A 56 años de la fundación del PRT, Partido Revolucionario de los Trabajadores en Argentina, compartimos y hacemos propias las palabras de lxs compañerxs de la Casa de la Memoria Imprenta del Pueblo Roberto Matthews, en Córdoba. ¡Viva el PRT-ERP!

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En 1955, la Revolución Fusiladora, tras bombardear la plaza atacando a la población civil, dio fin a la ya desgastada alianza policlasista que protagonizó el proyecto más serio de dar respuesta a la crisis política, económica y social abierta desde 1930.
Se abría un nuevo escenario de confrontación de clases en el que, de la mano del imperialismo, la burguesía y su aparato represivo, se lanzaron a un proceso de concentración monopólica y centralización del capital. Si, por un lado, se frustraba un proyecto “democrático-nacional”, también era manifiesta la debilidad de los nuevos sectores hegemónicos para definir otro proyecto. Las crisis económicas y la inestabilidad política crónica fueron dos elementos centrales de este período, combinando democracias ilegítimas con dictaduras militares.
Por su parte, el movimiento obrero, al quedarse huérfano de su Padre Benefactor, experimentó, frente a este panorama, un intenso proceso de proletarización de sus dirigentes y radicalización de sus ideas y métodos de lucha desde la semilegalidad y la resistencia.
A tono, parte de la izquierda marxista, jóvenes e intelectuales se corrieron de la interpretación clásica de la “demagogia” y comenzó a ver al peronismo como un “problema” ineludible de la realidad nacional.
En 1959, la Revolución Cubana iluminó como un rayo a todxs quienes queríamos y queremos cambiar de verdad al mundo. Frente a las ideas de café imperantes como la coexistencia pacífica, la alianza con las burguesías nacionales y la necesidad de etapas para alcanzar, finalmente y casi de forma espontánea, el socialismo; la experiencia cubana demostró que lxs trabajadorxs solxs, pero unidxs y en armas, son capaces de vencer a sus enemigos y gobernarse a sí mismxs. Demostró que, en la famosa “correlación de fuerzas”, las condiciones subjetivas se crean mediante la acción. Demostró que las supuestas etapas progresivas de Independencia Nacional y Revolución Social, por acción misma del imperialismo en los países neocoloniales, son una sola. Es decir, que el Antimperialismo es el núcleo básico para la construcción del Socialismo.
Fue un duro golpe para las especulaciones de los reformistas de todas las índoles.
La carencia de representación política para los nuevos sectores, los problemas que generaba el desarrollo monopolista del capital y la necesidad de comenzar a forjar, por medio de la unidad de lxs que luchan, una alternativa socialista frente a los programas liberal-oligárquico, desarrollista, nacionalista o reformista; derivó en 1963 en la conformación de un Frente Único, entre dos marcadas tendencias de izquierda, para actuar en conjunto entre el proletariado azucarero, golpeado especialmente por esta situación.
A pesar de las ya evidentes diferencias entre el Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP) y Palabra Obrera (PO), ambas organizaciones avanzaron en su proceso de fusión que se concretó un 25 de mayo de 1965, fundando al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Asumir la necesidad de construir un partido revolucionario, clandestino, de cuadros, con centralismo democrático, significó un verdadero salto cualitativo en la capacidad de lucha de nuestro pueblo. Sin embargo, el PRT todavía no gravitaba en el desarrollo de la lucha de clases. El surgimiento de un Partido es expresión misma del grado de la lucha de clases y, para 1965, ésta fue la expresión de lo que la clase obrera y el pueblo fueron capaces de desarrollar, habiendo sabido acumular experiencias de grandes luchas reivindicativas pero sin todavía construir un programa para disputarle el poder a la burguesía.
Al calor de la agudización de la lucha de clases en Argentina, el Partido mismo sufrió su propia lucha interna y, finalmente, para 1970 pudo ponerse a la altura de lo que las insurrecciones regionales que vivía el país desde 1969 reclamaban: una estrategia proletaria para la toma del Poder y la construcción del Socialismo.
Sintetizando así lo mejor de las experiencias revolucionarias del mundo entero, el PRT se fue transformando en un pujante partido de combate que nutrió sus bases y su dirigencia de rebeldía proletaria y provinciana, tuvo una fuerte voluntad de Poder e hizo carne el principio revolucionario de criticar a fondo nuestras posiciones y, luego, hacer lo que se pregona.
El Partido Revolucionario de los Trabajadores y su Ejército Revolucionario del Pueblo fueron la representación más acabada del grado de consciencia adquirido por las organizaciones revolucionarias de los 70. Fue el intento más serio, hasta el momento, de tomar el Poder, hacer justicia con el pueblo y abocarnos al desafío inmenso y heroico de construir el Socialismo en Argentina.
Esta historia maldita para la burguesía explotadora, su aparato represivo, lxs dirigentes traidores y una decadente casta política, tiene olor a tinta roja en Fructuoso Rivera al 1035. La Imprenta clandestina del PRT-ERP hoy está nuevamente al servicio del Pueblo y la Revolución Social.
¡¡ A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA !!

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