Este gráfico habla por sí mismo. En realidad, no nos hace falta ver el gráfico para saber que cada día quienes vivimos de nuestro salario compramos menos cosas con nuestros ingresos, que perdemos poder adquisitivo.

En los últimos tres años, la caída del valor de nuestros sueldos no se detuvo. Tanto con el macrismo como con el actual gobierno del Frente de Todos, el salario real sigue cayendo. En promedio, el sueldo de los empleados formales del sector privado cayó 15,6%, el de los empleados públicos un 20,7%. En el caso de las y los trabajadores informales, la caída fue del 25,9%.

Por otro lado la supuesta actualización del Salario Mínimo, a poco más de $ 29.000, es una burla a los y las trabajadoras. Se trata de una suma totalmente insuficiente, que se otorga como un adelanto del acuerdo entre el gobierno y sus sindicalistas amigos…. Un hueso que nos tiran de acá hasta las elecciones.

Pero no todos perdemos. Es más, nosotrxs perdemos para que otros ganen. Con algunos ejemplos podemos ver con total claridad esto que afirmamos:

En el primer trimestre de 2021 los números fueron una buena noticia a las empresas alimenticias de la Argentina.

Ejemplo 1: Arcor entre enero y marzo de 2021 sus ventas crecieron y logró una ganancia de $3.857 millones en el período (US$ 41 millones, sí, dólares).

Ejemplo 2: Molinos Rio de La Plata logró una ganancia neta de $1.180 millones en el período, que equivalen a US$12,6 millones al dólar oficial.

Ejemplo 3: El Grupo Pérez Companc logró una ganancia de $ 1.746 millones

 

Si sumamos un 4to ejemplo, entre las empresas exportadoras de carne vacuna, ArreBeef ha facturado durante 2020 más de 218 millones de dólares solo en exportación. Las ganancias netas de la empresa no se conocen públicamente. Cabe señalar que esta empresa está en conflicto y tratando de despedir obreros en su planta de Pérez Millán, Pcia. de Bs. As.

Millones de pesos o de dólares que amasaron a costa del hambre de nuestro pueblo trabajador. Porque sus ganancias provienen de lo que no nos pagan (cuando abonan los salarios) y de lo que nos sacan cuando compramos sus productos a precios exorbitantes.

Los señores empresarios, y los políticos que vota el pueblo, pero trabajan para ellos, deben saber que no somos tontxs lxs trabajadorxs. Pero no es suficiente que lo sepan, porque no les importamos.

Solamente con la organización de todxs lxs trabajadorxs y la lucha en las calles peleando por cambiar esta realidad podremos modificar nuestra situación.

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