Entrevistamos a Marianela “Pini” Navarro, integrante del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y de Venceremos – Partido de Trabajadorxs, para que nos cuente cómo se vive en los barrios populares este contexto de cuarentena y cómo la aguda crisis social pone en evidencia la profunda desigualdad que genera el capitalismo en nuestro país. A su vez, hablamos del rol de los movimientos sociales, y cómo la organización popular sigue siendo una herramienta esencial que en esta coyuntura se pone a prueba para afrontar las necesidades de les más humildes. También nos mencionó la perspectiva respecto del después de la pandemia, con una economía cada vez más en picada.

V-PT: ¿Cuál es la situación que se vive en los barrios populares a partir de la declaración de la cuarentena? ¿Cómo se refleja eso en las diferentes provincias?

Así como se expande la pandemia, también se expande el hambre en los barrios populares. Todas las organizaciones sociales estamos garantizando la comida y la merienda para miles y miles de familias en todo el país. Somos parte de los trabajadores y las trabajadoras informales, cooperativistas, desocupades, para los cuales lo único estable es la inestabilidad. Somos parte de la exclusión del sistema. Eso nos obliga a peregrinar por las grandes ciudades y por los pueblos más olvidados de la argentina en búsqueda de un plato de comida de manera cotidiana. La cuarentena no impacta de la misma manera en todos los sectores sociales. Estamos en una situación muy crítica porque nuestra economía depende del trabajo cotidiano. De la venta de tortillas, del trabajo en las cooperativas, hay muchísimas compañeras que además de ser cooperativistas son trabajadoras domésticas. Y entonces la realidad es muy cruenta. En todo el conurbano, en las villas de la capital, donde el hacinamiento es tremendo. Luego, por ejemplo, en otras provincias del país, esta crisis sanitaria que se vive sin lugar a dudas es una crisis económica, pone de relieve todas las consecuencias sociales de vivir en este sistema capitalista y desigual, que excluye a millones de trabajadores y trabajadoras de los derechos más elementales. Es entonces en las zonas más alejadas de la urbe donde hemos visto situaciones muy críticas de abuelas y de abuelos, de nuestres mayores que no tienen garantizada ni siquiera una pensión y son las organizaciones sociales las que vamos a la ayuda de esas personas que de otro modo morirían de hambre, antes que de coronavirus. También mencionar que la situación sanitaria en el norte argentino es terrible. Hay muchísimas personas contagiadas de dengue, y el sistema sanitario en todas esas zonas está quebrado, porque ni siquiera hay gasas para garantizar la  mínima atención a las familias.

V-PT: ¿Qué rol están cumpliendo los movimientos sociales y en particular el FOL en este contexto?

Los movimientos sociales que conocemos de crisis más que nadie, estamos ahora en esta coyuntura que vive el mundo y que vive el país, poniéndonos en primer lugar al servicio de la comunidad. Se está garantizando para que llegue la comida a los lugares más recónditos. Se está haciendo con el liderazgo de las compañeras, de las mujeres más humildes, que con un gran altruismo y solidaridad, garantizan el alimento de las familias más carenciadas. Por otro lado, se está empezando a producir barbijos. Se va a iniciar la producción de camas, que ha sido una solicitud del Estado para las próximas semanas, cuando se estima que la pandemia va a golpear más duramente en la Argentina. A su vez, creemos que en esta coyuntura hay que poner en discusión por un lado los problemas centrales y la naturaleza de este sistema que hace que la riqueza esté concentrada en pocas manos y no se privilegie la vida humana. Consideramos que todos los fondos del Estado, que todos los fondos de los sectores privados, que los fondos provenientes del no pago de una deuda externa fraudulenta e ilegítima, tienen que estar al servicio de salvar las vidas humanas. También consideramos que es muy importante organizar la solidaridad concreta en cada lugar, valiéndose de la expansión territorial que tenemos el conjunto de los movimientos sociales, de las organizaciones obreras, de las organizaciones de mujeres, constituyendo comités de crisis en cada zona y en cada pueblo. Estos comités deben primero, garantizar que los recursos de esta emergencia sanitaria puedan llegar a las personas más necesitadas, y segundo, desde allí también, poder ejercer el control popular sobre las distintas instancias gubernamentales para que no haya ningún aprovechamiento en esta situación trágica que vive el país, así como también mantener los niveles de coordinación necesaria para garantizar los derechos humanos de las personas más humildes, y que sean respetados. Vivimos una cantidad innumerable de violaciones de derechos humanos y de abuso policial en todo el territorio nacional, en el marco del aislamiento obligatorio que vivimos y entonces de este modo, la coordinación y la constitución de estos comités de crisis podrían ser una herramienta para esta coyuntura.

V-PT: ¿Cómo evalúan la ayuda social de emergencia que dispuso el gobierno nacional?

En relación a la ayuda que dispuso el gobierno y las medidas anunciadas consideramos que el bono de emergencia de carácter universal ha sido un reclamo “de” los movimientos sociales principalmente. Que es necesario que en esta discusión se garantice la continuidad, porque no es solo la emergencia sanitaria, sino que el problema son las consecuencias sociales de la terrible recesión que va a vivir el país. Ya la OIT anuncia que van ser destruidos alrededor de 25 millones de puestos de trabajo en el mundo. O sea que la precarización laboral y la exclusión del mercado formal de trabajo van a continuar y se van a profundizar. Entonces, el Estado tiene que tener una política directa para contener a toda esa porción de la población que en el caso de la Argentina son alrededor de 5 millones de trabajadores y trabajadoras. Por otro lado, estamos exigiendo la duplicación del alimento porque la comida no alcanza y así mismo también, que tiene que haber mayor cantidad de fondos destinados a garantizar que haya respiradores, que haya camas, y que los trabajadores y trabajadoras de la salud tengan las condiciones fundamentales para poder atender y salvar a la población.

V-PT: ¿Cómo viven las compañeras la situación de cuarentena en el marco de relaciones patriarcales y de violencia machista?

Son las mujeres, las compañeras trabajadoras las que están poniéndose al frente de la crisis sanitaria. Y hay que decir que en esta crisis, que en esta situación social no se debe invisibilizar que las diferencias de clase y de género, no afectan del mismo modo a todes. En particular a las mujeres, que son las que se hacen cargo en lo cotidiano del trabajo de cuidado, y que son las más afectadas. Además de que por ejemplo, el porcentaje de denuncias de violencia de género en la línea 144, han aumentado un 25 %. Muchas compañeras hoy están teniendo que cumplir su cuarentena obligatoria con los violentos. Entonces las organizaciones sociales también estamos atendiendo esos casos, con acompañamiento. Con cobijo de las comisiones de género que existen en todo el país para garantizar una apoyo a las compañeras nuestras que viven situaciones de violencia en sus casas. Por otro lado, también mencionar que son las compañeras las que están liderando los comedores y los merenderos. Son ellas las que más sufren frente al hambre de sus familias y de sus hijos e hijas. Entonces esto también es digno que sea reconocido socialmente.

V-PT: ¿Qué escenario están avizorando para cuando termine la cuarentena y se de lugar a una economía cada vez más en caída? ¿Qué respuestas alternativas deberían tomarse para paliar la crisis?

Primero debemos mencionar que hemos visto en estos días, hechos que ponen de relieve la naturaleza del capitalismo, su crueldad. Ejemplos tales como miles de trabajadores y trabajadoras obligados y obligadas a desarrollar su actividad sin las mínimas garantías sanitarias. Otro caso indignante a resaltar, y que demuestra el desprecio de clase, es el caso del patrón que intento ingresar a su country a una trabajadora doméstica en un baúl de su auto. O los miles de trabajadores golondrinas que hoy no tienen ningún tipo de actividad, o que han quedado varados en distintas provincias porque no hay ninguna respuesta por parte de las patronales. En muchas partes del mundo dejan morir a los mayores, a los abuelos y las abuelas en los pisos de los hospitales, como en España o Italia. Eligen a quien van a dejar morir. Estas son algunas imágenes que nos explican la naturaleza del mundo donde vivimos. Esto tiene una explicación, tiene una responsabilidad, que es el sistema capitalista. Que cada vez excluye más a millones de trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, personas de los sectores populares excluidos de los derechos más básicos. Pero por suerte, a contramano de eso, existen los médicos y las médicas cubanas. Existe la llama encendida de la Revolución Cubana que envía de manera desinteresada y con un altruismo digno de imitar, a decenas de médicas y médicos a todas partes del mundo para ponerse al servicio de la humanidad. Frente a la crueldad del capitalismo, frente a la crueldad del imperialismo, sigue siendo Cuba la que mantiene la llama encendida de la revolución y del socialismo.

En el plano local, señalo que vaticinamos un escenario mucho más complejo para los sectores populares y que en esta situación de crisis, tenemos que aprovechar para consolidar organización popular, pero sin quedarnos restringidos en los márgenes de la lucha económica, sino que es una oportunidad para plantear un programa anticapitalista que lleve adelante con la gente organizada en las calles, medidas que puedan garantizar que el ser humano sea la medida de todas las cosas. Para los pobres no existe el sistema de salud, no existe resguardo de parte del Estado, y se le suma un agravamiento de la situación con la militarización en los barrios. La mayoría de los detenidos son pobres, los perseguidos de siempre, mientras que el Estado no está garantizando todo lo que debe garantizar para esta situación. Lo que se pone de relieve en esta coyuntura son los grandes niveles de desigualdad que tiene la argentina y que hay que poner en discusión. Debemos aprender de la historia y del proceso de la lucha de clases, que esto es una lucha de fuerzas, y en la medida en que la clase trabajadora y los sectores populares no estén en la calle, muy difícilmente se puedan modificar los pilares fundamentales de este sistema. Y lo que nos va a llevar a una tragedia social, si no somos capaces de poner una alternativa anticapitalista de pie.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí