En las elecciones presidenciales de 2019 Mauricio Macri perdió debido a la mala situación económica,  Alberto Fernández fue electo con el mandato de salir de la recesión económica, así el nuevo gobierno se dio el plan de arreglar primero las cuentas internacionales. El ministro de economía Guzmán, recomendado por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y por el Papa Francisco, asumió con la tarea de lograr, mediante una negociación exitosa, un acuerdo con los acreedores externos. Se trataba de legitimar las deudas y garantizar voluntad  de cumplimiento a cambio de una dispensa en los pagos tanto de capital como intereses de dos o tres años. En ese ínterin, con las divisas de la exportación agrícola ganadera, del gas y del petróleo de Vaca Muerta, de la minería y de la exportación industrial a Brasil, tendríamos la oportunidad de salir de la recesión y  pagar la Deuda externa, una vez finalizado el plazo de dispensa: “Puro Ilusionismo”. La aparición de la pandemia vino a acelerar catastróficamente una crisis latente en el sistema económico mundial. Los precios del petróleo, que ya venían en retroceso, se cayeron a niveles sin precedentes, también la soja volvió a precios del siglo pasado. En paralelo fue la caída en su valor de los minerales y Brasil que es nuestro comprador de productos industriales entró en una profunda crisis.

El Plan se cae

Sin Plan y ante la Pandemia, la salida de priorizar la salud le servía al nuevo gobierno para  consolidar una identidad progresista y para legitimar un liderazgo presidencial que había nacido sumamente acotado.

La dispensa por dos o tres años de pago de Deuda Externa a acreedores privados y organismos Internacionales  como el FMI, el Banco Mundial, se convertía así en imposibilidad objetiva de Pago. La fuerte presión de los sectores empresariales locales de no caer en default, no es porque sí, la razón es que en una situación así se cancela el crédito externo para sus empresas; total como sabemos las deudas privadas contraídas son siempre garantizadas y asumidas por el Estado.

Mientras tanto somos parte de una crisis mundial larga, compleja y con enormes costos productivos y sociales. Para este año y los siguientes nuestro país tendrá un retroceso considerable en su PBI con destrucción de miles de pequeñas y medianas industrias y un crecimiento desopilante de la desocupación. El Estado está destinando gran parte de su gigantesca emisión monetaria  a mantener las grandes empresas que han hecho despidos, suspensiones y reducido los salarios. La reforma laboral de Macri ya está implantada de hecho. El Presidente Fernández dispuso mediante Decreto de Necesidad y Urgencia la “Prohibición de los despidos sin justa causa” y también de “las suspensiones por fuerza mayor o por falta y disminución del Trabajo”. Sin embargo como está a la vista los despidos, suspensiones y rebajas salariales se aplicaron a todos los sectores de trabajadores. Y es que las crisis, cierre de empresas, desocupación no se suprimen con discursos, decretos o leyes. Es necesario entender que bajo dominio del capital el Estado va a favorecer siempre a la burguesía y reprimir a los/las trabajadores. Por eso los decretos y leyes que se opongan a los intereses dominantes son “papel mojado”, es ridículo pedir el funcionamiento del Parlamento para dictar leyes contra los despidos. Es crear ilusionismo y expectativas falsas. Por eso estas propuestas del FIT-U lindan en el “cretinismo parlamentario” (reemplazar la lucha de clases por la acción parlamentaria).

Desde el gobierno y desde sectores populares alineados al Frente de Todos se plantea una mayor intervención del Estado, pero siempre en amigable relación con los principales grupos económicos. No se plantea la estatización de la banca (por donde se fuga el trabajo de los/las argentinos/as). Tampoco del Comercio Exterior (para mantener las ganancias  de las grandes firmas exportadoras) ni de los puertos, ni de las fuentes energéticas, de los servicios públicos ni de las grandes propiedades de tierra. La salida no es con Impuestos a la riqueza sino con expropiación a los medios de producción bajo control y administración de los/las trabajadores/as, desconociendo la deuda externa por ilegítima y fraudulenta. Sin estas medidas de fondo será imposible salir de todo este desbarajuste que estamos viviendo.-

Córdoba, 19 de mayo 2020. Carlos Vasco Orzaocoa.

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