Al igual que los ingenios San Juan y Santa Bárbara (este último también del Grupo Colombres), en los últimos días el Ñuñorco ha detenido abruptamente la molienda dejando en la incertidumbre a más de 450 obreros.
Los trabajadores se suman al reclamo de los productores que abastecen al ingenio, quienes mantenían reuniones con Julio Colombres, a la espera de cobrar lo que el dueño del ingenio les adeuda desde hace meses.
La crisis en el sector azucarero se agrava desde el 2015, cuando comenzaron a profundizarse las presiones para poner en marcha la reforma laboral, que implicaron el inicio de los despidos en los ingenios1.
El conflicto en este caso se originó a partir de que los cañeros de Monteros y Simoca decidieron bloquear el ingreso a la planta ya que les deben más de cien mil bolsas de azúcar.
En diálogo con José, uno de los productores afectados, nos comentaba que lo que quieren es “cobrar. Nosotros entregamos en tiempo y forma la caña, y siempre nos dieron vueltas poniendo excusas para no pagarnos. Somos muchas familias que vivimos de esto en la Cooperativa La Maravilla, y no queremos salir a cortar la ruta (N.deR.: se refiere a la ruta 38, que recorre de norte a sur la provincia). Pero si no tenemos respuestas de Colombres, lo vamos a hacer. Hay muchas familias que ya no tienen para comer, a algunos les deben desde 2014”.
Además, su situación se agrava porque “ninguno de los cheques con los que nos pagaron tenían fondos. A algunos de nosotros nos cerraron las cuentas y tenemos muchas deudas”.
Esta situación, vale recordar, se suma a la de los ingenios San Juan y Santa Bárbara, ambos paralizados (http://venceremos-arg.org/2018/08/29/la-industria-azucarera-crisis/). Este último, además, es propiedad de la misma firma Colombres.
Los obreros de la fábrica, mientras tanto, viven momentos de incertidumbre, ya que la continuidad laboral no está garantizada. El sindicato del ingenio, conducido por Luis Lindos Paez “arregló con Colombres, es la verdad. Y nosotros no sabemos si vamos a seguir trabajando, o si vamos a cobrar algo”, según nos relató Pedro, trabajador del ingenio.
“Nos da mucha bronca que, mientras nosotros estamos acá sin saber qué va a pasar con nosotros, si vamos a llevar un plato de comida a nuestras casas, Palina ( se refiere a Roberto Palina, el Secretario General de FOTIA y Secretario de Trabajo de la provincia) está más preocupado por su campaña electoral y hace como si todo estuviera bien. Si cierra el ingenio, más de 450 obreros nos quedamos en la calle”.
“El mes pasado nos quedamos sin obra social, y tuvimos que salir a protestar. Nosotros lo que queremos es trabajar, pero así es muy difícil. Acá adentro de la fábrica prácticamente la tornería ya no existe, y no se hacen arreglos desde hace mucho. Los trapiches y las calderas pueden traer una desgracia, y no queremos que pase lo mismo que en La Corona”.
Como ocurriera en los ingenios que se encuentran paralizados, el mecanismo para contener a los obreros es perverso: les prometen que el gobierno municipal se hará cargo de parte de las deudas (debe cerca de veinte millones de pesos) que aún mantienen con proveedores y obreros.
“Nos tenemos que se seguir juntando -reafirma Pedro-. Esto no es nuevo y viene para largo. El sindicato no hace nada y los únicos que defendemos la comida de nuestras familias somos nosotros. Si ellos no nos dan una respuesta se la vamos a tener que exigir nosotros”.
1Para un análisis detallado de la crisis en el sector, grados de concentración de la tierra y propiedad de las empresas ver Ingenios: despidos y resistencia obrera, por Mario Hernández para ANRED, disponible en http://www.anred.org/?p=93425