“Una reforma regresiva y a medida de los empleadores”

Por Matias Cremonte, Presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas

El proyecto de reforma laboral enviado al Congreso ataca cuestiones esenciales del derecho del trabajo, como el principio de irrenunciabilidad o la protección del despido arbitrario, y esencialmente, la tercerización. En esos tres casos lo que hace es eliminar o disminuir drásticamente la protección de los trabajadores, por eso es una reforma regresiva. Nadie discute que esta ley va a perjudicar a los trabajadores, que es un retroceso en sus derechos. El fundamento del gobierno y de los empresarios no es que es una medida que beneficiará a los trabajadores, sino que es una medida necesaria para atraer inversiones, para generar empleo, para reducir la litigiosidad. Lo que nosotros decimos es que justamente es lo contrario: todos los casos en donde se ha recortado, reducido o flexibilizado derechos laborales y sociales, no ha generado un beneficio ni para los trabajadores ni para la economía, ni en el corto ni en el largo plazo. Es una falacia que está demostrada en todo el mundo. Por lo tanto es un beneficio directo y concreto a los empleadores. Por un lado, porque supone una condonación y eliminación de deudas y disminución de cargas patronales, hay una gran transferencia de lo que es salario directo e indirecto que pasa a ser rentabilidad. Y por otro lado, es un beneficio porque pasan a tener más poder dentro del contrato de trabajo porque se eliminan derechos concretos de los trabajadores.

“En materia de tercerización, peor que la Reforma de Brasil y que la dictadura”

Por Carlos Zamboni Siri, Abogado laboralista (Aceiteros, FOCRA)

La reforma tiene fundamentalmente tres ejes que atacan los derechos de la clase trabajadora: el principio de renunciabilidad, el “ius variandi”, que es en concreto la posibilidad de despedir más barato, y sobre todo, la tercerización. Sobre este último aspecto, lo grave es que permite que se tercerice cualquier actividad subsidiaria, donde ya no hay responsabilidad solidaria del empleador, ningún tipo de responsabilidad (limpieza, mantenimiento, vigilancia, transporte de personas, gastronomía). Des-responsabiliza completamente a las empresas respecto de sus subsidiarias que como sabemos, en muchos casos son parte de la empresa “madre”. En este punto es inclusive peor que el proyecto de Brasil donde todavía hay responsabilidad “subsidiaria”, como le llaman ellos. Y por supuesto, también es peor que el de la propia dictadura, porque ni la dictadura se animó a tanto en materia de tercerización.

“Una reforma a pedido de los organismos financieros y contra los jubilados y trabajadores pasivos”

Paula Lozano, Secretaria General de la Asociación de Abogados Laboralistas

La reforma previsional que elevó el Poder Ejecutivo al Congreso se adecua a exigencias de organismos financieros internacionales como el FMI, que plantean que en lugares como Argentina es muy alta la llamada tasa de sustitución entre el salario y la jubilación y que de esta manera las cuentas de la Anses supuestamente no dan. Este proyecto va en línea con una reforma integral del sistema jubilatorio tendiente a retornar a un sistema de capitalización privado. En concreto, mientras que con la fórmula actual habría un aumento del 12%, con la nueva un 5,7%, lo que demuestra que esta reforma necesariamente disminuye los haberes de los sectores de la población que menos tienen como son los trabajadores pasivos. Por otro lado, la reforma faculta a los empleadores a intimar a jubilarse recién a los 70 años, pero eximiendo a los empleadores del pago de las contribuciones de seguridad social desfinanciando ese sistema.

Es un proyecto contrario a los principios de progresividad y no regresividad, que afecta el artículo 14 bis de la Constitución Nacional que ordena el carácter irrenunciable de seguridad social y la movilidad de jubilaciones y pensiones que deben ser proporcionales con los salarios. En definitiva lo que se hace es una transferencia de ingresos de los trabajadores hacia el Estado y los sectores financieros concentrados, perjudicando a los sectores más vulnerables de la población como los trabajadores pasivos y los alcanzados por coberturas sociales como la AUH, las asignaciones familiares o los veteranos de guerra. Con lo cual, no sólo es perjudicial para los jubilados sino para todos los beneficiarios de los distintos sistemas de seguridad social.

“Resistir con nuestras herramientas: huelga y movilización”

Daniel Yofra, Secretario General de la Federación Aceitera

La reforma laboral la vemos con profunda preocupación. Es un claro ataque a los trabajadores y eso no se han modificado en el nuevo acuerdo entre el triunvirato de la CGT y el gobierno. Si a vos te sacan la casa, el auto, el perro, la bicicleta y después te dicen “bueno te dejo el perro”, y uno parece que hasta se tiene que poner contento y agradecer… No hay nada que sea favorable. Y lo más grave de esta situación es el pensamiento de clase que tienen hacia los trabajadores: evidentemente hay una clara intención de sacarle el poco poder que tienen los trabajadores a partir de sus derechos y dejar a los empresarios que hagan lo que quieren. Así, vamos camino a ser esclavos. Lo que nosotros consideramos es que como toda lucha obrera, se resiste a través de las movilizaciones, por eso estuvimos el 29 en el Congreso y estaremos el 6 de diciembre en la marcha a Plaza de Mayo, y de la huelga. Esas son las herramientas que tenemos los trabajadores y para resistir a las reformas y defender nuestros derechos las debemos usar.

“Tener una estrategia común y construir desde abajo el paro general”

Sebastián Henríquez Secretario General del SUTE Mendoza

 El ataque a los trabajadores tiene un nombre: lo llaman reformismo permanente. Y nosotros no podemos tener la ilusión de porque ahora se retrasó el proyecto de reforma laboral, frenamos la reforma laboral. Porque la estrategia del macrismo y de Cambiemos es dividirnos sector por sector, provincia por provincia y compañero por compañero para llevar las reformas hasta el final, dividirnos y que nos demos cuenta cuando está el hecho consumado. Debemos tatuarnos en la piel que una injusticia para uno es una amenaza para todos y que cada vez que ataquen a alguien y que quieran avanzar con la reforma en un sector haya una respuesta unificada.

El presidente de la nación planteó que todos tenemos que ir cediendo un poco. Pero hasta ahora, mientras un sector minoritario fue beneficiado con la quita de retenciones e impuestos a las exportaciones, nosotros cedimos permanentemente: con la devaluación primero, luego con los miles de despidos en el Estado, con el achique de nuestros salarios, y ahora los que ceden son los jubilados con la reforma previsional, que desfinancia y destruye el ANSES para bajarle los impuestos a los empresarios con el aval de los gobernadores. Eso no es ceder: eso es un crimen organizado desde el Estado para beneficio de unos pocos.

Cómo seguimos ante este escenario luego de la masiva movilización del 29. En primer lugar confiando en nuestra propia fuerza: en los trabajadores y el pueblo en las calles. No tenemos que tener grandes expectativas en los parlamentos ni en la justicia que hoy están doblegados frente el poder. Tampoco en las conducciones que han priorizado salir en los medios para defender la reforma laboral. A ellos los juzgará la historia. Por eso la propuesta que acercamos es construir de conjunto, a través de plenarios de delegados provinciales de trabajadores del estado, la educación, la salud, la industria y los servicios, para avanzar en un paro general activo con movilización para poder enfrentar con fuerza y en unidad, en las calles, la reforma laboral y previsional. Los trabajadores de los distintos sectores tenemos que tener una estrategia común. * Fragmento de discurso en la movilización unitaria del 29 frente a la legislatura de Mendoza.

“Unidad de acción para enfrentar las reformas”

Héctor Cáceres Delegado de la Línea 60 – CABA

 Las reformas laboral, previsional y fiscal muestran a las claras la verdadera cara de la derecha neoliberal: pretenden llevarnos a condiciones laborales de siglos pasados. El sindicalista que dice defender los derechos laborales no puede acompañar esto, de ninguna manera, ya que es un retroceso terrible y está a la vista en los países en donde ya se implementó que fue desastroso para el pueblo en general. La legislación argentina, en materia laboral, aún es de las mejores del mundo, con unos de los salarios más altos de Latinoamérica. Nos quieren cambiar esa condición, llevar a salarios de miseria y a perder las condiciones laborales como acaba de suceder en Brasil. Pero la idiosincrasia y solidaridad del trabajador argentino dio muchas veces muestra de capacidad de resistir. Solo podemos ser derrotados por quienes se disfrazan de obreros y defienden los intereses patronales, los burócratas. Por eso, en estos momentos los dirigentes que no hablen con sus compañeros de la gravedad de las reformas laboral y previsional están traicionando explícitamente a sus pares. No hay que confundirse: son traidores.

En estos momentos, más allá de diferencias o vedetismos estériles, todos debemos tener la humildad para priorizar la unidad de acción a toda costa, para resistir y luchar por la liberación de nuestra clase.

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