Del 11 al 16 de Septiembre se realizarán las elecciones a Centro de Estudiantes y Consejo Directivo en todas las Facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Con estas elecciones culmina el calendario electoral de la UBA, que en diciembre a través de la Asamblea Universitaria elegirá un nuevo Rector. En los próximos días se pondrá en juego la orientación del movimiento estudiantil de cara a la pelea contra las autoridades del régimen universitario y las políticas regresivas del Gobierno de Cambiemos.

Una escribanía del Gobierno

Luego del triunfo electoral en las PASO que el Gobierno Nacional lee como un respaldo a sus políticas de ajuste, no hay dudas de que lo que se viene en la UBA es un cierre de filas entre los decanos y el Rectorado en total sumisión al Ministerio de Educación. El radicalismo en la UBA (Nuevo Espacio-Franja Morada), bajo el comando de Emiliano Yaccobitti, que había jugado hasta el año pasado en las tensiones entre la UCR y el PRO, hoy es parte integral de la política educativa del Gobierno de Cambiemos. Yaccobitti ha promovido la candidatura de Lousteau en CABA, en la UBA es Secretario de Hacienda del rector Alberto Barbieri (elegido para ser ministro de Educación por Daniel Scioli en la última campaña electoral presidencial) y desde allí aplica el recorte presupuestario que pide Cambiemos. El presupuesto total de la UBA en 2017 fue de 13 mil millones de pesos, de los cuales 11.150 millones son para salarios de docentes y trabajadores “no docentes”, y de los 1.850 millones restantes, sólo se ocupa el 1,5% para las facultades y el 9,5% para gastos de mantenimiento del Rectorado. En fin, una caja negra de las autoridades y camarillas que se enriquecen a costa de la educación pública.

El ajuste en Ciencia y Técnica, la deserción estudiantil producto del encarecimiento del costo de vida y el reclamo de los docentes universitarios por mejorar sus condiciones de trabajo, no han producido ni el más mínimo pronunciamiento por parte del Rectorado .

¿Qué pasa en el movimiento estudiantil?

Ante este escenario, el movimiento estudiantil continúa en una situación de relativa debilidad. En el lugar donde se expresa de manera más cabal esta caracterización es en la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA). Las disputas entre sus dos presidencias (Partido Obrero-Patria Grande) han profundizado una tendencia arrastrada desde ya al menos una década, en la que la FUBA es un sello totalmente alejado de la cotidianidad de los estudiantes.
Esta situación se agrava, debido a una mayor influencia en algunas facultades de fuerzas ligadas al rectorado (Nuevo Espacio) o afines a distintos decanos (como el kirchnerismo en sociales y filo) que, por andariveles distintos ponen en riesgo el débil equilibrio con el que se sostiene la conducción. Sin ir más lejos, la postergación constante de un Congreso Ordinario de la Federación está atada a esta situación, dado que las posibilidades de que Nuevo Espacio-Franja Morada se imponga son grandes.

De esta forma, el conjunto del movimiento estudiantil queda despojado de una herramienta que debería ser un actor privilegiado en la lucha contra el ajuste del Gobierno de Cambiemos. Desde el La Juventud del FU IR-HN, entendemos que es necesario “refundar” la Federación bajo otro tipo de funcionamiento que privilegie las acciones por la base, las asambleas en las facultades, que impulse secretarías abiertas y espacios tendientes a organizar a cientos de compañeros y compañeras para los que hoy esta herramienta es ajena.

La Asamblea Universitaria

Hacia la Asamblea Universitaria , este escenario deja planteado un panorama poco alentador.Las autoridades elegirán un nuevo rector en base al sistema antidemocrático que sostiene una estructura de poder basada en el voto ponderado de docentes titulares, no dándole voz ni voto a los trabajadores “no docentes”, y posicionando a miles de docentes ad honorem dentro del claustro de graduados. Los estudiantes, quienes nos encontramos sub representados, ya hemos logrado suspender varias Asambleas Universitarias, como en 2006, cuando las movilizaciones y tomas estudiantiles impidieron cinco veces la elección del rector, que finalmente se realizó en el Congreso, con un vallado total. A partir de allí, las dos últimas elecciones de rector se han dado bajo operativos represivos que contaron con el cierre y vallado del Congreso Nacional, y una línea de subte exclusiva para garantizar la entrada de los consejeros afines a la gestiones, quienes entraron como ratas. A este marco se sumó el accionar de la policía federal que reprimió con balas de goma y gases al movimiento estudiantil congregado frente al Congreso, el principal sector que denunció la elección antidemocrática de Barbieri.

Unidad en la lucha, independencia para vencer

En este contexto, la tarea es doble. Las organizaciones políticas que intervenimos en el movimiento estudiantil con una perspectiva de independencia política, del Gobierno y de las autoridades, debemos impulsar la mayor unidad de acción con el conjunto del movimiento estudiantil que pretenda derrotar el ajuste que propone Cambiemos para la Universidad. A su vez, debemos trabajar por construir una verdadera alternativa unitaria, sobre un programa de lucha en defensa de la educación pública, en solidaridad con otras luchas del pueblo trabajador, y que se plante a las autoridades de turno. Sin embargo, con la simple sumatoria de sellos no alcanza. Debemos poner en pie una fuerza de la juventud que pueda ser capaz de superar los límites de las construcciones actuales de la izquierda, y se proponga interpelar a los estudiantes en sus problemáticas concretas y que pueda politizar los reclamos en función de construir un movimiento estudiantil a la altura de los conflictos que se vienen.

Desde la Juventud del Frente Único Izquierda Revolucionaria-Hombre Nuevo entendemos que la apuesta en esta elecciones es construir frentes de unidad de toda la izquierda, que superen las mezquindades entre las organizaciones, planteando como única delimitación válida la independencia política de quienes gobiernan la Universidad y están dispuestos a ser la correa de trasmisión del ajuste de Cambiemos. Pero consideramos fundamental que toda alternativa de izquierda que se proponga transformadora, indudablemente debe apostar a la construcción desde las bases y a ser el reflejo permanente de los conflictos y los problemas de nuestros compañeros en las cursadas. La acumulación de fuerzas que logremos luego de las elecciones, será la base para enfrentar la nueva elección del rector, y fundamentalmente, reorganizar el movimiento estudiantil poniendo en pie una fuerza real contra la reforma educativa que prepara Cambiemos a nivel nacional. Construir organización, disputar las herramientas gremiales y luchar contra el Gobierno y el Rectorado, son las tareas fundamentales que creemos se deben abordar en estas elecciones.

** Sociales:

En Sociales, desde que la conducción de Centro de Estudiantes cayó en manos del kirchnerismo y la UES, la herramienta gremial de los estudiantes devino en un kiosco y dos fotocopiadoras. La bandera del CECSo ya no participa de ninguna movilización, no acompaña desde la solidaridad activa los conflictos de nuestro pueblo; no pelea más por mejorar las condiciones de cursada de los estudiantes de Sociales ni promueve ningún espacio real de participación ni debate político. Hoy el CECSo es un ejemplo cabal de integración entre una herramienta gremial y la Gestión de la Facultad, igual que lo son los Centros de Estudiantes históricamente menos politizados de la UBA.
Recuperar esta valiosa herramienta para el conjunto del movimiento estudiantil es el desafío en estas elecciones. Entendemos que para lograrlo, debe ser una tarea de primer orden lograr conformar un gran frente de toda la izquierda que se plantee como eje articulador la independencia política de las autoridades. Acompañamos, en ese sentido la perspectiva que impulsan tanto el Frente Juvenil Hagamos Lo Imposible (HLI) como la Juventud Insurgente (JI).

** Filosofía y Letras:
Desde el año pasado, la situación de “Filo” es de una polarización total entre dos opciones: el Colectivo, integrado por el kirchnerismo y Patria Grande y La Izquierda al Frente, conformado por la mayoría de la izquierda, siendo hoy la actual conducción. De este espacio forman parte los/as compañeros/as de la Juventud Insurgente y este año tiene como gran aporte la incorporación de los/as compañeros/as Frente Juvenil Hagamos Lo Imposible que fortalece el carácter unitario del espacio.
La gestión de la facultad, que , con un elenco estable similar gobierna desde hace más de diez años ha llevado adelante en todo este período una política tendiente a beneficiar a sus sectores afines. Son comunes las designaciones y la entrega de las (poquísimas) rentas a dedo, dependiendo del sector político al que se pertenece. Hay carreras, como Edición, que tienen más del 50% de su planta docente ad honorem, habiendo materias que incluso han cerrado prácticos debido a que tenían docentes en esa condición hace más de 9 años. Escasos fueron también los avances en el nuevo edificio que perjudican directamente las condiciones de cursada de los estudiantes.
Por todo esto fortalecer a la actual conducción, para así sostener la independencia política del CEFyL es la orientación que acompañamos.

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