Un gobierno a las corridas

Tras la desesperada búsqueda de un lugarcito bajo el sol para las próximas elecciones y no morir en el intento, el gobierno nacional hace todo tipo de piruetas, luego de quedar golpeado por sus amigos del Mercado con la corrida cambiaria y la caída de bonos, y luego de ser literalmente corridos en los actos de campaña en PBA, en Tierra del Fuego y en los resultados de las elecciones bonaerenses. El viernes 19 de septiembre el riesgo país llegó a los 1500 puntos y esta última semana volvió a rozar los 1300 puntos, luego de una breve calma generada por el viaje presidencial a EE.UU. Por otro lado, el precio del dólar blue llegó este jueves 2 de octubre a $1.450 y los dólares financieros superaron los $1.500… todo esto, luego de haber rifado 1.100 millones dólares de las escasísimas reservas del Banco Central en el lapso de una semana fracasando en controlar esos índices. El rescate discursivo de Trump sólo duró unos días y todo vuelve a desmoronarse otra vez.

En paralelo estallan múltiples crisis que se despliegan a partir del conjunto de las políticas impulsadas por el gobierno, como la profundización del desfinanciamiento de la salud, la educación y el desmantelamiento de programas de protección de sectores vulnerables. Cada vez menos médicos, asistentes sociales, y maestros. Esto agudiza las situaciones estructuralmente precarias en los barrios y habilitan los avances de organizaciones narcos que, de la mano de las fuerzas represivas, manejan tamaño negocio.

A la par somos testigos del crimen de Morena, Lara y Brenda, en la provincia de Buenos Aires. Este asesinato horrendo nos muestra de frente la crisis social y lo que significa la cíclica transferencia de recursos de los más pobres a los más ricos durante años: la exposición de nuestras pibas y pibes a las peores redes y vidas precarias, la ausencia de un contexto social que los acompañe en su crecimiento vulnera todas esas vidas. Más aún, constatamos que, si bien el narco está en todos lados, logra más espacio ahí donde están los más débiles.

El salvataje acordado con las cerealeras, con un costo de 1.500 millones de dólares mediante que se embolsaron mayoritariamente 5 multinacionales que usufructúan los puertos, no alcanzó para detener la sangría y le valió el enojo de la Sociedad Rural y el resto del campo que en seguida se mostraron disgustados porque no pudieron quedarse con ninguna parte del botín. Con este panorama Milei, tiró la toalla y fue a rogar ayuda del gobierno norteamericano. El presidente Trump ofreció una ayuda que fue presentada como algo sin antecedentes en la historia… Todo un montaje escenográfico para dar credibilidad al compromiso yanqui. Pero el conejo sacado de la galera también es de utilería. El personaje no trajo un dólar. La condición para acceder a un swap es que el ejecutivo argentino estabilice la “gobernabilidad”, lo cual, para esta caterva de cachivaches improvisados, es una tarea imposible.

 

No voy en tren, voy en avión

Como corolario, apenas llegados de su excursión al país del norte, salieron a la luz los compromisos documentados y ya inocultables con el narcotráfico del primer candidato en la Provincia de Buenos Aires, José Luis Espert. El dirigente reaccionario que pedía “cárcel o bala” para los pobres y manifestantes, se debate entre esos destinos, tras la publicación de transferencia de u$s 200.000 recibida del detenido por tráfico de drogas “Fred” Machado, y el registro de más de 30 viajes en sus aviones… Nada de esto pudo ser explicado por Espert, que este jueves 2 balbuceó una serie de excusas incongruentes en sus redes sociales, ni tampoco por su partido.  Ya varios dirigentes tomaron prudencial distancia del imputado, como Patricia Bullrich, el también mafioso Cristian Ritondo o el Ministro Francos. Nada de esto es nuevo, claro; el peronismo intentará acumularlo electoralmente. Existe un temor compartido por distintos partidos del sistema y fracciones variadas de la burguesía: que estalle todo por el aire antes de saber quién va a suceder a los hermanos Milei, y se desate por completo la crisis institucional que ya está expuesta.

 

Un salvavidas que no llega

La embajada yanqui dice que comenzará a colaborar inmediatamente después de las elecciones. En un trajín de cierta locura, que no hay duda nos afecta, vemos los gestos repugnantes y babosos, frente a Donald Trump y Scott Bessent, de sumisión, vasallaje y sometimiento, del “representante” de la Argentina y la promesa segura de entrega de recursos y territorios. Mientras crecen las especulaciones sobre las pretensiones yanquis sobre la Antártida, se autorizan desde el ejecutivo ejercicios militares con tropas norteamericanas en Mar del Plata y Puerto Belgrano (PBA) y Tierra del Fuego. Milei viajó, aduló y lo regresaron. Y las condiciones que se negocian son varias: la cancelación del swap con China, mantener las retenciones a las exportaciones (esto ya es un hecho), la creación de un gobierno de coalición (léase Macri y los gobernadores) para recuperar la gobernabilidad que le permitió la votación de la Ley Bases, además de otras perlas que necesite EEUU en su guerra con China. Sin embargo, de a poco, el pueblo va haciendo que la gobernabilidad esté cada vez más lejos.

El gobierno se encuentra en un brete: cumpliendo las órdenes de Scott Bessent, piensa en los gobernadores y le abre la puesta a Macri: sabe que necesita un salvavidas. Sería a cambio de nombrar ministros. Todo en pos de las elecciones, después se verá. La “oposición” peronista y variopinta no tiene ningún apuro en sacarlo. Aprieta pero no ahoga. Es que aún están pendientes las reformas laborales y previsionales que tanto desean los empresarios propios y extranjeros, y toda la “casta” desea que Milei haga el trabajo sucio antes de irse, aunque cada día aumentan las dudas de que pueda hacerlo. Además, aún no han aclarado la línea sucesoria.

Pero la realidad es que no hay pases mágicos, y a pesar de la quimera de buenos resultados para el gobierno del 26 de octubre, el pueblo no deja de dar respuesta a tanta ignominia y desfachatez. Tierra del Fuego hizo honor a su nombre y en el inicio de su campaña electoral, Milei debió apretar el paso, como viene sucediendo en cada una de sus últimas apariciones públicas. Tiene programadas diez presentaciones en su campaña: Córdoba, Santa Fe, y otras. Pero el 6 de octubre en una provocación insoportable, pretende presentar su libro y hacer música en el Movistar Arena. ¿Tendrá una respuesta acorde?

Así como hubo una rápida reacción popular frente al brutal triple femicidio, que evidenció de manera terrible la descomposición social y la trama de complicidades entre empresarios, narcos, el aparato estatal y su casta de coimeros, debemos continuar organizándonos y saliendo a dar pelea.

La gravedad de la descomposición y la crisis es tal, que ningún representante del elenco empresarial y político es capaz de resolverla. Las soluciones sólo podremos construirlas desde abajo. Que estas respuestas en las calles rompan el encanto de este 26.

 

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