“La memoria de los antepasados es una de las más profundas fuentes de inspiración de la acción revolucionaria de los oprimidos.”

Walter Benjamin

Ha pasado un año desde aquel 7 de marzo de 2019 en que se abrieron las puertas de la Casa de la Memoria Imprenta del Pueblo Roberto Matthews. Casualidad o no, marzo sigue sumando aniversarios a nuestro calendario. El paso del tiempo se materializa hoy en acción, en compromiso, ideas y en trabajo voluntario, que ha logrado avanzar colectivamente en la recuperación material de este proyecto. El corazón de la imprenta, ese que se encuentra bajo tierra, no deja de latir, en realidad; nunca dejó de latir. Ahora en el Barrio Observatorio de nuestra querida Córdoba, su pulso es cada vez más fuerte.

Desde aquel marzo, la Casa ha encendido sus luces y abierto sus puertas una y otra vez para recibir a todes aquelles que llegaban a ver de qué se trataba. Insistimos en que allí la vida brota de sus entrañas, lo vemos en cada reverdecer de la parra en medio de los relatos que van reconstruyendo el hilo rojo de nuestra historia. La vida en las flores del patio, en la higuera que no para de dar dulce, en la planta de tomate que ya comimos, en el pasto que golpea debajo de cada baldosa.  No es menor, la recuperación de la Casa de la Memoria, es un antes y un después, es una victoria, es un triunfo del pueblo. Desde aquel día en que un grupo de compañeres, abogadxs, militantes, junto a los hijxs legítimos herederos de esta casa, abrieron sus puertas después de más de 10 años de querer recuperarla. Fue entornar la entrada a una parte de nuestra historia argentina, aquella que nos invita a reflexionar y profundizar en los proyectos revolucionarios por completo. Es la posibilidad de empezar a palpar esa historia que miles de veces nos ha sido negada, transmitida con matices y distorsiones, esa enseñanza de la historia a les niñes y las juventudes que pretende omitir el porqué de semejante obra, el porqué de entregarlo todo, de la necesidad urgente de un proyecto político que vaya directo a la raíz del problema.

Bajo una trinchera de ideas, les compañeres vivieron y militaron allí, lucharon por la revolución, el socialismo y por una sociedad sin clases. Por el proyecto socialista que buscaba eliminar de este mundo al capitalismo como única forma posible. Elles, junto a miles de compañeres, luchaban por erradicar la propuesta de vivir en caminos solitarios, bajo un sistema tan atomizado por el egoísmo, tan feroz en lo competitivo, pleno de meritocracia y proyectos individualistas; con el predominio de las relaciones mercantiles donde todo se compra y todo se vende. Lo que sabemos y confirmamos en cada paso, es que el proyecto por el cual valía la pena entregar la vida se asentaba bajo el más profundo humanismo que se consolidó en nuestra Patria Grande. Cuando decimos humanismo no decimos otra cosa que amor por la vida, sobre todo por la vida, como decía Daltón: “que el pan como la poesía, que sea de todxs”.

En Córdoba, el Partido Revolucionario de los Trabajadores comenzó la construcción de la imprenta subterránea a finales del año 1973. A paso de hormiga y con extrema precaución, iniciaron una obra de ingeniería que hoy, 42 años después se la puede considerar faraónica, es decir; no hay nada en el mundo entero que se le parezca. Allí, a casi 10 metros bajo tierra, se encontraba la segunda imprenta nacional del PRT, la que tendría a su cargo la distribución de los materiales impresos para el centro y todo el noroeste de nuestro país. El Combatiente y Estrella Roja, los órganos de difusión del PRT y el ERP respectivamente, salían semana a semana. Se imprimían más de 70 mil ejemplares mensuales, repartidos en fábricas, universidades, barrios, sin lugar a dudas se trataba de dedicar la vida entera al proyecto socialista, a la emancipación cultural, social y nacional, al deseo enorme de ser parte de una transformación tal que permitiera crear nuevas formas de vínculos, lazos y vida.

“Semillas del futuro en la Tierra Latinoamericana. Estrellas en el cielo de la esperanza popular. Carbones ardientes bajo las cenizas del desencanto”. Michael Löwy

Hoy todo se resignifica, en medio del avance del capitalismo en su etapa neoliberal que continúa oprimiendo brutalmente, cobrándose la vida de les de abajo, nos preguntamos por qué en nuestra humanidad recuperar la memoria de quienes somos, de dónde venimos y dónde nos ubicamos sigue siendo una urgencia.

¿Qué es recuperar la memoria? ¿Qué es la memoria? Hace un tiempo ya que la siguiente frase nos acompaña en cada accionar de la imprenta: “La Memoria no es un detenerse melancólico sobre lo pasado, sino una lucha que moviliza, organiza, predispone y opera también críticamente. Los “Espacios de la Memoria” en nuestro país, en lugar de clausurar una discusión con respecto al pasado y entregarse a la victimización de los caídos, siguen siendo una piedra de escándalo, un punto de diferencia, de lucha, de posicionamiento”.

Es en ese camino que decidimos plantar bandera, porque la imprenta era un emblema visible, una simbología que habla, una fábrica de ideas a contracorriente, un peligro permanente. Por eso quisieron que fuera una desaparecida. Quisieron tenerla oculta. Por eso durante más de 40 años, para mantenerla oculta, apelaron a miles de artimañas, triquiñuelas jurídicas y no jurídicas con la complicidad de fiscales, jueces y gobernantes de turno, cualquiera sea su color. Esconder su historia al igual que preferir no escucharla, se vuelve la misma complicidad. Entonces vale preguntarse, ¿Por qué fue necesario hablar 10 metros bajo tierra de las ideas que se piensan y sienten? ¿Por qué no era posible charlarlas en la parada del bondi, en la espera de una fila para comprar lo necesario o en el recreo del trabajo? Se trataba de dar a conocer a millones de argentinxs una alternativa de sociedad posible, a contracorriente de la sociedad existente y de las ideas e intereses oficiales defendidos por los privilegiados de siempre, por la costumbre y por el Estado.

Recuperar la memoria, ¿cómo se hace hoy? ¿Cómo nos acercamos a la respuesta de quienes somos y de dónde venimos? ¿Qué historia nos contaron y cuál queremos contar?

Hace un año que rescatar la memoria se ha vuelto tarea práctica de todos los días, porque nos mueve la praxis de conjurar lo que pensamos con lo que hacemos con nuestras manos, porque la casa de Fructuoso Rivera viene siendo la recuperación de lazos, vínculos no sólo de aquelles que pisaron las calles durante el período de los 60 y 70 en nuestro continente, sino también de las generaciones siguientes, de aquellas generaciones que continuaron la militancia en los 80, en los 90 y de aquelles que hoy pensamos en cambiarlo todo.

Recuperar la Imprenta es la posibilidad de hacer todas las preguntas que nunca hicimos, que nunca nos dejaron hacer, que nos da vergüenza acercar o aquellas preguntas que nunca tuvimos a quien hacérselas.

Hoy, esta casa es el lugar de jóvenes que encontramos la posibilidad de reafirmar que el socialismo es posible en el mundo neoliberal que nos proponen como única forma de vida. Es el espacio de “viejos militantes” que encontramos la materialidad de la revolución que aún no fue pero que sigue cavando sus cimientos. Esta casa se reafirma con el trabajo voluntario de miles y miles que deciden embarrarse hasta la cabeza, tal y como fue construida, porque vale la pena palpar nuestra historia. Así, esta casa es un equipo de arqueólogxs, museólogxs, artistas, conservadores, restauradores, historiadores, pintores, educadores, estudiantes, ingenierxs, albañiles, abogadxs, filósofxs, psicologxs, arquitectxs, fotógrafxs, jardinerxs, cineastas, amigues, familias, hermanxs que deciden plantar un verdadero nunca más, un real no perdonamos, no olvidamos y no nos reconciliamos bajo ningún punto de vista, y bajo ninguna posibilidad de existencia.

En el marco social, político y económico actual de la profunda crisis que vive el capitalismo como sistema mundial y a la par de pisar otro marzo; a días de un nuevo aniversario del último Golpe de Estado Cívico-Militar en Argentina, de la última y feroz dictadura en nuestro país, a días de pisar un nuevo 24 de marzo; recuperar nuestra historia en carácter de memoria del pueblo, con el objetivo de profundizar en el conocimiento de los proyectos que les militantes de aquella época tenían, con la orientación de pensar hoy un verdadero proyecto de emancipación, actualizan que la revolución es posible y necesaria.

¡Más de 30.000 compañerxs desaparecidxs, presentes! ¡Ahora y siempre!

Por nuestra segunda y definitiva independencia, ¡Avompla!

¡Fuera el FMI de Argentina y del mundo entero!

*En enero de este año se elaboró una recopilación de Documentos que se imprimieron en la “Imprenta del Pueblo Roberto Matthews” del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), en la década del 70. Que dada su notable vigencia y actualidad, aportan a la conciencia de les Trabajadores y el Pueblo Argentino. Escribinos para recibir los documentos

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