El 29 de marzo de 1976, a cinco días del golpe, la Policía Bonaerense y el Ejército Argentino atacaron la quinta “La Pastoril”, ubicada en La Reja, donde se realizaba una importante reunión del PRT-ERP en la que participaban alrededor de 70 personas. Además del Comité Central y militantes del Partido, se encontraban presentes representantes políticos de organizaciones revolucionarias latinoamericanas (MIR de Chile, Tupamaros de Uruguay, ELN de Bolivia), así como de la organización Montoneros.

También resulta relevante mencionar que estaban presentes allí representantes obreros, como Leandro Fote (dirigente azucarero) o Víctor Hugo González, obrero de la fábrica Perkins de Córdoba, que caería por las balas de la represión.

En un contexto de represión creciente, y con la dura derrota militar de Monte Chingolo apenas unos meses atrás, el PRT no se planteaba una renuncia ni abandonaba su estrategia. Los errores tácticos y de análisis que se le achacan desde el hoy, a veces con displicencia o asumiéndose como “verdades evidentes” omiten que el Partido Revolucionario de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo, fue quien realizó los mejores análisis políticos de la época. Su precisión se puede apreciar incluso sobre cuestiones mucho más puntuales como la fecha del golpe (en la que la diferencia fue de apenas días) o de la forma y nombres que asumiría la dictadura (que previó tanto la Junta como su composición).

No evade ello los errores cometidos, desde ya, ni planteamos la reivindicación de un Partido “infalible”. Tampoco negamos a les compañeres que efectivamente pudieron ver en su momento que se requería otra táctica y otros objetivos diferentes al “Argentinos a las armas”, proclama y tesis que se explicitó en aquel encuentro en La Pastoril y que sería publicada luego. Esa valoración, se basaba en que el pueblo, más que retraerse a un reflujo (o que de darse, sería momentáneo) enfrentaría la virulencia de la represión que se desataría. El análisis realizado por Santucho señalaba también que la junta militar no llamaría a elecciones en el corto plazo, sino que buscaría su permanencia para alcanzar los objetivos que la burguesía y el imperialismo se planteaban.

Al igual que en Monte Chingolo (y que en muchísimas otras situaciones disímiles), también en las casas humildes del Oeste bonaerense, los y las militantes encontraron cobijo y auxilio. El plan de contención que llevó adelante el equipo de seguridad permitió que el grueso de los presentes escapara. De las 12 bajas que se cuentan por el ataque, la mayor parte fue producto de ejecuciones y otras se encuentran desaparecidas.

Nuestra reivindicación del PRT-ERP es con sus errores incluidos, aprendiendo de esas experiencias, no renegando de ellas. A quienes conformamos con absoluta convicción Venceremos-Partido de Trabajadorxs, de ninguna manera nos encontrarán “tirando al niño con el agua sucia”, actitud tan proclive a los análisis extemporáneos y que exhibe en definitiva una claudicación teórica no asumida.

En la actualidad, las organizaciones locales que hace años acompañan el juicio que imputa a los responsables de la masacre (causa del Primer Cuerpo del Ejército) solicitan declarar de interés cultural el sitio y convertir la quinta en espacio de memoria. Como Partido, participamos de “Moreno Por La Memoria”, espacio que nuclea a diversas organizaciones en busca de recuperar La Pastoril, que fue señalizada el 29 de marzo de 2018 como sitio de memoria y que en 2019 promovió  un proyecto a la Cámara de Diputados de la Provincia para expropiar el terreno.

En memoria de todxs lxs caídxs seguiremos exigiendo juicio y castigo.

En memoria de todxs lxs caídxs seguimos y seguiremos por el camino de la organización y la lucha.

En memoria de todxs lxs caídxs seguimos soñando y luchando por la revolución y el socialismo.

¡¡Todxs lxs guerrillerxs son nuestrxs compañerxs!!

Hasta la victoria, siempre.

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Las víctimas de aquel ataque fueron María Elena Amadio, Emilia Susana Gaggero, Nelson Alberto Agorio, Hector Geraldo Chávez, Victor Hugo González y Ruperto Mendez, cuyos restos fueron sepultados como NN en el Cementerio de Moreno, y Leonor Ines Herrera y Rodolfo Ortiz, inhumados sin identidad en el cementerio de Avellaneda. Sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Juan Domingo Del Gesso, Juan Santiago Manggini y Carlos Guillermo Gerónimo Elena Marcet permanecen desaparecidos.

 

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