América Latina es la región del mundo más golpeada tanto por la pandemia como por su economía. Según los datos oficiales los muertos en todos sus países ya llegan al millón, pero sabemos que son muchos más si tuviéramos los datos reales. Y en lo económico la contracción de su PBI para el 2020 fue de 7,7 (En Argentina casi 11) o sea el doble del promedio mundial. Teniendo en cuenta que para los años 2015-2019 el crecimiento promedio en América Latina fue de 0,3 anual, significa que tuvimos 5 años de estancamiento. Y de aquí para adelante los pronósticos de recuperación son bastante pesimistas. Con una pandemia fuera de control que muestra a sus Estados incapacitados de dar respuestas, queda claro que la actual crisis de su economía surgió varios años antes de la pandemia que la agudizó. Y que la soportan las masas de trabajadorxs, campesinos, cuentapropistas e informales y las clases medias a las que reducen sus salarios y condiciones de vida. La paradoja es que las empresas del agronegocio y de la minería exportadora duplicaron sus ingresos. La venida de la pandemia ilusionó a las clases dominantes de que con sus cuarentenas se pararía toda resistencia.

 

REBELIONES EN TODA AMÉRICA LATINA:

En septiembre del año pasado fue en Bogotá el levantamiento contra los casos de “gatillo fácil” policiales y fueron quemadas más de 40 comisarías. Y en esos mismos días en Perú las movilizaciones para “Que se vayan Todos” fueron gigantescas y, protagonizadas por las y los jóvenes, provocaron la caída del Presidente. A los dos meses un levantamiento en Paraguay con la misma consigna. Y en Guatemala, casi en simultáneo, asaltaron el Congreso y lo incendiaron. Ya Bolivia conocía los cortes de ruta y bloqueos en todo el país para echar a la golpista de derecha Añez. Y en Chile una movilización que no tiene fin. Y Puerto Rico, Honduras, Haití, Ecuador cuando aún no había llegado la Pandemia. Y así llegamos al 28 de abril de este año con el Paro en Colombia.

La pandemia vino en realidad a echar combustible a los fuegos ya existentes. Porque descorrió el telón de la realidad, de la inmensa miseria de las masas junto al lujo escandaloso de unos pocos, enriquecidos en la corrupción del saqueo y la rapiña, de la explotación  sin límites,  del narcotráfico, de la vacunación del privilegio. A expensas de la falta de vivienda, de hospitales públicos, de escuelas, alimentos y trabajo. Y esto crea en los pueblos de América Latina un profundo descreimiento y desconfianza en las instituciones del Estado, en los Partidos Políticos, en los legisladores, jueces y fiscales. Por eso la consigna “Que se vayan Todos” (la de nuestro 2001) ha sido tomada por todas estas rebeliones.

 

ASÍ PASÓ EN CHILE:

Y ha quedado claro para los trabajadores chilenos que la Asamblea Constituyente fue una maniobra de la burguesía y del gobierno de Piñera, que con la complicidad de los Partidos de la Concertación, del Frente Amplio y del Partido Comunista intentaron desviar a carriles institucionales el gran movimiento de rebelión de los trabajadores y de la juventud Chilena. La casi mitad del electorado que se abstuvo más los muy escasos votos a Piñera y a los Partidos de la Concertación y la muy modesta canasta electoral del Frente Amplio en alianza con el PC resaltó con los más votados candidatos independientes provenientes de la lucha sindical y territorial elegidos en Asambleas Populares. La experiencia que se va transmitiendo de Pueblo en Pueblo por toda América Latina va mostrando la necesidad de construir Asambleas del Pueblo Trabajador con delegados elegidos en Asambleas Populares en las fábricas, en los barrios y poblaciones que van elaborando programas y preparándose para gobernar. La experiencia de Chile está sirviendo a la Rebelión Colombiana que también tiene una Primera Línea de Autodefensa, la participación de la Minga indígena como espejo de la lucha del Pueblo Mapuche y la participación de miles de jóvenes que ninguna oportunidad les ofrece este sistema, que nada tienen que perder y que por lo tanto con las luchas tienen todo un futuro para ganar.

 

EN COLOMBIA:

El Paro Nacional que empezó el 28 de abril nos muestra la extraordinaria capacidad de lucha que tienen las masas a pesar de la represión brutal. Luchas que además tienen continuidad en las ciudades y en las selvas desde hace más de 70 años. En abril de 1948 fue el Bogotazo, en reacción al asesinato de ese gran caudillo popular que fue Gaitán. Desde ese momento las luchas del pueblo colombiano nunca se dieron un descanso. Y hoy desde la Primera Línea, desde la Minga Indígena, desde las Asambleas Populares, desde la Movilización de la Juventud y desde la Insurgencia Guerrilera la consigna es “Que se Vaya el Presidente Iván Duque Márquez y su padrino Álvaro Uribe y el núcleo fascista del Narcotráfico y sus cómplices”, “Que sean Juzgados y condenados”. Pero este Programa es saboteado por el centro izquierdista y candidato a la Presidencia en las elecciones del 2022 Gustavo Petro que llama a levantar el Paro y los bloqueos para negociar con el gobierno de Duque. Y en la misma postura está el Partido Verde que dirige la intendencia de Bogotá y también la casta sindical del Comité Nacional del Paro que quiere desviar a los carriles institucionales las luchas del pueblo con falsas promesas, transando con palabras de izquierda. Pero como en Chile los trabajadores y la juventud de Colombia, ninguna confianza tienen en la clase capitalista, en sus promesas falsas. Llamar a luchar contra el neoliberalismo sin cuestionar el capitalismo y sin plantear la necesidad del socialismo es una salida engañosa y falsa.

 

Y TAMBIÉN EL PERÚ:

El electo Presidente del Perú, Profesor Pedro Castillo, fue dirigente antiburocrático del gremio de los maestros SUTEP y es expresión del tremendo desprestigio de los Partidos e Instituciones de la democracia burguesa con un estamento político profundamente corrupto. También expresa la abismal polarización social que se trasladó a una polarización electoral. Sus votantes le exigen que implemente una política de cambios muy profundos. Anhelos que se remontan a las luchas anticoloniales y que Mariátegui supo expresar magistralmente. Y que Catillo deberá cumplir porque de lo contrario perderá el respaldo de sus bases y la derecha lo hará caer. Pero esta transformación que le están exigiendo lxs trabajadorxs, campesinos, pueblos originarios y la Juventud no podrá hacerse dentro de los límites del sistema capitalista y dentro de la institucionalidad democrática. Deberá hacerlo con la movilización permanente de sus votantes pero por fuera de la estructura parlamentaria. No hay margen dentro del capitalismo para llevar una política soberana y erradicar la corrupción. No podemos confiar “ni un tantito así”, como decía el Che, en ningún sector del Capital como tampoco en la dirección del Mercado. Todos priorizan el lucro como único objetivo, y no tienen objetivos sociales ni nacionales. Y están atados por mil lazos a los intereses de los grandes monopolios multinacionales.

En estos días los desposeídos de nuestro continente estamos aprendiendo fundamentales enseñanzas para hacernos del Poder. Y podemos ser optimistas porque la juventud y las mujeres son la vanguardia de estas luchas y de estos aprendizajes.

 

Desde Córdoba, 15 de Junio. Carlos “Vasco” Orzaocoa

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