A más de dos meses del comienzo del aislamiento preventivo, social y obligatorio se nos quiere imponer que el coronavirus es democrático y nos afecta a todxs por igual, pero la realidad marca que la situación en las barriadas se vuelve cada vez más crítica y desesperante, como decimos en la nota Una cuarentena cada vez más desigual.

Mientras se profundiza la precariedad de la vida en muchas familias, el precio de los alquileres está por las nubes, los requisitos inmobiliarios imposibles hacen cada vez más difícil acceder a una vivienda para una vida digna y la respuesta del estado en todo el país sigue siendo la represión.

El 19 de mayo se dio un gran despliegue represivo con policías de la comisaria 4° de José León Suarez que contó con patrulleros, camión de infantería y policía motorizada para desalojar a familias del Barrio 13 de Julio (Partido de San Martín, en la zona Norte del conurbano bonaerense) que tomaban terrenos fiscales para construir viviendas. Días más tarde la policía quemó casillas que se estaban realizando para construir viviendas. Esto se dio en un contexto donde el anterior comisario fue desplazado por el desalojo de dos familias del barrio Independencia.

No muy distinta es la situación en la provincia de Córdoba, donde casi cincuenta familias están instaladas desde el año pasado en un terreno abandonado del barrio Cabildo, pero hace unas semanas un hombre se presentó acompañado por la policía y una topadora que arrasó con viviendas sin ninguna orden judicial y una ocupante fue detenida bajo la caratula de violación de la cuarentena. También en la provincia de Jujuy la policía intentó desalojar a 200 familias trabajadoras sin vivienda de Ledesma.

Pero quizás el caso más grave es el que sucedió en Chaco, donde policías de la comisaria 3° de Fontana entraron a una casa de la comunidad Qom, la familia fue golpeada y torturada, además detuvieron a cuatro personas menores de edad. Luego en la comisaria los policías abusaron sexualmente de dos chicas, las rociaron con alcohol y amenazaron con prenderlas fuego.

Estas prácticas se repiten en todo el país, demostrando que no hay grieta a la hora de reprimir al pueblo trabajador. Por eso desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs seguimos diciendo que lo esencial no es que haya más policías en nuestros barrios, sino que el estado garantice los derechos básicos como es el acceso a la vivienda y para eso la crisis sanitaria y social la tienen que pagar los que más tienen.

SIN CONDICIONES DE VIDA DIGNA, NO HAY «QUEDATE EN TU CASA»

BASTA DE REPRESIÓN

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