Hace 34 años que en Argentina venimos realizando lo que hasta aquí llamamos Encuentro Nacional de Mujeres. Hemos construido esa instancia para encontrarnos, discutir y organizarnos frente a este sistema capitalista, colonialista y patriarcal que nos oprime, para conseguir derechos que nos fueron negados, para politizar las violencias ejercidas sobre nosotres. Es un encuentro que nos reúne a decenas de miles, de toda Nuestra América y el mundo, a debatir sobre temas que nos conciernen en tanto oprimides por el sistema patriarcal recrudecido por su enlace con el capitalista. El año pasado hubo una nómina de más de 70 talleres sobre distintos temas vinculados a nuestras luchas, como estrategias para acceder al aborto legal seguro y gratuito, disputas en el ámbito jurídico, nuestros roles en sindicatos y espacios de trabajo, cómo hacer frente a las violencias vividas, desde los abusos hasta los femicidios y trans travesticidios, derribar la cultura de la violación, etc. Este año ese listado será aún más extenso.
Año a año, el movimiento feminista ha crecido e interpelado más y más compañeres. Ya ha quedado en evidencia que las sujetas oprimidas por el patriarcado no sólo somos mujeres, sino también otras identidades políticas como las lesbianas, las travestis, las trans, les no binaries y tantos pueblos originarios preexistentes al Estado-Nación argentino, como así también las hermanas migrantes, las negras y racializadas.
Debido a años de lucha es que, por ejemplo, se creó el taller de “Mujeres trans, travestis y de géneros no binarios” que este año busca desdoblarse para poder tratar las particularidades de cada una de estas identidades. Otro ejemplo es la creación del taller de “estrategias para el acceso al aborto legal seguro y gratuito” para dejar de debatir si debe ser legal o mantenerse en la clandestinidad y comenzar a tejer redes e intercambiar recorridos sobre cómo acceder a la ILE actual y avanzar hacia la IVE. Así mismo, las creaciones colectivas que de allí surgen son importantísimas para nosotres: armamos redes, delineamos los objetivos para nuestras luchas, construimos demandas concretas para exigir y conseguir la ampliación de derechos que buscan nuestra igualdad social e incluso reparaciones históricas a tantos años de opresión, siempre llevando estos debates a nuestras cotidianidades entre Encuentro y Encuentro tanto al ámbito privado como al público.
Todo esto demuestra que el feminismo y los Encuentros están en constante movimiento. No son una foto estática que lo único que hace es crecer en cantidad, sino una fluidez dinámica que además de sumar compañeres aprende a exigir nuevas demandas, a organizar otros métodos, a nombrarnos de diferentes maneras. Llevamos 34 años creando el Encuentro y entendemos que son las discusiones, la resolución de incomodidades y el repensarnos lo que le da vida. Pero este dinamismo no ha sido necesariamente armónico, sino que florece como resultante de múltiples disputas. Es preciso señalar que ante las nuevas propuestas siempre ha habido sectores que se mostraron conservadores, invocando la tradición y la “unidad” para no dar lugar a nuestras luchas y nuestras identidades. Una organización que sistemáticamente ha desempeñado ese papel es el Partido Comunista Revolucionario (PCR). Y ha sido la unidad de las organizaciones populares, la insistencia en nuestros planteos, la resistencia frente a tanto conservadurismo y acuerdos con la iglesia, la que ha hecho avanzar en la concepción feminista de los Encuentros.

El desafío de este año: garantizar la unidad y seguir avanzando

Este año el encuentro se hace en lo que conocemos como ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires que es territorio querandí. Por su cercanía con las elecciones nacionales, tiene un peso fundamental el repudio a este gobierno que nos condena al hambre y nos violenta día a día recortando los presupuestos para enfrentar las violencias machistas, fomentando el odio a las identidades no hegemónicas y enjuiciándonos por ello.
Hoy en día en la organización del Encuentro hay una disputa muy marcada entre las que pretenden sostener el nombre que éste tiene desde su origen en 1986: Encuentro Nacional de Mujeres, y las que buscamos el reconocimiento de todas las identidades que participamos y que retomamos la voz de las miles que nos pronunciamos por un Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis y No Binaries. En el debate sobre el carácter del Encuentro, quienes sostienen que debe continuar llamándose ENM se expresan políticamente en la alianza PCR-kirchnerismo-Patria Grande y además plantean que el Encuentro no puede expresarse públicamente a favor de la legalización del aborto porque ello significaría dejar afuera del Encuentro a las mujeres que se oponen (de hecho, sacaron un video de convocatoria al Encuentro donde una de las mujeres llevaba un pañuelo celeste). Del otro lado, quienes defendemos un Encuentro plurinacional y disidente nos organizamos en un amplio arco de izquierda que incluye partidos, organizaciones sociales y políticas y feminismo popular. Consideramos que, como se viene haciendo hace tres años, el Encuentro debe pronunciarse por la inmediata legalización del aborto en Argentina, que no es otra cosa que defender a viva voz los derechos de cientos de miles de mujeres y personas con capacidad de gestar que necesitamos interrumpir un embarazo que no fue producto de nuestro deseo (específicamente sobre el pronunciamiento del Encuentro en relación al derecho al aborto recomendamos leer: http://venceremos-arg.org/2019/07/03/encuentros-de-mujeres-y-aborto-historias-de-lucha/).
Como hemos informado en notas anteriores, en la séptima plenaria de la Comisión Organizadora la alianza PCR-kirchnerismo-Patria Grande propuso una ruptura al autodenominarse Comisión Organizadora, retirarse de la asamblea, expulsarnos de los grupos de comunicación y comenzar a gestionar con el gobierno de La Plata. Aún así y ante tremendo nivel de rupturismo, nosotras entendemos la imprescindible necesidad de no dividirnos y apostar a hacer de este Encuentro, que será el más masivo de la historia, un único Encuentro que retome la lucha de todos los anteriores, la fuerza de la marea verde y que no se baja de sus reivindicaciones. También entendemos central, cómo ya nos ha enseñado el feminismo en otros ámbitos, que aquello que no se nombra no existe y que no podemos seguir invisibilizando nuestras identidades o agrupándolas en el concepto de “mujer”. Somos, además de mujeres, muchas lesbianas, trans, travestis, bisexuales, no binaries, negras, indígenas, afrodescendientes, hermanas de los pueblos originarios. En este sentido, esta es una disputa política más dentro del feminismo, cuestión que las compañeras del sector que defienden el nombre histórico argumentan que se trata de algo meramente metodológico, cuando desde nuestra perspectiva es claramente político.
Vamos a seguir llevando nuestra voz disidente y plurinacional a toda la organización del Encuentro y al Encuentro mismo, a nuestros espacios de militancia y a las intervenciones callejeras, porque es una petición sentida por miles y porque es necesaria. Vamos a seguir construyendo este Encuentro que tanto nos fortalece para afrontar las luchas de todo el año. Será desafío de los sectores de izquierda garantizar y cuidar la unidad de esta instancia política tan valiosa para nuestro movimiento feminista, sin bajar una sola bandera. Porque como nos enseñó Lohana, en este mundo de gusanos capitalistas hay que tener coraje para ser mariposas. Y si hay algo que no nos faltará, es el coraje compañeres.

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