Cada 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, nos permite reivindicar el lugar que ocupamos mujeres, lesbianas, bisexuales, trans, travestis y no binaries pertenecientes a la clase trabajadora. En un mundo atravesado por este sistema patriarcal y capitalista, se nos condena a vivir en las peores condiciones de vida; situaciones de explotación, opresión, donde sobrevivimos con apenas lo justo.

Los designios de los organismos financieros internacionales continúan condenando a nuestros pueblos a deudas usureras que afectan nuestras vidas, ajustando a jubiladas y pensionadas, y haciendo difícil sobrevivir en el día a día con trabajos precarizados, que afectan mayormente a mujeres y disidencias. El gobierno de Todxs sostiene esta dependencia, a la vez que mantiene un modelo extractivista que saquea nuestros bienes comunes, arrasa con pueblos, y actúa en la misma línea que el patriarcado, mercantilizando y explotando nuestros cuerpos y territorios. Sumado a esta situación, las violencias machistas, femicidios y travesticios nos condenan al horror de sentir que nuestras vidas poco valen.

Sin embargo, nada nos detiene en momentos donde el pesimismo y la desesperanza parecen acechar. La fuerza de los movimientos feministas ha logrado encender una llama, nacida de la lucha y el fervor de quienes nos anteceden. Somos las mujeres y disidencias quienes sostenemos los movimientos sociales contra los avances imperialistas, saqueantes y colonialistas. Tenemos una vasta historia que nos precede y nos enseña. En 1857 fueron trabajadoras quienes dieron su vida exigiendo salario y condiciones de trabajo dignas, en la revolución rusa las pioneras revolucionarias nos legaron su lucha, y en Nuestra América nos nutre la fuerza de nuestras ancestras por la emancipación de nuestras tierras y en lucha por independencia.

En estas jornadas seguimos exigiendo el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito, en donde la enorme marea verde y la fuerte presencia plural y unitaria en las calles, encarna una fuerza social que demuestra la potencialidad de arrancarle derechos al Estado. Exigimos que sea el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto legal, seguro y gratuito el que sea aprobado en el Congreso, elaborado por 700 organizaciones a lo largo de todo el país. No queremos pactos con las Iglesias encubridoras de abusadores y torturadores de niñas, niños y adolescentes, ni con profesionales que obstaculicen nuestros derechos. Reclamamos una efectiva implementación de la Educación Sexual Integral y presupuesto efectivo para garantizar nuestros derechos sexuales y reproductivos.

Levantamos la bandera del feminismo revolucionario, con la fuerte convicción de que hermanadas en la lucha, migrantes, indígenas, racializadas, obreras, campesinas, madres, trabajadoras precarizadas y precarizades de distintos territorios somos quienes día a día aportamos nuestra fuerza de trabajo para mover el mundo. Queremos ampliar nuestros derechos. Y fundamentalmente queremos terminar con todas las explotaciones y opresiones que nos condenan a una esclavitud frente a las tareas de reproducción, que nos impiden gozar con libertad, que nos quiere sumisas/es, aceptando las desigualdades como algo natural. Desde las batallas feministas hermanadas con las de la clase trabajadora, queremos transformarlo todo. Y hacia ello vamos.

Este 8M nos movilizamos por:

¡NO al pago de la deuda externa! ¡La deuda es con nosotras y nosotres!

El Ajuste es violencia machista. Basta de precarización de nuestras vidas.

Extractivismo es patriarcado.

Aprobación ya del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

Basta de Femicidios y travesticidios

Eso que llaman amor, es trabajo no remunerado

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