Con una conciliación a medias, la lucha continúa con un acampe en la puerta de la planta de Valentín Alsina. Entrevistamos a Héctor Ramirez, trabajador de Cofco y Secretario Gremial del SOEIA, que explicó además del conflicto en términos sindicales, su impacto social y para el barrio, así como el rol del gobierno con las medidas que promueven la exportación indiscriminada

Venceremos: ¿Cómo se origina este conflicto? ¿La empresa argumenta que cierra porque hay crisis?

Héctor Ramirez: Acá crisis no hay, hay una situación generada por ellos mismos y por el gobierno que permite la exportación indiscriminada. Cuando se cierra la paritaria de 2018, el presidente de la CANAPA (la cámara de empresas Pyme del sector) nos planteó que el gobierno había acordado con el gobierno chino que empresa que no le sirva que la cierren, y muchas de esas empresas son las que le dan valor agregado a la semilla. Negociaron que se lleven la materia prima sin el valor agregado, lo que nos saca el trabajo a nosotros. Las aceiteras grandes se están quedando con todo, no va a haber mas empresas chicas. Antes habían restricciones para que no se lleve todo para afuera. Nosotros exportábamos para todas partes del mundo, para Angola, distintos lugares de Asia, para sudamérica, pero cuando la empresa no cumplía con el cupo de producción para el consumo interno se le paraba inmediatamente la producción para la exportación. Eso fue hasta el 2015, a partir de ahí, con el nuevo gobierno que coincide con la compra de la fábrica por parte de los chinos -antes era de capitales holandeses-, ellos generaron la misma crisis adentro.

V: Eso tiene un impacto no sólo en lo laboral sino también productivo y social

Ramirez: Claro, porque se llevan la semilla de soja, se llevan los porotos, se llevan la genética porque Nidera tiene la genética de los porotos de soja, y así nos van a destruir los campos. Después se que se lleven los porotos se van a llevar el maíz, el girasol y el trigo. El mercado interno así lo van destruyendo. Pero no solo desde un punto de vista comercial sino también alimenticio. Es por eso que cada vez sale mas caro un kilo de pan o un litro de aceite y va a terminar siendo un lujo poder comprar eso.

V: ¿Cómo se sostiene el acampe frente a la planta?

Ramirez: Con el aguante de los compañeros y del gremio, nosotros estamos acostumbrados. Además acá hay mucho acompañamiento de la gente del barrio, de Villa Jardín, Campomar, de Valentín Alsina, Lanús, organizaciones sociales de la zona. Y vinieron varios sindicatos, del Frente Sindical (Smata, Camioneros), de la CGT regional, de partidos políticos de izquierda, de Unidad Ciudadana, la verdad que en ese sentido nos sentimos muy acompañados.

V: ¿El cierre de la fábrica repercute en el barrio?

H: Si, en el barrio repercute porque la mayoría de los trabajadores de acá somos vecinos. Somos de Lanús, de Caraza, de Villa Jardín como yo. Y muchos somos sostén no solo de la familia directa sino de los padres que son jubilados y no les alcanza… y esto impacta muchísimo.

V: ¿Vos trabajas hace 21 años en la fábrica, viviste conflictos de estas características?

Ramirez: Tuve muchos conflictos pero siempre por otro tipo de reivindicaciones, por los salarios, contra las tercerizaciones, pero nunca un conflicto de cierre. Y nosotros pasamos el menemismo, la crisis con la alianza, y nunca algo como ésto.

V: ¿Cómo ven desde el sindicato que va a continuar el conflicto?

Ramirez: Ahora estamos en conciliación y nosotros la vamos a acatar a pesar de que la empresa no la acata porque retrotraen los despidos pero no nos dejaron entrar. Ahora la planta la está manejando la policía y tenemos un tratamiento de efluentes en el fondo de la planta a donde van todos los desechos de la planta y los desechos cloacales y son piletas al aire libre que en cualquier momento van a rebalsar y va a contaminar el barrio. El mantenimiento de la planta solo lo podemos hacer los trabajadores.

Con respecto al conflicto, nosotros como sindicato y como federación vamos a ir de a poco, pero vamos a ir hasta las últimas consecuencias. Si el gobierno y la empresa no recapacita nosotros vamos a utilizar todo lo que esté a nuestro alcance. A los chinos no los vamos a dejar trabajar en el país, les vamos a parar la Saforcada que es una planta de crudo en Junín donde va lo que antes traían acá para que nosotros lo refinemos y ahora lo están llevando directamente al puerto de Rosario, se están llevando el aceite crudo a granel. Así que vamos a bloquear eso y el puerto de San Martín si es necesario, como hicimos con los 25 días de huelga del 2015. Acá crisis nunca tuvimos, la crisis la generan ellos con la política que tuvieron la empresa y el gobierno. No puede ser que venga una empresa extranjera y haga lo que quiera: se lleve la materia prima y después cierre la fábrica. Nosotros estamos acostumbrados a pelear y le vamos a dar pelea hasta lo último.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí