Segunda semana consecutiva de huelga docente. Lxs trabajadorxs de la educación encabezan una pelea empujada desde abajo para resistir a una política aperturista criminal. El sistema sanitario metropolitano se encuentra al borde del colapso, mientras la disputa superestructural entre Nación y CABA muestra a un gobierno titubeante y a otro desplegando su negacionismo de la manera más cínica posible. En medio, los contagios aumentan, la vacunación se ralentiza y el pueblo continúa poniendo los muertos. La pelea de la docencia marca un camino: no debemos esperar sentadxs ninguna respuesta institucional, sino pelear a fondo para defender nuestro derecho a la salud y la vida.

 

La docencia en CABA viene sosteniendo una pelea contra el incremento de contagios que trae esta presencialidad, pelea que comenzó en febrero cuando Trotta y Acuña impusieron un retorno a las escuelas con protocolos incumplibles (siendo el propio gobierno el responsable de ese incumplimiento, tal como queda reflejado por ejemplo en sus redes). Esa lucha se profundizó en las últimas semanas debido al aumento exponencial de casos de Covid-19 que se dieron a nivel nacional, y en el AMBA en particular.

La segunda ola era un hecho anunciado, y nadie puede negar que se potenció con la apertura de escuelas, tal como la docencia venía sosteniendo desde principio de año. Son 29 lxs trabajadores de la educación fallecidxs a nivel nacional desde que comenzaron las clases, y 4 en CABA. A esto se le suma, el enorme incremento de casos en niñes y adolescentes, respecto del total.

Frente a este escenario, en el que día a día aumentaban los casos de compañerxs y alumnxs contagiados de Covid-19, con una presencialidad mentirosa donde cientos de burbujas se aislaban día tras día, con el transporte público totalmente desbordado, la bronca comenzó a sentirse cada vez más. En una asamblea del sindicato docente Ademys, del cual somos parte de la conducción Multicolor, se vota un paro para el día 14 de abril, que se fue masificando de tal manera que obligó a otros sindicatos de la ciudad como UTE y Camyp a plegarse a la medida de fuerza. Se trató de un paro contundente, que coincidió con el que también sostuvieron seccionales Multicolor en territorio bonaerense. Al día siguiente, el presidente Alberto Fernández anuncia, entre otras medidas, un retorno a la virtualidad para las escuelas del AMBA hasta el 30 de abril. Una medida tardía, que llega una treintena de muertxs tarde, y que dejó en evidencia la falaz afirmación del ministro Trotta y del propio presidente acerca de lo seguras que eran las escuelas.

A partir de ese momento comienza una batalla político electoral en CABA, en torno a la presencialidad o no de la educación, que deja en el medio a docentes y familias. El jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, desafía el gobierno nacional dando validez a un fallo de la justicia porteña que lo habilita a sostener las clases presenciales. Por su parte, Alberto Fernández, cacerolas oligarcas de por medio, se corre políticamente de la disputa, y la única resistencia a la política desafiante de Larreta la sostiene la docencia porteña dando una batalla histórica.

Asambleas por distrito, asambleas por escuela, asambleas con familias, y tres asambleas abiertas del sindicato docente Ademys, sostienen paro día tras día, del lunes 19 al sábado 23 y ya tiene votadas otras 48 hs más de paro para lunes 26 y martes 27 de abril. Mientras tanto el gobierno nacional y la Corte Suprema se toman su tiempo para presentar su alegato y para definir la situación, respectivamente, sin importarle que la situación sanitaria del distrito más rico del país se encuentra al borde del colapso y los casos no dejan de aumentar drásticamente. Por su parte, UTE, se ve obligado a continuar con las medidas de fuerza, que las bases docentes reclaman con suma urgencia.

El conflicto docente en CABA, excede ampliamente lo que sucede en la ciudad, y tiene impacto a nivel nacional. Para los gobiernos, las escuelas públicas se ven reducidas a la guardería gratuita que el empresariado requiere para que la población adulta concurra a ser explotada, y no mucho más que eso. De allí la insistencia férrea en que los niveles inicial, primario y en menor medida medio (excepto adultxs), sean presenciales. Lógicamente, la mayor expresión de esto se personifica en Larreta y otros exponentes de Juntos por el Cambio, cada vez más cercanos a una versión criolla de Bolsonaro. Ante esta actitud desafiante y reaccionaria, el gobierno nacional vuelve a mostrase titubeante, y Trotta, ratificado en su cargo, se muestra anunciando una posible “presencialidad administrada” que implica una circulación de personas tal que ningún efecto tendrá en el descenso de casos tan necesario en este contexto.

Desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs apoyamos e impulsamos la enorme lucha que está llevando la docencia en CABA junto a gran cantidad de familias trabajadoras que también han expresado su preocupación por la situación epidemiológica y han demostrado su solidaridad con la lucha que llevan adelante hoy lxs docentes.

Toda nuestra confianza está depositada en la lucha que puedan dar lxs trabajadorxs organizadxs para que prime la defensa de la salud y la vida.

Por la suspensión de esta presencialidad criminal en AMBA y en todos los distritos con alta circulación viral.

Por equipos y conectividad gratuitos.

Por la producción pública y sin pago de patentes de vacunas, y la vacunación masiva de la población.

Por un ingreso de emergencia para solventar el aislamiento indispensable para frenar los contagios.

¡Fuerza Docentes!

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