Hoy, el juez federal Claudio Bonadío, obsecuente de la política macrista, ordenó la detención de Carlos Zannini, Luis D’Elía, Yussuf Khalil, Fernando Esteche y de Héctor Timerman; el procesamiento, pedido de desafuero y de prisión preventiva de la ex presidenta Cristina Fernández, y el procesamiento de Oscar Parrilli y Andrés Larroque.
Se trata, sin dudas de una avanzada persecutoria contra sectores opositores por causas políticas. De hecho, la causa judicial es por la firma del memorandum con Irán realizada por el gobierno kirchnerista. Es decir, se juzga una decisión política del gobierno anterior, que el juez Bonadío define -en sintonía con el gobierno macrista y los medios hegemónicos- como “traición a la patria”. Para avanzar en este sentido, en gran medida, los sectores dominantes del poder político, judicial y mediático se encargaron de reavivar la causa Nisman.
La utilización de la prisión preventiva como medio para encarcelar sin juicio previo ni pruebas fehacientes tiene ya un antecedente grave: el de Milagro Sala, también detenida por razones políticas, en una causa en que se le imputa impulsar luchas sociales.
El carácter político de esta persecución no se desdibuja por más que se haga de la mano de la apertura de causas por corrupción a funcionarios kirchneristas, que en la gran mayoría de los casos denunciados, efectivamente han hecho negociados a costa del estado y a espaldas del pueblo (algo que también cabe al gobierno macrista, como lo demuestran el Correo Argentino, Panamá Papers, el soterramiento del Sarmiento y tantos casos más).
La persecución política se da en un contexto de escalada represiva grave. La desaparición y muerte de Santiago Maldonado luego de una represión de Gendarmería, y el fusilamiento de Rafael Nahuel por Prefectura, son los casos más visibles de una política que incrementa la represión a los sectores en lucha (como en las movilizaciones por Santiago, en Pepsico y AGR, o con las comunidades originarias, entre otros); la creación de un ente especial en el ámbito de la Procuración General para la “persecución del terrorismo y grupos subversivos violentos”; y la definición como “enemigo interno” y “terroristas” de los grupos políticos y sociales que se movilizan, como es el caso paradigmático de las comunidades mapuches. Esto, al tiempo que se reivindica la última dictadura militar y se deja en libertad o con prisión domiciliaria a milicos genocidas.
La defensa encendida que hizo el gobierno nacional por boca de Patricia Bullrich y Gabriela Michetti del asesinato de Rafael Nahuel, y el llamado del presidente Macri a volver a los tiempos de que la “voz de alto” signifique “me entrego”, dan cuenta de una política represiva que, en los hechos, no respeta las garantías más mínimas.
De esta forma, con asesinatos a manos de las fuerzas represivas avalados por las más altas autoridades gubernamentales y presos por razones políticas y sin juicio previo, asistimos a la cristalización de un estado de excepción de hecho, no declarado formalmente, pero aplicado en la práctica por el estado en manos de Cambiemos.
Esta ofensiva represiva es un elemento fundamental para el gobierno de Macri, que busca garantizar las condiciones para lograr una reforma estructural pro-mercado, expresada en la reforma laboral y el resto de las reformas en curso (previsional, tributaria, educativa), y que busca posicionarse como adalid de la derecha continental como anfitrión del encuentro de la OMC ahora y del G-20 el año próximo.
Frente a esta avanzada represiva, es fundamental ocupar la calle. La movilización popular debe poner freno al intento de vulnerar nuestros derechos más elementales, como ya lo hizo cuando quisieron imponer el 2×1.
Por eso, hoy 7 de diciembre, día en que las Madres de Plaza de Mayo, todos los organismos de DDHH y contra la represión, y todas las organizaciones populares nos movilizamos en una nueva Marcha de la Resistencia, es fundamental transformarlo en una movilización masiva, de todos los sectores, contra la escalada represiva y por la libertad de los presos políticos.
¡Hoy, todos y todas a Plaza de Mayo y a todas las plazas del país!
¡Justicia por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel!
¡Fuera Bullrich!
¡Libertad a todos los presos políticos!
VENCEREMOS – Partido de Trabajadorxs