, desde la izquierda debemos construir una alternativa política con alcance de masas, para lo que es fundamental superar el sectarismo y la fragmentación.

 

El cierre de abril dio cuenta de las contradicciones que atraviesa el proyecto de Mauricio Macri. El conflicto económico y político alrededor del aumento de tarifas, junto a la corrida del dólar y la devaluación correspondiente, cuyas consecuencias aún están abiertas y que obligó al gobierno a improvisar un cambio de política monetaria, ponen en primer lugar los límites del modelo económico de Cambiemos.

En su apuesta a ganar el favor de los mercados y promover una reestructuración económica de corte neoliberal, el gobierno está jugado a bajar el déficit fiscal y en ello ocupa un lugar central la modificación en las tarifas –cuyos precios, al igual que los hidrocarburos, están dolarizados- que benefician a las empresas de servicios y deterioran gravemente a amplios sectores de la población. Es tan alevosa la situación que tanto los medios de comunicación oficialistas, como el PJ y sectores de Cambiemos la cuestionan abiertamente y promueven revisar el mecanismo de aumentos. El tema puede llevar a un conflicto político mayor a partir de una posible revisión parlamentaria y el presumible veto del presidente, quien está jugado totalmente a contar con el apoyo del gran capital financiero, y mostrar al FMI que cumple con las metas del programa de ajuste neoliberal.

En esa perspectiva se inscribe la presentación de un nuevo capítulo de la reforma laboral al congreso, donde se incluye el blanqueo laboral (una beneficiosa moratoria para los empresarios negreros), el impulso de un régimen de pasantías (legalizando nuevas formas de precarización) y un acuerdo con la burocracia sindical de la CGT para aminorar los reclamos judiciales de quienes son mal atendidos/as en las obras sociales.

Pero la autoridad del macrismo ante los organismos y prestamistas internacionales está devaluada, entre otras cosas porque no ha demostrado capacidad de orientar las principales variables económicas. La inflación es el tema recurrente y sobre el que el equipo de gobierno muestra un fracaso rotundo. De mantenerse el ritmo de estos primeros meses, el año terminará con un 25% de inflación, repitiendo las cifras de 2017, es decir, sin aminorar en nada su ritmo de crecimiento. Es en este cuadro que se desató una corrida del dólar, frente a la cual el Banco Central no sólo intervino vendiendo dólares (lo que costó ya más del 10% de las reservas) sino que aumentó 3 puntos la tasa de interés superando el 30%, con la expectativa de retener los dólares en el país, lo que agudiza el perfil especulativo de la economía nacional. A esto hay que sumar que el próximo 16 mayo deberá pagar Lebacs cuya tasa también acaba de subir. A su vez el proyecto gubernamental se basa en un alto endeudamiento, que ya se acerca al 60% del PBI, pero cuyo flujo puede disminuirse sensiblemente ante el encarecimiento del crédito por la elevación de tasas de interés de EEUU. El pago de deuda es un tema sensible: ya el Instituto Internacional de Finanzas, que reúne a sectores del gran capital financiero, señaló críticamente la dinámica económica argentina, poniendo en duda su futura capacidad de pago de deuda.

De esta forma, el gobierno pierde apoyo en sus filas aliadas y parte de su base social (aunque aún cuenta con altos índices de aprobación), lo que genera muestras de preocupación en el entorno gubernamental; y al mismo tiempo no logra ser considerado por el gran capital trasnacional, que no sólo no invierte, sino que amenaza con encarecer el crédito.

En la lucha contra el macrismo se destaca, de este modo, el rechazo al aumento de tarifas que golpea en primer lugar a los sectores populares. Esta lucha debe ir de la mano de una salida popular frente al tarifazo, basada en que los grandes grupos económicos, en primer lugar las empresas de servicios públicos, asuman los costos de la crisis actual. En términos más generales, esta situación está ligada a rechazar un gobierno formado por los CEOs de las grandes empresas y que está rematando a nuestro país por medio de la deuda externa.

 

Unidad de acción y alternativa de izquierda

Para dar la lucha contra este proyecto de ajuste y entrega, hay dos tareas fundamentales que están planteadas: lograr la más amplia unidad de acción en las luchas y erigir una propuesta política unitaria desde la izquierda que pueda perfilarse como alternativa frente a amplios sectores de masas.

La unidad de acción es fundamental porque es la que puede hacer torcer la balanza de la situación en favor del pueblo trabajador. La fuerza de las movilizaciones de diciembre no deja lugar a dudas: la unidad de diversas corrientes políticas y sociales, empalmando con amplios sectores de la clase trabajadora y el pueblo, puede poner un límite real a la ofensiva macrista.

Se trata de una táctica compleja porque supone la intervención conjunta en acciones puntuales con sectores con los que tenemos diferencias (incluyendo dirigentes sindicales traidores y personeros de los partidos patronales), pero que nos permite avanzar en la defensa de intereses populares.  Es difícil además porque esos sectores tratan de aminorar o boicotear la participación de la izquierda. Es lo que pasó por ejemplo el 24 de marzo, cuando los organismos de DDHH kirchneristas se negaron a impulsar una movilización conjunta a Plaza de Mayo con los sectores de izquierda y populares nucleados en el Encuentro Memoria Verdad y Justicia quienes en su mayoría propusieron la realización de un acto contra la represión y la impunidad en donde estuvieran las voces de los diversos actores.

Aún así, el desarrollo creciente de luchas unitarias es algo que se destaca y que debemos defender, como se pone a la vista en las luchas por la legalización del aborto; en la pelea de los movimientos sociales contra el ataque gubernamental, en la pelea en defensa de los medios públicos, o en la campaña por “más para educación” en Mendoza encabezada por el SUTE.

A su vez, es preciso ligar estas luchas con un proyecto político alternativo cuyo eje articulador es la izquierda, único campo que expresa una superación del proyecto neoliberal actual y del “capitalismo en serio” de la década pasada. La izquierda es el único actor que plantea una disputa política, no en función de un nuevo “mal menor” (un presumible candidato del PJ que exprese el consenso entre diversos gobernadores y sectores internos), sino con una propuesta de cambio real en función de los intereses de las mayorías de este país.

Ahora bien, esta orientación necesita ser reforzada para convertirse en una propuesta que llegue y entusiasme a amplios sectores de masas. La crisis relativa del kirchnerismo abre ciertas condiciones para interpelar a compañeros y compañeras que -habiendo apostado o no a esa experiencia- hoy buscan una salida al macrismo que no puede nunca estar contenida en los acuerdos de cúpulas con el PJ. Pero como izquierda aún no hemos logrado dar ese salto hacia adelante.

La relativa fragmentación que mostró el primero de mayo, así como el retroceso en las posiciones del FIT (que a contramano de años anteriores, decidió excluir de su acto en Plaza de Mayo a las fuerzas que vienen acompañando este frente político) dan cuenta de la persistencia de prácticas divisionistas que alejan a la izquierda de una posibilidad que está planteada: construir una propuesta unitaria, centrada en un programa de izquierda, que pueda disputar a un nivel de masas y ser referencia para millones en nuestro país.

De la madurez de la izquierda, y de la posibilidad de combinar audazmente la política de unidad de acción con la conformación de una propuesta política alternativa, dependerá en gran medida que el movimiento popular salga fortalecido en este período político.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí