Se cumplen 41 años de la noche en la que estudiantes secundarios de La Plata fueron torturados/as y en su mayoría desaparecidos/as bajo el mandato de Ramón Camps y Miguel Etchecolatz. Su lucha por una educación de calidad, gratuita y por un boleto estudiantil que llegue a todo el país, sigue vigente.
Pese al tiempo, la pelea sigue siendo la misma, así como también los verdugos siguen presentes.
Venimos, en los últimos días, dando pelea en defensa de la educación pública y exigiendo que se cumplan nuestros derechos más elementales, tomando 25 colegios en la Ciudad de Buenos Aires, movilizándonos masivamente, decidiendo colectivamente cada paso en asambleas masivas. Diciendo “NO a la secundaria del futuro” y exigiendo que se decrete la emergencia en violencia de género (lo que implica la aplicación real y efectiva de la Educación Sexual Integral, la implementación de un protocolo para acompañar a las víctimas de violencia de género en todas las escuelas, la capacitación para los docentes, y que se terminen las zonas liberadas y los femicidios).
La respuesta del gobierno de la Ciudad, de los distintos gobiernos municipales, provinciales y el gobierno nacional sigue siendo (y se agudiza) el hostigamiento mediante las fuerzas represivas del Estado hacia quienes rechazamos el avance de una reforma educativa al servicio de las empresas, que hipoteca nuestro futuro, que nos empobrece, que rebaja la calidad educativa y socava las condiciones de existencia de la educación pública, laica y gratuita.
Es por esto que aumentaron los episodios en los que vemos a la policía ingresando arbitrariamente en las escuelas, habilitando el “por algo será” y amedrentando a jóvenes. Las fuerzas del Estado al parecer, están más preocupadas por ver qué dicen las paredes que gritan nuestros reclamos, que por encontrar a Santiago Maldonado, encubriendo así la responsabilidad que tienen por esta desaparición forzada.
Así sucedió con nuestros compañeros y compañeras de Juventud Insurgente y Poder Popular en Mendoza la semana pasada, o como en Mar del plata donde la prefectura pidió documentos en la puerta del IPA, terciario de Arte, y muy similar a lo que meses atrás sucedía en el ENAM de Banfield.
Después de 41 años, y como lo hemos hecho en cada momento histórico decisivo, la juventud sigue marcando la cancha a los sectores que nos prefieren sumisos y sumisas. Las pibas y los pibes no creemos en la receta neoliberal para conjurar nuestras penurias. Mucho menos en una educación pensada para generar más ganancia al capital. Nosotros y nosotras vamos por una educación gratuita, pública y de calidad y damos pelea en las calles, en nuestras escuelas, en diálogo con nuestros maestros/as y el conjunto de la sociedad.
¡Fuera la policía de las escuelas!
¡No a la Reforma Educativa!
¡Defendamos la Escuela Pública, Laica y de Calidad!