Aunque parezca irónico, desde el monumento a San Martín, el 16 de Octubre, el intendente Carlos Arroyo celebró el Día de la Hispanidad cerrando el acto al grito de “¡Viva España!”.
A 76 días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado por la Gendarmería en el marco de un reclamo del pueblo mapuche, Arroyo reivindica “la sangre española” en un acto público: “No tienen que estar agradecidos los españoles de Argentina, sino los argentinos de España. Hemos recibido muchísimo más, infinitamente más, de lo que hemos podido dar”, expresó desde el escenario el intendente malplatense.
Repudiamos en primer lugar la enorme carga simbólica que tiene nombrar al 12 de Octubre como “Día de la Hispanidad”. Esta fecha es el principio de la colonización, el inicio de la conquista, y por ende de la larga resistencia de nuestros pueblos originarios y las rebeliones indígenas. La reinvidicación de la “sangre española”, y el agradecimiento «a los españoles, que nos educaron, que nos trajeron su cultura, y a los hijos de esos españoles, que siguieron trabajando y generando riqueza y bienestar” no puede desligarse de ninguna manera de la matanza de los pueblos originarios de Nuestramérica, la cual todavía continúa como lo evidencia la desaparición de Santiago Maldonado o la cárcel al Lonko Facundo Jones Huala.
Por otra parte la figura de San Martín, como parte de un proyecto revolucionario continental de lucha por la Patria Grande y de lucha contra la corona española tiene un significado antagónico al planteado por el intendente al dar su discurso allí. Nuevamente los mismos que lo convierten en monumento tergiversan la historia de nuestros revolucionarios/as. Un proyecto que a diferencia del capitalismo argentino actual, tenía en sus filas a mujeres, negros, mulatos e indígenas, y se sentía continuidad de las rebeliones contra la colonización como la de Tupaj Katari y Tupac Amaru.
Este discurso se da en un marco local de un intendente totalmente corrido de la campaña electoral, por pedido de la gobernadora Vidal y con un gabinete intervenido. Una nueva aparición mediática vuelve a demostrar su poca capacidad de gestión y expresa nuevamente el racismo al que tiene acostumbrados a las y los marplatenses.
Esta intervención se suma a las declaraciones anti migratorias del 2014 donde relacionó la inseguridad al problema de las fronteras y al cultivo de coca de las y los bolivianos residentes en Mar del Plata. Esto fue denunciado por el Centro de Residentes Bolivianos ante el INADI. Luego, se negó a participar en una jornada contra la discriminación y la xenofobia convocada por este mismo organismo.
Mientras en las filas de gobernantes existan expresiones de un proyecto político racista, xenófobo y burgués, las y los oprimidos solo tenemos por delante miserias. Debemos oponerle un proyecto revolucionario, obrero, popular y nuestroamericano. No nos han derrotado, y nuestros más de 500 años de resistencia así lo demuestran.