En un discurso de unos diez minutos de duración grabado desde la Quinta de Olivos, el presidente Alberto Fernández (AF) anunció medidas ante la suba de contagios que este miércoles 7 llegaron a la cifra récord de 22.039 casos. En su intervención, cargó contra el “relajamiento social” al que responsabilizó de manera unilateral por la escalada: “todos hemos visto cómo durante la semana santa se repitieron fiestas y reuniones contradiciendo todos los protocolos que recomendamos cumplir”. Anuncios que no resuelven la tensa situación sanitaria y tampoco presentan respuestas ante la dura situación social que sufre el pueblo pobre. Una tibieza que hace naufragar su discurso en la “segunda ola”.

 

En una alocución recargada de apelaciones “al compromiso de cada miembro de la comunidad” y eslóganes sobre la importancia del cuidado de la salud, AF volvió a descargar en la responsabilidad individual el incremento acelerado de contagios de covid-19. Entre las medidas que anunció, y que plantean entre otras restricciones la limitación de la circulación nocturna en varios conglomerados urbanos, o la suspensión de viajes grupales de turismo, no hay ninguna que limite de manera contundente la circulación de personas afectadas a actividades no esenciales, y menos otras que garanticen un ingreso de emergencia para solventar un aislamiento sanitario eficaz.

Mientras la vacunación está lejos de ser masiva y la mayor parte de la población concurre a lugares de trabajo en los que el cuidado de la salud se dificulta enormemente por la falta de medidas de cuidado por parte de los empleadores y el traslado en un sistema de transportes atestado de pasajerxs, las medidas anticipadas por AF resultan inocuas. Por ejemplo, incurren en la contradicción de suspender actividades deportivas o sociales de más de diez personas en lugares cerrados, pero mantener abiertas las escuelas en las que se congrega una cantidad muy superior de niñxs y docentes. La restricción nocturna, a la par que poco efectiva para bajar el alto nivel de contagios, puede derivar en situaciones de discrecionalidades y ensoberbecimiento del aparato represivo, como las que hemos padecido durante buena parte de 2020.

“Queremos cuidar todo lo que sea posible la presencialidad en las escuelas”, sentenció el presidente. Mientras no se ha invertido en equipamientos tecnológicos necesarios para garantizar la conectividad de docentes y alumnxs y permitir una actividad virtual ante una emergencia sanitaria como la que atravesamos, sigue forzándose una asistencia a clases presenciales en un sistema educativo que moviliza a casi diez millones de personas en todo el país. La escuela pública sigue siendo concebida como un lugar de tareas de cuidado, el espacio auxiliar del aparato productivo que garantice la concurrencia de lxs adultxs para ser explotadxs.

A su vez, las restricciones en el uso del transporte público “sólo para los trabajadores esenciales” implica privar de su uso a lxs trabajadorxs informales o cuentapropistas, sin solución alternativa alguna por parte del estado ni para su traslado ni mucho menos en su auxilio económico. En un país en crisis sanitaria, donde se producen componentes de vacunas que finalmente se exportan por medio de multinacionales, siguen destinándose más recursos al pago de deuda externa que al sistema de salud local: $116.500 millones para lo primero, contra $87.575 millones para lo segundo en lo que va del año (ver LID; 07/04). Mientras los contagios crecen geométricamente, y la población se somete a horas de fila para acceder a un testeo; mientras el sistema hospitalario cruje, se toman medidas insuficientes y se desatiende a los sectores más castigados socialmente, sin anunciar nuevas medidas de ayuda social en un país donde 6 de cada 10 niñxs son pobres.

Las medidas anunciadas implican, entre el 9 y el 30 de abril:

– La suspensión en todo el país los viajes grupales de egresadxs y de contingentes turísticos.

– En las zonas del país donde hay riesgo epidemiológico y sanitario alto (CABA, el Conurbano bonaerense, La Plata, Córdoba Capital, Rosario, entre otras) se tomarán además las siguientes medidas.

  1. Se suspenden actividades sociales en domicilios particulares.
  2. Se suspenden reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 20 personas.
  3. Se suspenden actividades de Casino, Bingo, Discotecas o cualquier salón de fiestas.
  4. Se suspende la práctica recreativa de cualquier deporte en lugares cerrados donde participen más de 10 personas.
  5. Se establece el cierre de los bares y restaurantes a partir de las 23hs.
  6. Se prohíbe la circulación entre las 00.00 y las 06.00 de la mañana de cada día. Según las jurisdicciones, las autoridades podrán solo ampliar estos horarios en función de las especificidades de cada lugar.

– Específicamente, en el AMBA sólo podrán usar el transporte público de pasajeros trabajadores considerados esenciales, toda la comunidad educativa y aquellos que ya fueron expresamente autorizados.

 

La organización de lxs trabajadorxs para enfrentar este sistema que se cobra las ganancias en nuestras vidas, sigue siendo indispensable. Más allá de sus divergencias, amplificadas por tratarse de un año electoral, los gobiernos nacional y provinciales del Frente de Todxs, Cambiemos y demás partidos patronales coinciden en no ponderar nuestra salud por encima del lucro empresarial y el pago de una deuda externa usuraria.

Es hora de defender nuestra salud y nuestra vida.

08-04-2021

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