Como cada noviembre, nuestra comunidad LGTTTBIQ+, nuestros cuerpos disidentes, salimos a la calle para plantar nuestra bandera multicolor y celebrar nuestras existencias desde una alegría profundamente política. Y sobre todo para reactualizar una pregunta que no pierde vigencia ¿Cuál es el sentido político de nuestra lucha?

Quienes elegimos la disidencia sexual, la entendemos como una definición política que lucha contra el patriarcado y la heterosexualidad obligatoria; contra el sistema que nos violenta y oprime, proponiéndonos la vergüenza y la represión como formas de habitar el mundo.

 

Y a  pesar de que la represión estatal contra las disidencias no heterosexuales es una de las políticas de más larga data que ha llevado adelante el Estado, nosotrxs seguimos luchando para construir formas no heterosexuales de vivir el deseo, el propio cuerpo y la subjetividad política. Por nuestro derecho a vivir una vida digna y libre de violencias, ligando nuestro anhelo a la lucha por un mundo socialista y anti-capitalista.

Una coyuntura difícil: la avanzada represiva

Nos encontramos en un momento difícil. El gobierno macrista avanza en el fortalecimiento y profundización de una política represiva generalizada y dirigida a todos los sectores del campo popular donde las disidencias no somos la excepción. Vivimos un recrudecimiento de la violencia sobre nuestros cuerpos, por parte del Estado, y vemos cómo se van habilitando la aparición de discursos de homolesbotransodio que se materializan en frecuentes ataques hacia nosotrxs, muchos protagonizados por las fuerzas de seguridad, la justicia patriarcal y en la perpetuación alevosa de políticas violentas contras las identidades travas y trans.

Un claro ejemplo es el Protocolo de detención para personas pertenecientes a la comunidad LGTTTBIQ+ reglamentado hace pocas semanas de la mano de la ministra de seguridad Patricia Bullrich. Detrás de una fachada de garantizar derechos, el gobierno pone bajo amenaza a nuestro movimiento para seguir con su política de ajuste sobre los sectores populares.

Más que nunca nuestro Orgullo debe ser Lucha y estar en las calles para enfrentar al gobierno de Cambiemos. Tenemos grandes desafíos por delante: la derogación del protocolo y los códigos contravencionales, la aprobación y correcta implementación del cupo laboral trans/trava a nivel nacional, la reparación histórica para la comunidad trava/trans, la correcta y definitiva implementación de la ley de identidad de género, el derecho al aborto legal y seguro y la lucha por una implementación urgente de la ley de Educación Sexual Integral son reivindicaciones clave que nos marcan, ahora igual que siempre, un horizonte de lucha y organización irrenunciable.

Por todxs lxs que ya no están. Por todxs lxs que luchamos con orgullo. Por nuestras identidades disidentes y revolucionarias. Y hasta que el mundo sea de todxs y para todxs.

¡Lucha y organización disidente, feminista y por el socialismo!

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