Por Carlos Vasco Orzaocoa

La Pandemia ha consagrado en nuestro país a un verdadero “piloto de tormentas” en la figura del Presidente Alberto Fernández. Apóstol de la “Unidad Nacional” para enfrentar al “enemigo común”. Sus declaraciones en conjunto con los gobernadores de Buenos Aires y Capital Federal quieren expresar una “nueva época” anti-grieta de consensos y de que la vida es prioritaria frente a la economía.

Hasta en la reunión del martes 2 de junio con los mayores capitanes de la Industria  se expresaban estos consensos. Decía el Presidente en conferencia de Prensa: “Queremos un capitalismo donde todos ganan, no donde unos ganan y otros pierdan”. Preguntado por su reunión con directivos de grandes empresas decía: “estuvimos de acuerdo con que un capitalismo que no sea más justo no es un buen capitalismo”. “…..estamos trabajando en la construcción de un nuevo contrato social, con trabajadores y empresarios”.

Y es que la tarea de “construcción de un nuevo contrato social” está siendo facilitada por la Pandemia. Ya se ha logrado una Reforma Laboral de hecho. Acordada  por la conducciones de la CGT y grandes sindicatos para rebajar salarios y realizar suspensiones. En Córdoba el Gobierno Provincial cayó contra los jubilados en la misma línea del Gobierno Nacional. El Gran Capital está aprovechando de la Pandemia para aumentar sus ganancias y disciplinar a los trabajadores. Se propone expandir el tele trabajo para aislar a los trabajadores, bajar los costos laborales y no tener el “dolor de cabeza” de la organización sindical.

Y esta tarea de Unidad y Consenso que ha tomado el Presidente tiene dimensión Internacional. En acuerdo con el FMI, en las negociaciones con los Fondos Privados por 62.000 millones de dólares, se ha renunciado a cualquier revisión sobre legalidad y legitimidad de la Deuda. Y se avanza a convenios de pago para evitar el default.

Algunos intelectuales orgánicos del oficialismo gobernante opinan que el Neoliberalismo, a partir de la Pandemia, ya está muerto. Y confunden una crisis de hegemonía del pensamiento neoliberal con su existencia como actualidad del capitalismo, como forma de su acumulación y reproducción, aspecto éste que está más vivo que nunca.

Y hablando de intelectuales, en los últimos días surgió a nivel internacional una “Internacional Progresista” con destacados pensadores, economistas, políticos y artistas que no quieren volver al Neoliberalismo que generó esta Pandemia. Que quieren un capitalismo inclusivo con reminiscencia del New Deal Keynesiano de Roosevelt y de los 30 años dorados de Estado de Bienestar en la segunda pos guerra. Y a la expresión “New Deal” le agregan “Green” para significar la impostergable protección de la Naturaleza.

Y como siempre ocurre tuvo ramificaciones en Argentina. Surgió “La Comuna Argentina” donde destacados intelectuales locales pregonan por un “Estado Fuerte y Presente” que controle la economía y las finanzas con añoranzas también de aquel Estado Benefactor Peronista que siguió a la 2da. Guerra Mundial y que amplió los derechos de los Trabajadores.

Correlato también de un “Manifiesto Por la Soberanía y el Trabajo” proclamado el reciente Primero de Mayo y firmado por ATE, CTA autónoma, UTEP y otras organizaciones sociales y políticas con un programa de medidas progresistas pero todo dentro del capitalismo, sin revolución y apoyando al actual gobierno del Frente de Todos. Que tuvo también su extensión cordobesa. Lo que nos muestra que el campo popular tiene gran parte de sus direcciones alineadas al capitalismo.

Las proclamas por un Estado de Bienestar que controle la economía, con un capitalismo productivo y serio, no financiero ni timbero, para una sociedad de “producción y trabajo” es puro ilusionismo, es querer que vuelva el paraíso perdido, es predicar algo de imposible existencia, es engañar al pueblo trabajador. (Aún expropiando Vicentín, que por los anuncios de hace un rato, suena más a un rescate capitalista ya que será una empresa mixta, del Estado con los antiguos dueños, que se dedicaron a estafar y fugar los préstamos del Banco Nación). En la posguerra teníamos un capitalismo local que alentaba el consumo de masas y el desarrollo del mercado interno. Hoy los mercados están globalizados para el alto consumo a dónde va la producción mundial, como son las clases medias de China, India y el mundo. Además la vocación innata del capitalismo al extractivismo hoy se agiganta porque sus necesidades tecnológicas lo hacen imprescindible. Por eso este capitalismo neoliberal es imposible que vuelva a aquéllas épocas.

Marianela Navarro, dirigente del FOL, nos anuncia con dramática realidad: “No sólo estamos enfrentando la Pandemia del Covid 19 sino la pandemia del hambre, nos preocupa enormemente que terminemos a fin de año con 60% de pobreza en Argentina”.

Y eso será así, lo que preocupa a Marianela, mientras no se tomen medidas de fondo (como lo decíamos en nota anterior) que afecten las bases estructurales del capitalismo.

Y que los dirigentes del campo popular dejen de frecuentar las alfombras y oficinas calefaccionadas del Poder.

Desde Córdoba. 9 de Junio. Carlos “Vasco” Orzaocoa

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