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Desde Venceremos – Partido de trabajadorxs denunciamos la grave situación que está atravesando la provincia de Córdoba. Esta práctica cada vez más recurrente de quemar el monte para darle vía libre a los negocios, es uno de los tantos ejemplos del avance del capitalismo, el extractivismo y el imperialismo contra la vida.

Los incendios no cesan, se multiplican a diario. En un panorama devastador a nivel nacional, signado a su vez por la crisis que alcanza magnitudes históricas, el daño a los ecosistemas agrava más la situación que ya padece el pueblo.

Si bien los incendios se repiten cada año, particularmente esta vez han alcanzado dimensiones no vistas hace tiempo. El ecocidio que desde les vecines, las asambleas, las organizaciones venimos denunciando significa la destrucción de todo el ecosistema, porque al monte quemado, la flora y la fauna arrasadas, las vidas y salud de personas, se le suma el impacto  sobre el agua y el aire, inevitablemente contaminados. Los daños causados en las zonas quemadas son irreversibles en el corto y mediano plazo, se estima que una mínima recuperación puede demorar entre 15 a 20 años, y su totalidad cien años. Sin embargo arrasar con la naturaleza, es y seguirá siendo política de Estado bajo el sistema capitalista.

La realidad de Córdoba es de una gravedad inusitada, ya que sin contar la anterior, ésta última ola de incendios quemó más del total anual de cada uno de los últimos seis años; pero no está aislada de una problemática nacional, ya que tiene su raíz en un país productor de materia prima que abastece al mercado mundial a costa de todo, con el extractivismo como salvataje de los gobiernos para hacer andar la economía. Una economía que paga deuda externa, fuga capitales y salva empresas, mientras la pobreza aumenta a diario.

En la provincia de Córdoba hace más de diez días que el fuego se multiplica. En lo que va del 2020 se han incendiado 90 mil hectáreas de territorio, algo así como más de 12500 estadios similares al Mario Kempes. Gran parte de esta zona quemada tenía monte nativo, el impacto es drástico en una provincia donde no se cuidan las miles de hectareas de este bosque. Genera bronca, dolor, rabia contra un sistema de muerte que va mostrando a cada paso su voracidad sin límites.

Otra vez el fuego del capitalismo

Los incendios provocados entre fines de agosto y principios de septiembre estuvieron focalizados en la zona este de las sierras, ahora desde hace diez días el fuego está arrasando con la parte oeste. El foco empezó en el norte y se fue expandiendo hacia el sur donde quedó devastada Pampa de Olaen (territorios que no se quemaban hace 20 años),  llegó hasta Tanti, localidad en la que se evacuó el barrio El Durazno, mientras esto sucedía se prendían dos focos nuevos en Carlos Paz donde se quemaron 10 casas. Además hay incendios en Alta Gracia y Alpa Corral.

Hay focos que se mantienen hace diez días, por la falta de personal suficiente, equipamiento, aviones hidrantes para apagarlos y se acrecientan por los fuertes vientos.

Frente a la desidia del Estado

Córdoba está prendida fuego por los intereses políticos y empresariales, desde la capital de la provincia se ven, se respiran las cenizas en el aire, las temperaturas aumentan a diario y los vientos agravan la situación. Desde abajo se multiplica la organización y las redes tejidas entre las comunidades serranas, porque frente a la desidia de las autoridades, les vecines han salido a colaborar con lo que tenían a mano para ayudar a los bomberos a frenar el fuego. Que los incendios son intencionales no hay dudas, y tampoco de que una vez desatados, el personal de bomberos no es suficiente porque los gobiernos nacional y provincial se ahorran recursos en el marco de un gran ajuste.

Frente a estos acontecimientos el gobierno provincial coherente a su política irresponsable no toma las medidas adecuadas, tampoco atiende las necesidades de las personas afectadas por esta situación. Por el contrario hay un gran desfinanciamiento del Plan Provincial de Manejo del Fuego. Según el gobierno se hizo una inversión de $270 millones pero nadie sabe a dónde fue a parar, porque no hay puestos de detección temprana ni equipamiento suficiente para enfrentar esta situación.

La política irresponsable del Gobierno una vez más tiene consecuencias irreparables, porque nos quita la vida, José Roble y Cristóbal Varela son víctimas de la desidia del Estado. Ambos fallecieron en medio de una situación crítica, marcada por la ausencia estatal.

Cuando de plata se trataba, el Estado estuvo muy presente durante 13 años para recaudar USD 500 mil por año, a través del impuesto al fuego, sin embargo la falta de equipamiento, insumos, programas son el reflejo de un dinero que no destinaron a donde correspondía y usaron para sus propios intereses. A contramano de las reales necesidades del pueblo y de la naturaleza, lo que vemos es un gran gasto en publicidad y propaganda oficial que expone el desarrollo inmobiliario y la construcción de rutas en una asociación de intereses entre Estado y especulación empresarial.

Un caso testigo es la autovía de Montaña donde la lucha popular frenó la continuidad de la construcción sin embargo la política de Schiaretti arremete con un anteproyecto técnico para continuar la autovía desde la comuna san roque hasta Cosquín, por zonas donde hace poco pasaron las llamas.

La situación que viven pobladores de distintas zonas pone en evidencia una lucha entre el negocio y la vida. La furia del negocio empresarial se suma a la desidia y acción gubernamental en las décadas de gobierno tanto del PJ como radical, entre provincia y Municipio.

Mientras el monte se incendia a magnitudes devastadoras, los responsables políticos de este ecocidio actúan tarde, luego de un largo letargo. Notablemente tarde, porque esperaron a que se quemaran más de 40.000 hectáreas para declarar recién el “alerta amarilla” y hace pocos días activaron el “alerta roja” que habilita la llegada a Córdoba de bomberos de otras regiones. Les vecines de las sierras, el pueblo, las organizaciones exigimos que se ponga en funcionamiento todo el servicio nacional de manejo del fuego.

Frente a la rabia, organización popular

Gobierno tras gobierno se profundiza la matriz extractiva de nuestro país,  la economía Argentina depende de la exportación de commodities agrarios, mineros e hidrocarburíferos. Los niveles de concentración y extranjerización de la propiedad de las grandes empresas y de la tierra es muy elevado. A la vez, se ha agudizado la dinámica de fuga de divisas que significa que gran parte de las ganancias no son reinvertidas localmente. En gran medida, el crecimiento de la odiosa deuda externa es el correlato de esta dinámica empresarial.

Con el andamiaje legal como reaseguro para continuar generando acumulación, la naturaleza para el Estado capitalista es objeto de explotación. En el marco de la recuperación de cosmovisiones de los pueblos originarios, sostenemos la necesaria  coexistencia de la humanidad con la naturaleza, basada en el respeto de sus ciclos vitales.

La naturaleza es el lugar donde se va instalar el capital, que avanza sobre nuestros bienes comunes, poniendo en peligro la reproducción de la vida. No es una política nueva, tiene su raíz en el colonialismo perpetrado contra los pueblos originarios, contra los territorios.

No se trata sólo de bomberos y de apagar el fuego, por lo que nuestro reclamo no se agota ahí. En este marco denunciamos todo un entramado que se esconde detrás de los incendios intencionales, la irresponsabilidad política de los gobiernos provincial y nacional, y llamamos a organizarnos y exigir todo lo que la naturaleza necesita. Porque también lo necesitamos nosotres. Los gobiernos deberían no sólo estar apagando el fuego con todo el personal de bomberos del país desde el día uno, sino también destinar presupuesto para evitar que se contamine el aire, el agua, y desplegar acciones para la recuperación y reconstrucción del monte nativo.

Luchamos contra el lucro y el beneficio del capital local e internacional sobre nuestros bienes comunes.

Luchamos contra la depredación de la naturaleza que el capital genera en su carrera voraz por la acumulación de ganancia.

Luchamos contra un modelo extractivista y de monocultivo, basado en la maximización de las ganancias del capital extractivo (petróleo, mega-minero, agronegocios, y forestales) en detrimento de las necesidades alimenticias, las economías regionales, la diversidad de la producción, la salud y la vida de las comunidades.

Luchamos contra la intervención política y militar imperialista en el territorio nacional, latinoamericano y en cualquier lugar del mundo.

Luchamos por garantizar el derecho a un ambiente sano y el uso de los bienes comunes en función de la satisfacción de las necesidades humanas y no del capital, buscando mantener el equilibrio ecosistémico.

Con urgencia exigimos:

  1. Renuncia de Diego Concha, a cargo de los operativos y responsable de Protección Civil de la Provincia de Córdoba.
  2. Declaración de estado de Emergencia. Pleno uso de los recursos del Fondo Nacional de Manejo del Fuego.
  3. Aumento del presupuesto para la rehabilitación y reconstrucción del bosque nativo y para subsidiar las pérdidas materiales de la población.
  4. El fuego no modifica el uso del suelo.
  5. Participación popular en la actualización del Ordenamiento Territorial.
  6. Más presupuesto para el Plan Nacional y Provincial de Manejo de Fuego. Más presupuesto para la protección del Bosque nativo.
  7. Profesionalización de les Bomberes Voluntaries.
  8. Por un nuevo modelo productivo con Soberanía Alimentaria.
  9. No a la urbanización compulsiva. Basta de countries y barrios cerrados para los ricos y exclusión y hacinamiento para les trabajadores y pueblos originarios.

 

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