El primer ministro israelí visitará nuestro país para reunirse con el presidente Macri. Quién es, qué hace y por qué debemos repudiarlo masivamente.
El próximo lunes, 11 de septiembre, fecha en que se cumple un nuevo aniversario del golpe militar en Chile y del atentado a las Torres Gemelas, llegará al país Benjamin Netanyahu para reunirse con el presidente Mauricio Macri y estrechar más los lazos entre ambos países en materia comercial y militar. Actualmente el Mercosur mantiene también un acuerdo comercial con Israel. Sin embargo, nunca antes en la historia un premier israelí había visitado nuestro país y a quien le toca ese «honor», sin duda, sintetiza lo peor del sionismo criminal.
«Bibi», como lo apodan en su país, es un verdadero masacrador del pueblo palestino. Cuando joven, participó de la Guerra del Yom Kippur (1973) que formó parte de la política de anexión de territorios por la fuerza que llevaron adelante el imperialismo y el sionismo tras la creación del Estado sionista en la región en 1948. El papel de este Estado creado en forma artificial fue actuar como un enclave imperialista contra los países árabes para garantizar un control político y de los recursos naturales en la región.
Luego, en 1996, Netanyahu asumió como el primer ministro más joven de Israel donde se ocupó de enterrar definitivamente los acuerdos de Oslo y cualquier salida negociada de «dos Estados». Como ministro de Ariel Sharon abandonó el gobierno en 2005 por su rechazo al retiro de tropas unilateral en la Franja de Gaza.
Tras su retorno al poder en 2009 ha llevado adelante una política criminal contra el pueblo palestino como en 2014 con la agresión militar llamada Operación Margen Protector que dejó más 2 mil víctimas fatales, entre ellas, 500 niños y niñas luego de bombardear sistemáticamente edificios civiles como escuelas y hospitales, además de viviendas. Desde entonces, la Franja de Gaza con sus casi 2 millones de habitantes ha quedado aislada y virtualmente sin servicios básicos. Por orden de Netanyahu se ha mantenido un bloqueo total por tierra y por mar, con imposibilidad de recibir alimentos, medicinas y materiales de construcción necesarios para reconstruir lo devastado por la ofensiva criminal de julio y agosto de 2014. A eso se agrega que restringió allí la luz eléctrica a sólo tres horas al día, lo que provoca sufrimientos enormes a la población y penurias inhumanas a los enfermos en hospitales que necesitan sí o sí la electricidad para sus tratamientos médicos.
Todos estos elementos convirtieron a la zona en un campo de concentración a cielo abierto, reconocido y condenado incluso por organismos como la ONU.
Sin embargo, Netanyahu no solo mantuvo sino que profundizó su política de exterminio de los palestinos, tanto en Gaza como en Cisjordania y Jerusalén oriental. En ese sentido en Cisjordania continúa la usurpación de tierras palestinas con la construcción de barrios y colonizaciones israelitas condenadas por las Naciones Unidas, porque además de resultar injustas e ilegales implicaron llevar al fracaso todas las negociaciones de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina. Netanyahu no solo «legalizó» las construcciones ilegales de colonos en Cisjornadia, sino que radicalizó su política y-en línea con el ascenso de Trump al poder en EEUU- anunció el plan de viviendas para colonos más ambicioso de los últimos 25 años, con casi 9 mil viviendas nuevas, un tercio de ellas a construir «en forma inmediata». A la vez que amplían sus colonias ilegales, las fuerzas armadas israelitas continúan demoliendo construcciones, casas y escuelas palestinas. El 25 de agosto pasado los niños de la escuela primaria de Jubbet adh-Dibh debieron empezar las clases en una tienda de campaña, porque el día anterior Israel destruyó su escuela, justo cuando el nuevo año escolar estaba por comenzar. Esa escuela palestina había sido construida con aportes de Francia. Tanto ese país como la Unión Europea exigieron a las autoridades israelíes que “pongan fin a las demoliciones y confiscaciones de casas y bienes palestinos de conformidad con sus obligaciones como potencia de ocupación en virtud del derecho internacional humanitario y cesen la política de construcción y expansión de asentamientos, la designación de tierras para el uso exclusivo de Israel y la negación del desarrollo palestino”.
Actualmente 570.000 mil colonos judíos ocupan y explotan ilegalmente tierras palestinas, de donde fueron expulsadas en los últimos casi 70 años cientos de miles de familias que vivían allí. Desde 1948 a la actualidad, Israel ha atacado a los territorios palestinos y a sus países vecinos en reiteradas oportunidades. Sus fuerzas armadas – de las más poderosas del mundo- están equipadas y apoyadas por los Estados Unidos que provee al Estado de Israel de 3.000 millones de dólares anuales en concepto de donación. Pese a las reiteradas demandas de la ONU y de diversos organismos internacionales, de la lucha del pueblo palestino durante décadas, el Estado de Israel se niega a reconocer sus derechos.
Hay en la actualidad 5 millones de refugiados palestinos que representan uno de cada tres refugiados a nivel mundial. Además, continúa la política de violación a los derechos humanos para los 6.500 presos palestinos en las cárceles israelíes. Muchos de esos prisioneros políticos llevan años detenidos por “detenciones administrativas” que no necesitan ser probadas y que se prorrogan cada seis meses. Muchos presos son mujeres y también hay unos 500 niños de 12 años de edad, cuando ya pueden ser procesados y condenados en una justicia que en el 90 por ciento de los casos tiene sentencias condenatorias contra los palestinos, en procesos viciados de nulidad. Además, se les prohíbe recibir medicinas. Por ello, los presos y presas políticos realizaron una extendida huelga de hambre que abarcó a miles de presos -entre ellos cientos de menores- contra las condiciones infrahumanas y absolutamente arbitrarias en muchos casos de detención.
El principal responsable de estos hechos aberrantes será recibido por el presidente de la Nación y diversos funcionarios del gabinete para apuntalar los lazos en inteligencia y cooperación militar, además de compra de armamento y equipamiento. A fines del año pasado Patricia Bullrich, responsable de la desaparición de Santiago Maldonado, viajó personalmente a una feria de armamento en Israel. En estos negociados también participan figuras vinculadas a los servicios de inteligencia como el estafador Sergio Szpolski.
La visita de Netanyahu, que se inscribe en una gira regional que incluye a México y Colombia, apuntala al ala más reaccionaria de la región y su alineamiento con el imperialismo yanqui. Al mismo tiempo vuelve a dejar de manifiesto la hipocresía presidencial que denuncia supuestas violaciones a los DDHH en Cuba y Venezuela pero recibe a un criminal de guerra como Netanyahu.
Desde el Frente Único IR – HN decimos bien claro:
¡Fuera el genocida Netanyahu de Argentina!
¡Viva la lucha del pueblo palestino!