Colaboración para Venceremos de Gustavo Romeo. Miembro de la Asamblea por el Agua de Comodoro Rivadavia (Chubut)
Hace poco más de una semana el ministro de energía Aranguren, ese tipo que fue director de dos cuentas off shore de la Shell, coordinó una reunión en la comuna de Telsen, un pueblo del Chubut que queda en la comarca de la meseta, a unos 180 kilómetros de distancia al oeste de la ciudad de Puerto Madryn.
Ante los medios hegemónicos nacionales, se dijo que el objetivo de la reunión era proponer una mesa de debate para tratar el proyecto minero “Navidad”, de la empresa canadiense Pan American Silver, que busca explotar un yacimiento de plata en la zona (entre otros minerales). Es preciso recordar que la actividad que vino a promover, se encuentra prohibida por la Ley XVII N° 68 (antes 5001), que fue impulsada a partir de la histórica movilización del pueblo de Esquel y posterior plebiscito en donde más del 80% de la población votó por el No a la mina.
Hoy, a 15 años de ese plebiscito, viene este tipo, de saco y camisa – sin corbata – a ofrecernos la salvación para que dejemos de ser la expresión de la barbarie.
Un tipo que cuando dice “el sur” piensa en San Martín de los Andes y para quien debe ser lo mismo Tolhuin que Gan Gan o Bariloche, que llega a la provincia con las mismas frases armadas, con el mismo verso que trajeron otros en épocas pasadas. Viene a decir que quiere un debate cuando el pueblo chubutense no dejó de informarse y debatir desde cuando él ni se imaginaba que iba a pisar la meseta alguna vez. El tipo llega con un manual sacado de la escuelita del empresario exitoso y con una presentación powerpoint en donde explica las bondades de la megaminería. Si no fuera por el logo de Nación, cualquiera pensaría que está hablando el representante técnico de la empresa. Aunque si lo pensamos bien, es eso: un CEO. Y ahí está. Con esa cara de tipo ganador y de que come cordero patagónico en Puerto Madero (con finas hierbas), con sus canas y ojos saltones, explicando a los sureños como si fuéramos ignorantes, diciendo la palabra “desarrollo” cada tanto y afirmando que todo va a estar bien. Y va, diapositiva a diapositiva, con gráficos de barras, números y estadísticas, aplaudiendo pomposamente las sumas en dólares que percibirá el Estado y que después será derramado por sobre todos los chubutenses haciendo de nuestras vidas la envidia del país entero.
Señala con pretendida certeza científica las significativas mejoras de los últimos años en los indicadores de las provincias de Santa Cruz y San Juan, emblemas de la megaminería. Lo que este tipo pareciera no saber de la Patagonia, es que Santa Cruz está acá cerquita y sentimos su calor, sabiendo que está en llamas, con los compañeros y compañeras docentes cobrando sus sueldos con meses de demora y en tres partes, y sufriendo descuentos si ejercen su derecho a huelga. Esto, solo por mencionar un ejemplo de la “alegría” que derraman las siempre míseras regalías mineras, supuesta solución a todos los problemas.
Pero no importa, el tipo vino igual. Más vale, ¿a quién iban a mandar? ¿A Bergman disfrazado de coirón? Ahí está, sentado con la cara dura como chapa, rodeado de intendentes de otras comunas y más funcionarios. A saber:
- Ricardo Sastre, intendente de Madryn, ciudad en donde se ubica Aluar, empresa que factura millones de dólares por año y es permanentemente cuestionada por su conducta ambiental (hace poco más de un año, los filtros en las chimeneas de esta fábrica de aluminio fallaron y ante las emisiones tóxicas, el Ministro de Ambiente Agulleiro recomendó a la población “no salir de sus casas”…por las dudas)
- Carlos Linares, intendente de Comodoro Rivadavia (ciudad yacimiento, emblema del maldesarrollo que aún no se recupera por completo del megatemporal de otoño de 2017 a pesar de todo el petróleo que sacan de su subsuelo)
- Adrián Maderna, intendente de Trelew, (ciudad emblema de las lagunas de efluentes cloacales a cielo abierto)
- Loma Ávila, burócrata del sindicato petrolero, que en lugar de atender los conflictos de su sector, va a dar su sesudo pensamiento acerca de que si se explota petróleo se tiene que explotar plata. Gracias por la reflexión, Lomita.
¿A qué fueron? ¿A representar a quién? No se sabe. Así, adentro del gimnasio municipal de Telsen, estos personajes “debatían” acerca de la suerte que tiene Chubut de ser la Potosí del siglo XXI.
Y afuera, los otros. Los que no tienen tarjeta de invitación. Aquellos a quienes quieren mantener callados. Ahí, lejos de los sanguchitos que el tipo de saco y camisa devora. Ahí afuera, la gente. A grito firme y esperándolos con bombos, banderas y cantitos que fueron la canción de cuna de muchos pibes y pibas que hoy se animan a poner el cuerpo. Claro, como son tan peligrosos, el tipo tuvo que llegar escoltado por sus 11 guardaespaldas y poniendo un operativo policial que incluía a 230 efectivos de la Federal y de la provincia (es decir, un número que es casi la mitad de la población de Telsen). Se encargaron de poner vallas en las calles de un pueblo que tiene seis cuadras y media de extensión, así como también de vallar la Iglesia, lugar en el que las personas que llegaron de distintas localidades de la provincia pudieron dejar sus pertenencias, utilizar de refugio y aprovechar para refrescarse. Aunque solo un poco: en Telsen hay agua solo cuatro horas al día. El cura “Toño” Sánchez, párroco de esta iglesia, facilitó las instalaciones para las personas de las asambleas ciudadanas. También tuvo voz en la cumbre. Fue el último orador y repudió enérgicamente el accionar de la policía: sí, como es de imaginar, se encargaron de reprimir y disparar balas de goma, hiriendo en la pierna y en la cara a dos personas que se encontraban manifestándose afuera, uno de los cuales es trabajador de prensa, lo cual pareciera a esta altura de la gestión Macri, no ser ninguna novedad. Después de denunciar el accionar represivo de la policía ante el ministro – a quien no se le movió un pelo – remarcó: “Lamentablemente la violencia es institucional y no popular”. A su vez, el cura recordó la resolución del último Trawn realizado por la comunidad mapuche-tehuelche de las comunidades de la meseta en la cual reafirmaban su explícito rechazo a las actividades extractivas-destructivas. Evidentemente, estos gobiernos (nacional y provincial) que tienen como política de Estado la persecución de los pueblos originarios y la estigmatización del pueblo mapuche, no se ocuparon de repartir “invitaciónes” para que pudieran participar de este encuentro. Estas estuvieron reservadas solo para quienes presentaban una postura a favor, a excepción del cura.
Claro, ya era sabido. El mentado debate siempre fue una mentira. Pero además de ser una vil mentira, está claro que lo que se busca es instalar este tipo de proyectos que forman parte de una política económica que sigue las órdenes de los organismos financieros internacionales y que tiene siempre como última prioridad al pueblo. No les interesa si es de la meseta chubutense, del pueblo de Jáchal en San Juan o de la puna jujeña, ahí cerquita de los salares. No importa cuál sea el punto del mapa, comparte siempre una característica: tiene que estar alejado de las urbes y – sobre todo – debe estar al alcance de la explotación del agua. La minería es imposible si no hay agua.
Además de la represión con balas de goma, los procedimientos de la policía guardan una asquerosa similitud con el accionar represivo en otras manifestaciones ocurridas en los últimos tiempos: los infiltrados. El tema es que acá no estamos en una ciudad con 3 millones de habitantes, acá nos conocemos y la actitud sospechosa, se vuelve evidente. Así fue que la prensa alternativa, armados con cámaras y celulares, se encargó de desenmascarar a dos policías infiltrados entre las personas que se estaban expresando en contra de la cumbre. En un intento de entrevista se le preguntó a una de estas personas que tenía anteojos oscuros, si era vecino de la zona, a lo que respondió que sí, y luego al preguntar su nombre, respondió titubeando. Después de no poder responder a las siguientes preguntas a la vez que eran filmados, salieron corriendo hasta refugiarse en la comisaría. Es así que vale mencionar a los medios alternativos que se encargaron de informar comprometidamente como “Prosa urgente”, “Radio Libre Feminista” y “Radio Sudaca” de Trelew, “Prensa Mala Fama” de Comodoro Rivadavia, “Namunkurá producciones” de Puerto Madryn, Canal 4 de Esquel, “Imágenes TW” de Trelew, “Radio La Voz de los Pibes” de Trelew y Puerto Madryn. Ninguno de ellos fue autorizado para acreditarse y ser parte de la reunión. A su vez, estos medios alternativos también fueron fotografiados y filmados por policías uniformados.
Después de unas horas, la reunión terminó. Pasó sin gloria y con pena, siendo un fracaso político que después sería rematado por una masiva marcha que convocó a cientos de personas en las calles de la ciudad de Rawson, capital administrativa de la provincia y centro del poder político.
Sin embargo, la farsa de Telsen, en apenas una tarde, logró resumir todo lo que la megaminería significa para la provincia: un funcionario de jerarquía que viene por un par de horas a una provincia que ni siquiera ubica en el mapa, se junta con sus socios en una reunión casi privada en la que no participan la comunidad ni los pueblos originarios de la zona. Fomenta una actividad prohibida por ley. Se habla todo el tiempo de una empresa transnacional y sus bondades con el pueblo, se defiende su proyecto y se intenta convencer que es la única salvación para la región. Que no hay otro camino, que es imposible pensar alternativas. A su vez, la policía se infiltra entre los manifestantes, marca personas y dispara a la prensa con balas de goma. Y todo esto con una ambivalencia: la presencia más fuerte, fue la de los empresarios de la minera, quienes estuvieron ausentes. Todo el tiempo se habló del proyecto, sin embargo nadie respondía al nombre de Pan American Silver, pero sí a sus intereses (los funcionarios que gobiernan para ella).
Esa es su propuesta de desarrollo. Esa es su idea de país. Ese es el modelo de crecimiento económico, donde pocos ganan mucho y el resto miramos de reojo a ver si nos cae alguna migaja. Es el tipo de lógicas que buscan imponer a partir de la represión, del silenciamiento de los medios alternativos, de no considerar los impactos sociales, de la imposición del miedo, de las mentiras oficiales y las certezas científicas que tiran números y porcentajes, desconociendo que condenar a un pueblo a vivir en riesgo de quedar sin agua, no es una decisión técnica, sino una decisión profundamente política.
Vuelvan muchachos, ya está. Váyanse por donde vinieron. Dejen de pasar vergüenza y no sigan con ese cinismo informando sobre un proyecto minero se asienta sobre un acuífero que tiene agua para abastecer a más de 30 millones de personas durante todo un año, en una comuna que tiene acceso al agua solo durante cuatro horas al día. Vuelvan, llévense sus carpetitas y no se confundan: Chubut ya decidió.
Nota: pido disculpas si olvido mencionar a algún otro medio que participó.