Acá

600 mil, el número de pibes y pibas que el modelo económico de Cambiemos, en sólo el último año, mandó a la pobreza; 11,5% la caída de la actividad industrial en el último mes, es decir, miles de despidos o suspensiones, cientos de familias que en los próximos meses empezarán a changuear, ir a comedores, rebuscársela. Número a número de A Vencer venimos viendo crecer los números que ponen de manifiesto la misma realidad. Números que cuantifican las penurias, y que también expresan lo criminal del plan económico que Cambiemos viene implementando.
Podemos sumar otros: mil puntos, los que alcanzó el riesgo país; 47 pesos, el valor de un dólar. Las mil caras del mismo proyecto ¿O acaso no era Cristiano Ratazzi, el titular de la Fiat en nuestro país, quién hace un año y medio afirmaba, sin sonrojarse, que el dólar debía estar, en ese momento, a 50 pesos? Mientras lxs laburantes contamos las monedas para cargar la SUBE, los grandes empresarios y chacareros se regodean con lo que van a levantar. Piensan y especulan en planes electorales, midiendo quién sería más adecuado para sus negocios, quién le pediría menos seguido “que pongan el hombro”. Se rumorea que al actual presidente no lo quieren otros cuatro años, pero mucha opción no les queda. El Plan V implica dejar a las buenas a la provincia de Buenos Aires y eso también les da algo de cagazo. Lavagna puede ser, pero aún restan internas. Piden el postre y dejan la rosca para próximas cenas en palacetes.

Nuestros números

Pero el último mes también arrojó otros números: 200 mil fuimos lxs trabajadorxs que el 30 de abril salimos a la calle, rechazamos la política económica del gobierno, y aún con la complicidad de la más nefasta y entreguista dirección cegetista, hicimos activo un verdadero paro general. Medida que se hizo sentir en todos los puntos del país, que puso a la unidad de acción real en primer plano como mostraron lxs compañerxs mendocinos en el gran frente de unidad estatal que protagonizó la jornada en la provincia.
Ese día arrojó más cifras: 42, los años que pasaron desde la primera ronda histórica de las madres, nuestras madres, las que nos enseñan día a día luchar y siguen de pie. Nora Cortiñas, a la cabeza del acto, con el pañuelo blanco en la cabeza y el verde en su muñeca. Anudando luchas, sintetizando genealogías de resistencia.
Las Madres, los organismos de derechos humanos, trabajadores, trabajadoras, todxs en la calle, en el mismo día, mostrando que hay reservas y no sólo morales sino materiales y concretas para enfrentar el terrible ajuste que el FMI y el gobierno nacional viene descargando sobre nuestras espaldas. Ajuste, que como no nos cansamos de decir, viene siempre con represión.

En otras partes

Podemos tomar otros números que expresan los tiempos que corren. En este caso un número sencillo, de una sola cifra: 3. Estos fueron los intentos de golpe de estado, en lo que va del año, que la derecha venezolana, el imperialismo yanqui y la derecha latinoamericana llevaron adelante contra el gobierno legítimo de Nicolás Maduro. La última intentona, con participación de un sector minoritario de las fuerzas armadas y con los guarimberos nuevamente en las calles. Desde temprano, también el 30 de abril, vía redes sociales, Duque, Pompeo, Trump agitaban el golpe. Guaidó y Leopoldo López viralizaban un vídeo llamando a la rebelión. En el mundo virtual y en el de las grandes cadenas internacionales, el golpe no podía fallar. El mismo “autodenominado” presidente contaba las horas del proceso bolivariano. En el mundo material, sin embargo, donde lo que define cualquier contienda política es la presencia de los cuerpos en las calles, el golpe no avanzó. Nuevamente la respuesta del pueblo chavista fue inmediata, y las movilizaciones no se hicieron esperar. También en la patria de Bolívar hay reservas morales y materiales para frenar la avanzada de las clases dominantes.
El escenario venezolano sigue abierto. Una jugada como la que el imperialismo puso en marcha parece no tener vuelta atrás, y lo que siga sólo puede profundizarse en esa vía. El escenario latinoamericano es de suma complejidad, y lo que ocurra en Venezuela repercute inevitablemente en el conjunto de los movimientos populares del continente. Que el imperialismo logre su objetivo allí, sería un mensaje de confianza para que las derechas del continente, aún sumidas en terribles crisis, como ocurre en Brasil o en nuestro país, pretendan seguir despojando a los pueblos de sus derechos para garantizar mayores niveles de ganancias empresariales.

Ellos

Ellos especulan, con nuestra explotación, con nuestras vidas, con los distintos escenarios políticos posibles. Especulan con estrategias de control, con usar las redes, con las “fake news”. Se sienten en una condición moral e intelectual superior. Subestiman.
Como decíamos en el apartado anterior, esto fue palpable en las intentonas golpistas venezolanas donde la utilización de redes sociales y el entramado mediático eran las principales fortalezas para una “rebelión” que, sin embargo, no encontró en quién encarnarse.
En nuestro país, el “duranbarbismo” parecía asumir los contornos de casi una nueva corriente política, una fórmula inigualable para el éxito. Algo de eso hubo, claro que sería míope negarlo, pero ¿qué pasa con esas construcciones falaces en el medio de una crisis? cualquier espejito de color es fácil de reconocer en circunstancias donde los precios de los alimentos suben todos los días y apenas alcanza para ir a laburar y volver. La realidad se lleva puestas estas estrategias de la “alegría” y la culpa ajena.
La última intervención de Durán Barba fue proyectar un vídeo en el que Macri, en una conferencia donde supuestamente iba a estar presente, le decía al conjunto del pueblo que se tenían que bancar el ajuste, porque algo mejor iba venir, pero lo cierto es que la fortaleza de “proyectar un futuro”, que muchos encontraron como fundamento del triunfo de Cambiemos en las elecciones de 2015 y 2017, se difumina, producto de sus propias políticas económicas, que hacen que la palabra futuro, para la gran mayoría de la sociedad argentina,pueda ser asociada, en los casos más optimistas, al mes que va a venir.

En todas partes

Los números podrían seguir dibujándose en esta nota, claro, porque de lo que se trata no es de una situación restringida a fronteras sino de una confrontación constante entre ellos y nosotrxs; entre las burguesías y el imperialismo, y lxs trabajadores y el pueblo; entre los de arriba y lxs de abajo. En todo caso, los modos en que este enfrentamiento se expresa puede adoptar su manera singular dependiendo la coyuntura, pero lo que subyace es esa histórica antagonía que nos obliga a pensar y repensar cómo darle forma de una vez a ese proyecto de sociedad que implica romperla.
Mayo comienza golpeándonos la puerta y recordándonos esto. Un mes que desde lo histórico comienza conmemorando a los mártires de Chicago y finaliza con el ´60 aniversario del Cordobazo. Un mes que comienza con un paro general y que debe continuar con la solidaridad en cada conflicto y nuevas medidas que pongan en la calle toda la bronca acumulada por las políticas de miseria a la que nos vienen sometiendo. Un mes abierto por un nuevo triunfo (parcial) del pueblo chavista que hace de la obsesión imperialista por derrocar al proceso bolivariano una nueva frustración.
No es por simple repetición telúrica, sino por manifiesta realidad, que aparece con vigencia la máxima enunciada hace más de un siglo por Marx de que la emancipación de lxs trabjadorxs será obra de lxs trabajadorxs mismos.

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