Nuestro partido nació pocas horas antes de que se diera a conocer las denuncias públicas de “las pibas no nos callamos más”.
En nuestro congreso fundacional, resolvíamos que un eje indispensable para consolidar el partido que estábamos fundando era llevar adelante como tarea jerarquizada la despatriarcalización de nuestra propia organización. Con esa decisión, entre muchas otras, salimos a transitar un nuevo camino después de mucho esfuerzo colectivo, entrega entusiasta y militancia compartida en el proceso de unidad que habíamos comenzado poco más de un año atrás.
El grito de “las pibas no nos callamos más” muchas de ellas militantes de Marcha Guevarista del Pueblo, se esparció prontamente recibiendo la solidaridad, Sororidad y el acompañamiento del movimiento de mujeres en general y de distintas organizaciones, tal nuestro caso.
Esas primeras voces de las compañeras, habilitaron la palabra de muchas otras más, que públicamente o en sus organizaciones denunciaron distintos tipos de violencias machistas. En nuestro caso, también escuchamos a compañeras que realizaban denuncias contra militantes de nuestro partido. Distintos tipos de violencias ejercidas por varones de Venceremos eran puestas en palabras por compañeras.
Así comenzó el proceso de abordar estas denuncias, marcado profundamente por el aspecto fundacional de nuestra organización y el fuerte impacto político de la denuncia de las compañeras de “las pibas no nos callamos más”. También es necesario resaltar que todo este proceso se da en momentos de acumulación del movimiento feminista, antecedido por la fuerte historia de lucha de las mujeres trabajadoras y colectivos disidentes.
Este escenario, sin duda, comenzó a poner a prueba tanto nuestra definición estratégica de bregar por el feminismo revolucionario, como así también ponía a prueba nuestra decisión política de despatriarcalizar el partido.
Hoy, a pocos meses de comenzado este camino, podemos afirmar lo doloroso que es transitar por un proceso de resolución de denuncias por violencia machista hacia militantes de nuestro partido. Proceso que sin dudas nos encontrará con avances y retrocesos, con aciertos y errores. Proceso que también responde al perfil militante que buscamos forjar en nuestro partido.
Una premisa que guió nuestros primeros pasos fue que la prioridad son las compañeras, la escucha y respeto a su palabra. Y esa premisa se acompañaba de la separación inmediata del denunciado de sus espacios de participación partidaria y de los espacios de militancia cotidiana.
Estamos convencidas y convencidos, que hemos cometido errores, que aún nos falta mucho por aprender y poder dar respuestas. Que de cada situación abordada, nos surgen nuevas preguntas, que frente a cada decisión surgen nuevos señalamientos y consideraciones. Somos conscientes también que situaciones como esta, tensionan fuertemente la vida de nuestra organización como colectivo pero también a cada una y cada uno de nuestras/os militantes. Sin embargo, estamos convencidxs de que este mismo proceso es indispensable como fortalecedor para el conjunto de nuestra militancia y del campo popular del cual somos parte.
Podemos decir, que hemos expulsado a militantes varones de nuestro partido por el ejercicio de distintos tipos de violencias hacia mujeres. Que a partir de la experiencia transitada y con el aporte del proceso de otras organizaciones compañeras hemos construido un Protocolo de acción ante denuncias de situaciones de violencias, de carácter provisorio aún, para ser mejorado y revisado a partir de la práctica concreta.
Ahora, comenzamos a proyectar un trabajo de construcción de nuevas subjetividades, un proceso largo de revisión de las prácticas cotidianas impregnadas por el patriarcado y el machismo. La construcción de espacios de varones, de mujeres y disidencias que nos ayuden a re construirnos como militantes que queremos que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos.
Nos sentimos llamadas y llamados a ser consecuentes con nuestras decisiones políticas y definiciones estratégicas, somos cada vez más conscientes de que “el conjunto de decisiones adoptadas tiene la clara orientación de hacer praxis el feminismo revolucionario y de dar inicio a un decidido proceso de despatriarcalización que supone que las mujeres y disidencias den/demos un paso al frente en el conjunto de dimensiones que hacen a nuestra vida partidaria, así como la acción decidida de parte de los varones por abandonar sus privilegios.”
Venceremos – Partido de Trabajadorxs – 15/02/2018