En estos días se conoció que el Gobierno de la Ciudad autorizó a la Dirección General de Abastecimiento en Salud a comprar 15 mil barbijos de alta complejidad por un monto de 45 millones de pesos; lo que da un total de $ 3000 por cada barbijo. Así, en menos de una semana salen a la luz dos casos de pago de sobreprecios en compras que son de urgencia  para paliar la grave crisis social y sanitaria. La anterior fue realizada por el gobierno nacional que asumió precios exorbitantes para compra de mercadería. ¿Cuántas serán las que desconocemos?

 

En el caso de Ciudad, en todas las campañas oficiales y en cada intervención periodística, podemos ver a los principales funcionarios pedirle a la población que “reserve” los barbijos profesionales para el personal de la salud dado el stock limitado y el alto costo de los mismos. Ahora bien, la marca de estos barbijos es la multinacional 3M que días atrás emitió un comunicado donde informaba que el precio internacional de venta del insumo era de 3,40 dólares como máximo, lo que sería $ 300 aproximadamente; y en la página web de la empresa distribuidora el precio es de $ 1040. Por lo tanto, el gobierno pagó un sobreprecio de casi 30 millones de pesos.  Cuando se le preguntó al Jefe de Gabinete Felipe Miguel respondió que están haciendo las averiguaciones pertinentes pero defendió todo el sistema de compras de su gestión, el cual afirmó que es “transparente”.

 

Por otra parte, mediante la resolución 69/SSGA/20, el GCBA autorizó la compra directa de elementos represivos por casi 53 millones de pesos. Uno de los fundamentos utilizados para la compra habla de “la urgente provisión del material antidisturbios para hacer frente a la situación socioeconómica que se está atravesando como consecuencia de la pandemia de COVID-19”. Es decir que la medida con la que Larreta planea enfrentar la crisis socioeconómica que continuará profundizándose, será más represión. ¿No sería más inteligente destinar esos recursos para fortalecer el sistema de salud público mejorando las condiciones de trabajo de médicxs y enfermerxs? ¿No es más urgente utilizarlos para tomar, de una vez por todas, las medidas que necesitamos para enfrentar el dengue que crece de manera exponencial y ya enfermó a más de 3000 personas en nuestra ciudad?

 

La precarización de la vida en tiempos de cuarentena

 

En lo que va de la cuarentena, algo que queda en evidencia es la imposibilidad de miles de familias de sostener el aislamiento obligatorio dados los altos niveles de precariedad con la que viven. En la Ciudad de Buenos Aires esto se refleja en las villas donde mayoritariamente una familia completa comparte una misma habitación y los niveles de hacinamiento hacen que no se pueda cumplir con las indicaciones sanitarias. Esas mismas familias son las que tienen que caminar largas cuadras o incluso tomar un colectivo para acceder a un cajero o incluso para buscar precios más accesibles en alimentos. Las imágenes de gente haciendo filas interminables por un plato de comida para el día en los comedores populares son elocuentes. Misma escena de repite en las escuelas donde el gobierno porteño dispuso la entrega de “bolsones” de mercadería para 15 días que son insuficientes, de bajo niveles nutritivos y con un plan de entrega poco claro y coordinado.

 

Mientras se destinan prespuestos por millones para preparar a la policía para reprimir posibles protestas, lxs trabajadores estatales de la salud y de otros organismos sostienen tareas de riesgo con niveles de precarización insólitos para el distrito con mayor presupuesto del país.  Hay denuncias de falta de insumos básicos como alcohol en gel, barbijos o lavandina e incluso protocolos de acción en organismos de atención pública. Existen ejemplos de precarización en distintos niveles. (Recomendamos leer la nota: http://venceremos-arg.org/2020/03/25/con-precarizacion-del-trabajo-y-la-vida-no-hay-condiciones-para-combatir-al-covid-19/)

 

En el marco de esta cuarentena, desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs – afirmamos que todos los recursos deben estar puestos para fortalecer el sistema de salud público de la ciudad, que se garantice el trabajo de manera digna, con todos los derechos y cuidados necesarios, la asistencia alimentaria a las familias más humildes, la entrega de alimentos de calidad en las escuelas públicas, la atención de situaciones de violencia de género que van en aumento en un marco de aislamiento obligatorio y para que la vacuna antigripal llegue a todxs lxs adultxs mayores, niñxs y grupos de riesgo de la ciudad.

 

¡Con precarización del trabajo y de la vida no hay condiciones para combatir el COVID-19!

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