Foto Diario AS

Las cifras de los contagios recrudecen. Pese al aumento en el ritmo de la circulación del covid-19 en muchos lugares de trabajo, los gobiernos no retroceden en la apertura y el famoso “botón rojo” sigue sin activarse. Mientras las condiciones de vida de lxs de abajo se deterioran, el gobierno despliega nuevos efectivos en la zona metropolitana y cede cuantiosos fondos destinados al aparato represivo. 

Urge la necesidad de ganar las calles contra la derecha sediciosa, pero también contra las políticas de ajuste encaradas desde el oficialismo.

Las cifras de la pandemia: una enfermedad que contagia a todxs…
pero castiga a lxs trabajadorxs

Al día de hoy, 15-9, nuestro país tiene 577.338 infectadxs por covid-19. De ellxs, 138.455 activxs. Además, se acumulan 11.852 muertes. El promedio diario de contagios de los últimos 14 días: 10.550 casos (ver LN, La evolución de la pandemia en la Argentina). Pese al crecimiento en los contagios (con una relativa estabilización, pero en niveles elevados y tendencialmente en ascenso), el gobierno nacional no ha dado marcha atrás con las aperturas. Si bien el exponente de mayor nivel de avance en este terreno es Larreta en CABA, a nivel Pcia. de Bs. As. las industrias funcionan en pleno, y gran cantidad de rubros comerciales, incluidos el gastronómico y el de entretenimientos, también desarrollan actividad allí. Los factores económico (necesidad de producción y consumo, y más recaudación fiscal) y político (costo de un nuevo recrudecimiento del aislamiento y eventual desobediencia o incumplimiento social) hacen que el gobierno evite retroceder en el nivel de actividad, poniendo al límite al sistema de salud y colocando a Argentina hoy entre los 10 primeros países en cantidad total de contagios, debajo de España y encima de Chile; 15° en total de fallecidxs; 26° en fallecidxs por millón de habitantes (262 muertes/millón de h.; Italia posee 589; EE.UU. 608; Brasil 630; Chile 641; Bolivia 651; Paraguay 77; Venezuela 17 y Cuba 9).

Quiénes y dónde se contagian

El discurso oficial desplazó el papel del confinamiento social hacia el cuidado individual como forma de prevención. Mientras se responsabiliza a lxs contagiadxs, asociando la infección a la falta de precauciones o solo con salidas recreativas, se trata de ocultar la inmensa cantidad de casos que está relacionada de manera directa con la actividad laboral. Según datos de la SRT (Superintendencia de Riesgos del Trabajo), al 2 de septiembre hubo 81.141 contagios denunciados por las ART, sobre unos 439.000 hasta ese momento. Es decir, un 19% de contagios en ámbitos laborales. De ellos, el 27% correspondió a personal de salud. Comercio, llegó al 8%, mantenimiento y limpieza al 6% y transporte al 5%. Teniendo en cuenta que este universo solo toma a empleadxs bajo relación de dependencia, y deja fuera trabajadorxs informales y monotributistas, el porcentaje podría duplicarse. Todo esto sin tener en cuenta contagios de familiares y contactos estrechos de estxs trabajadorxs. (ver Riesgos del trabajo: más de 81 mil denuncias cubiertas por COVID-19Casi 200.000 infectados en lugares de trabajo)
A su vez, la edad promedio de contagiadxs en Argentina es de 40 años y el 81,5% de lxs infectadxs tiene entre 15 y 59 años. Es decir, población activa.
Si sumamos a estos datos las dificultades materiales que lxs trabajadorxs en general y los sectores más humildes en particular acarreamos para hacer efectiva la prevención y para acceder al sistema de salud, queda claro quiénes son las víctimas principales de esta pandemia.
La apertura indiscriminada de actividades que nada tienen de esenciales, la falta de cumplimiento de protocolos en los lugares de trabajo y transporte; en definitiva, la connivencia de los gobiernos con la avaricia patronal, se está cobrando la vida de miles de trabajadorxs.

Un gobierno cada vez más desdibujado y volcado hacia una política antipopular

El de AF se muestra cada vez más como el gobierno de los amagues, de los anuncios inconclusos y las medidas a medio camino y tardías. La “expropiación” de Vicentín que se transformó en represión a lxs obrerxs en lucha de la Algodonera Avellaneda, la “nacionalización” del sistema sanitario que no pasó de un anuncio, el “impuesto” a la riqueza que es aporte por única vez y sigue su curso en el parlamento… Aquello que muchxs caracterizábamos como una versión peronista más conservadora que el kirchnerismo, viene incluso superando los pronósticos en ese sentido. Mientras se aplica un salvataje explícito a las patronales, incluido el gran empresariado que sigue despidiendo trabajadrxs pese a la supuesta prohibición para hacerlo, las empresas recuperadas hacen malabares para sobrevivir y en muchos casos, lo hacen con poco o nulo aporte estatal.

Ante la insubordinación altanera de la policía mafiosa de la Pcia. de Bs. As, el gobierno invitó a dialogar a los efectivos en armas (algo que en 5 meses de conflicto, no hizo con los obreros del frigorífico Penta, por ejemplo); mientras tanto, los amotinados se dieron el gusto de rechazar la invitación con un desplante ante las cámaras. El mismo gobierno, accedió a todas las demandas de los insubordinados que rodearon de forma amenazadora la Quinta de Olivos. Esa misma policía protagonizó, acto seguido, hechos represivos en Matanza y Ciudad Evita, y continúa mostrándose impune por la desaparición forzada de Facundo Castro. A su vez, el gobierno provincial sostiene a Sergio Berni en funciones, mientras realiza declaraciones provocadoras.
Mientras los gobiernos de Alberto Fernández y Kicillof ensayan un discurso justificador ante demandas sediciosas que califican como “legítimas”, avanza la orden de desalojo sobre 3.000 familias en Guernica, las paritarias a estatales siguen congeladas y los salarios docentes (que deben pagar por sus herramientas de trabajo, como son los equipos informáticos) se mantienen por debajo de la línea de pobreza.

Ganar las calles, unir las luchas

Mientras la derecha política con el beneplácito de Cambiemos rejunta nostálgicos de la dictadura con economistas ultraliberales y mediáticos, antivacunas y terraplanistas, el gobierno cede posiciones que se traducen no solo en una creciente pérdida de autoridad política, sino en concesiones hacia sectores privilegiados. Ante esta presencia insultante de quienes reivindican a Videla a viva voz marchando por las avenidas, la izquierda y los sectores del pueblo tenemos que recuperar la iniciativa en las calles. Con los recaudos sanitarios necesarios, es preciso oponer a esas expresiones reaccionarias un movimiento independiente de los gobiernos que no hacen más que ceder ante los poderosos y sostener a quienes nos reprimen.
Es necesario unir los conflictos sindicales y sociales, superar la estrechez y autoproclamación y confluir con todxs aquellxs que estén dispuestos a pelear desafiando a las burocracias sindicales que van a seguir haciendo lo posible por sostener al gobierno nacional renegando de la necesaria independencia política de la clase trabajadora.

¡Aumento para lxs trabajadorxs, no para lxs represorxs!

¡Que ajusten a los empresarios y no nuestros salarios!

¡La vida de lxs trabajadorxs vale más que las ganancias del empresariado!

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