La última temporada en Mar del Plata fue la peor en los últimos 20 años. Casas y departamentos vacíos, comercios cerrados y playas deshabitadas fueron las fotografías que nos quedaron a las y los marplatenses. Pese a un aparente crecimiento en la segunda quincena (que además se vio opacado por los grandes tarifazos), el turismo, los hoteles y la gastronomía no lograron repuntar. La organización de las y los trabajadores ante la flexibilización laboral y el desempleo es la única alternativa.

Estamos acostumbrados/as a que el verano sea la época del año en la que aumenta la posibilidad de acceso al trabajo de la juventud (aunque súperexplotado por carga de horas), las fábricas contratan laburantes y crecen sectores importantes como la construcción. Si una temporada es mala, significa que el resto del año la posibilidad de acceso al trabajo lo será todavía más.

Entrando a una nueva temporada nos encontramos con que la situación económica del país no ha mejorado, y tampoco la situación local. La patronal del transporte ya pidió que el Concejo Deliberante trate el aumento de la tarifa plana de colectivo, al que ya nos tienen acostumbrados/as todos los veranos, llevándolo a 10,99$ y por ende, a uno de los más caros del país. La flexibilización laboral y la desocupación muestran que a un porcentaje importante de la clase trabajadora marplatense se le aplican desde hace tiempo condiciones de trabajo que hoy se pretende legalizar en varios puntos de la reforma laboral.

Luego del informe del INDEC del año pasado, que señala nuevamente a Mar del Plata como capital de la desocupación, la gobernadora de la provincia y el presidente se hicieron presentes en nuestra ciudad con el fin de anunciar inversiones, aumento de la productividad e incremento en los puestos de trabajo. Las inversiones que anunció el gobierno de Cambiemos la temporada pasada no solo no mejoraron las condiciones de vida de la clase trabajadora marplatense, si no que las empeoraron.

El 1 de enero del año pasado se inauguró la nueva planta en el Parque Industrial de la empresa Havanna, con un acto donde estuvieron presentes Carlos Giovanelli, cara visible de los capitales propietarios, Macri, Vidal y el intendente Arroyo. En ese discurso demostraron lo bien que le está yendo a la empresa. Nombraron adelante de todos los y las laburantes los más de 200 locales que posee Havanna en el país, entre propios y franquiciados, y su expansión comercial en América, Estados Unidos, Europa y Oriente.

Pero esta expansión no implicó mejoras en las condiciones de trabajo y salariales. Desde su mudanza al Parque Industrial, la patronal ha endurecido su política hacia las y los trabajadores. La “familia” Havanna ha comenzado a despedir trabajadores/as, y apunta con todas sus fuerzas a seguir reduciendo los “costos” laborales con la modificación del premio de presentismo.

Por otra parte, las inversiones anunciadas en el puerto tampoco modificaron las condiciones de vida de los trabajos precarizados, estacionales e insalubres que lo caracterizan. En la ciudad que creció “de espaldas al mar”, el crimen obrero de la patronal y el Estado que expresó la muerte de los trabajadores del buque El Repunte es un baldazo de agua fría sobre la realidad que vive nuestra clase, ya que la industria pesquera es una de las principales fuentes de trabajo a nivel local.

La ciudad de Arroyo, de pocos y para pocos, continuó y profundizó las acciones estatales a favor de los monopolios que caracterizaban al anterior intendente Pulti, apadrinado por Aldrey Iglesias, uno de los dueños de la ciudad. Los balnearios, el transporte, las empresas de gas y de luz y las patronales portuarias son los que se la llevaron y llevan en pala.

La situación política después de las elecciones muestra un intendente que no aparece en los medios de comunicación y que fue borrado de la última campaña electoral, después de problemáticas declaraciones en las que se refirió a las “épocas felices” de la última dictadura militar de nuestro país, o cuando festejó el Día de la Hispanidad el 12 de Octubre. El gobierno de Vidal realizó una intervención directa, analizando que Mar del Plata era un distrito clave para la victoria en la provincia de Buenos Aires (por la cantidad de votantes y por el análisis de que podía crecer su caudal de votos respecto al 2015). Así, Cambiemos se consolida a nivel local teniendo mayoría propia simple en el Concejo Deliberante.

Desde abajo

La violenta represión a las organizaciones sociales que se encontraban en la toma de Desarrollo Social, que incluyó la amenaza a un compañero con un arma en la cabeza, seguida por la amenaza de desalojo a otra organización social que estaba tomando Desarrollo Productivo con un gran operativo, marca el camino del intendente Arroyo y Cambiemos.

Por abajo, algunas luchas van mostrando que hay una organización de las y los trabajadores que queremos enfrentar el ajuste, la represión y transformar esta ciudad.

Los familiares del Repunte, con las mujeres al frente luchan porque no haya Ningún Hundimiento Más.

También en este escenario una lista democrática recupera la comisión interna de la principal fábrica textil de la ciudad y una de las más grandes de Latinoamérica: Textilana. Es sin duda una salida a favor de la organización de las y los trabajadores que la vienen peleando en la fábrica con distintos procesos de lucha.

Necesitamos construir experiencias democráticas y de lucha del movimiento obrero y popular que se puedan poner a la cabeza de la construcción de una Mar del Plata que deje de ser de y para unos pocos. Desde nuestro partido, aportamos en ese camino.

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