Los cambios y las iniciativas del gobierno del Frente de Todos para acortar distancia en las elecciones de noviembre profundizan un rumbo de nefastas consecuencias sociales y ambientales. El pago de la deuda externa, la profundización del extractivismo y del beneficio al empresariado se presentan como tabla de “salvación” a pesar de la creciente pobreza e indigencia. La necesidad de forjar, con esfuerzo y con dedicación, la unidad que nos permita construir la superación del capitalismo.

 

El partido del orden en campaña

Después de fuegos de artificio para la tribuna, el Frente de Todos definió qué quería decir con “escuchar los resultados de las urnas”. Lo más recalcitrante del PJ, personificado en gobernadores del norte y “barones” del conurbano se posicionan en lugares claves del gabinete. Antiderechos, lobbystas del agronegocio y el extractivismo, amigos de la embajada yanqui, socios del sionismo dan un perfil claro del renovado gabinete.

Los nuevos ministros se muestran activos y muy apurados para revertir el muy mal resultado de las elecciones del Frente de Todos. Tienen menos de dos meses para que no se repita el resultado que le significaría al gobierno disminuir el número de diputados y senadores nacionales, perdiendo el quorum propio. Los dirigentes del PRO declaran que a partir de noviembre controlarán ambas Cámaras; si a esto le sumamos que la conducción de la Corte Suprema está ahora en jueces contrarios al gobierno, de repetirse el resultado de las PASO, la situación del Gobierno y en especial la situación judicial de la vicepresidenta sería muy complicada. Por todo esto el Frente de Todos necesita recuperar lxs miles que no fueron a votar, o lxs que lo hicieron nulo o en blanco, o que se fueron a otras listas. Para lograr esto ya resolvieron una suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, se aumentó el salario “mínimo, vital y móvil” y saldría un bono de emergencia para jubiladxs.

 

Curitas para la hemorragia

Pero ninguna de estas medidas significa solucionar la situación de desocupación, deterioro de salario y jubilaciones, precarización e inflación. El crecimiento interanual de la actividad económica del 11,7% (junio de 2021) no ha impactado en la disminución de la pobreza. En su última medición el INDEC constató que la pobreza incluye al 40,6 % de la población que son 18,6 millones de argentinxs bajo la línea de la pobreza. Hay tres millones de indigentes que carecen de los alimentos necesarios para vivir.

Por supuesto, no se tocan los intereses capitalistas más concentrados. Por el contrario. En estos días los actos del gobierno se han centrado en favorecerlos. Con la presencia del presidente Alberto Fernández y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se firmó la Ley de Fomento Agroindustrial elaborada por el Consejo Agroindustrial Argentino integrado por las grandes multinacionales del sector junto a los monopolios productores y exportadores de la industria aceitera y a los frigoríficos. “En toda la agroindustria hay una gran posibilidad de exportaciones y necesitamos que produzcan ya”, sentenció Alberto Fernández. Se libera la exportación de carne a China y se dan los primeros pasos (que no serán los últimos) de flexibilización de exportaciones. Gustavo Idígoras, hombre de Monsanto / Bayer, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), fue claro: “para nosotros es una oportunidad”.

Destrucción ambiental, creciente injusticia social para que los grandes exportadores traigan los dólares necesarios para pagar la Deuda Externa. Ni siquiera la ley dice algo respecto del control estatal de las exportaciones. Todas se hacen por 15 puertos privados sin balanzas estatales y sólo con declaraciones juradas de las empresas exportadoras. La rueda de la dependencia y el ecocidio seguirá corriendo.

La nueva Ley de Hidrocarburos que para su aprobación presentará el gobierno tiene por objeto aumentar la producción de petróleo y gas en Vaca Muerta y desarrollar iniciativas “convencionales y no convencionales” en otras zonas. El borrador fue discutido ya con las empresas del sector: PAE, Tecpetrol, Chevron, Shell y ExxonMobil. El régimen otorgará ventajas impositivas, transferencias y subsidios de fondos, facilidades para exportar y disponer de las divisas para que decidan invertir y aumentar la producción. Tanto el precio del petróleo como el gas desde boca de pozo se expresará en moneda dólar. La expectativa es lograr saldos exportables e ingresos de divisas para pagar la Deuda Externa. El uso dispendioso del agua, el agua de la que carecen cada vez más pueblos, los sismos recurrentes en las zonas cercanas al fracking, el desastre ambiental, no están mencionados. Lo dijo el propio ministro de ambiente “Conseguir dólares para el vencimiento de deuda no podemos hacerlo sin contaminar.”

La nueva conformación del gabinete, con todas sus iniciativas de gobierno, confirma una intención de sometimiento al FMI, a lo más concentrado del capitalismo local y extranjero, al ajuste y al autoritarismo. Nadie del gobierno objeta que el año que viene la Argentina deberá pagar, salvo que la deuda sea refinanciada (es decir, legada a las próximas generaciones) 17 mil millones de dólares.

El avance contra las condiciones de vida y trabajo de lxs laburantes también está en agenda. La elíptica “modernización” laboral es un plan para consolidar y profundizar la prepotencia empresaria que ya existe. Las presiones de los organismos internacionales son las mismas que del empresariado que opera en Argentina. Menos derechos, peores condiciones de vida, mayor explotación.

Como siempre, la represión se despliega y se prepara. La exclusión de la mayoría no cierra sin represión. Todas estas decisiones no son tomadas “por obligación” o “de apuro”. Este es el programa del Frente de Todos que ahora se despoja sin vergüenza de su maquillaje progresista. Este es el programa de la burguesía local: insertarse de forma subordinada en la mundialización del capital, reeditando la vieja dependencia con formas más agresivas.

 

Unir las luchas, tejer el futuro

La resistencia y repudio de lxs trabajadores se expresó en cierta medida en las PASO. En estos días, hay luchas y triunfos de miles de activistas y organizaciones independientes de la burocracia. En Neuquén la lista Multicolor de ATEN recupera la Seccional Capital. En UTA, metalúrgicos, Ledesma de Jujuy, en Mar del Plata y Gran Bs. As. se fortalecen las tendencias antiburocráticas. A lo largo y ancho del país el movimiento piquetero se ha movilizado denunciando el trabajo precario de mano de obra barata que propone el gobierno. Las luchas contra el saqueo y el extractivismo amplían la identidad y organización de los pueblos originarios. El amplio y variado movimiento ambientalista se extiende en todo el país. El movimiento de mujeres y disidencias denuncia que el pago de la deuda externa al FMI y acreedores privados es una forma de violencia machista.

En muchos rincones del país, crece la consciencia de que no podemos esperar que quienes se benefician con este sistema, o quienes se dedican a administrarlo desde el gobierno, resuelvan los problemas que nos aquejan. El posibilismo en su versión cínica o en su versión políticamente correcta es un callejón sin salida. Lo posible en este orden es el agravamiento de todas esas contradicciones que ponen en cuestión nada menos que la reproducción de la vida. La causa tiene nombre: capitalismo. No hay posibilidad de un futuro para todes en este sistema, no hay posibilidad de terminar con el hambre, de reconstruir el metabolismo entre naturaleza y sociedad bajo el despotismo del capital. La burguesía que ya a fines del siglo XIX se aferró al imperialismo para pisotear a los pueblos, es la misma que mediante la contrarrevolución aniquiló a una generación de revolucionarixs en los setenta, y es la misma que hoy pretende seguir teniendo en sus manos el destino de quienes trabajamos.  Con todos los colores, olores y texturas que adquiere la lucha popular, necesitamos tejer unidad. Unidad que sirva para que podamos reconstruir y madurar un proyecto de emancipación que ponga a la vida en el centro de todo. Desde Venceremos, estamos convencides de que eso se llama socialismo. Y sabemos que eso sólo será posible masificando la movilización, forjando unidad en la lucha, creciendo en combatividad, defendiendo el poder de los pueblos para construir su destino.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí