Ni hubo «inconductas», ni habrá «vuelta de página»

El presidente Alberto Fernández se dirigió a las FFAA en un acto en Campo de Mayo en el cual se consagra un nuevo envío de tropas a una misión de ocupación, que nada tiene de «humanitaria». Escoltado por el ministro de defensa Agustín Rossi, Fernández tuvo expresiones que merecen ser repudiadas categóricamente y que lejos de ser un exabrupto forman parte de una línea meticulosamente trazada desde el gobierno para «reconciliar» al ejército y al pueblo.

Mientras organismos de DD.HH. y organizaciones sociales y políticas seguimos peleando por cárcel común para los cientos de genocidas sueltos, para recuperar la identidad de lxs nietxs apropiadxs que aún falta encontrar y para que se abran los archivos de una dictadura cívico – militar – eclesiástica genocida que desplegó un plan sistemático de exterminio, el presidente habla de «inconductas de algunos militares».

Repudiamos sus declaraciones y reproducimos el posicionamiento de la Asociación de Ex-Detenidxs y Desaparecidxs (AEDD).

NO DAMOS VUELTA LA PÁGINA

A pocas semanas de conmemorarse en Argentina el 44 aniversario del golpe genocida de 1976, volvemos a poner en palabras nuestro más enérgico repudio a cualquier intento de actitud reconciliatoria con las fuerzas represivas.

En un acto realizado en el día de ayer en las instalaciones del CAECOPAZ (Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz) ubicado en Campo de Mayo, el presidente Alberto Fernandez dio la bienvenida a los nuevos jefes y manifestó su «alegría por el hecho de que hoy todos los oficiales y suboficiales son hombres de la democracia, egresaron de sus escuelas en democracia y esto amerita que de una vez por todas demos vuelta la página y celebremos”.

La profundidad del daño que generan estas declaraciones es abrumante para quienes seguimos sosteniendo tras décadas la lucha por memoria, verdad y justicia y la reivindicación de nuestrxs 30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs.

¿Con qué cara se puede decir a una familia que aún continúa buscando los restos de sus seres queridxs y algún mísero dato sobre dónde permaneció secuestradx y desaparecidx, que dé vuelta la página?

¿Con qué mirada se sostiene la vista hacia un abuelo o abuela, muy ancianxs, que dé vuelta la página cuando sigue buscando a su nietx apropiadx? ¿Y a un tío, una tía, un hermano, una hermana, que busca a su sobrinx o a su hermanx?

Con qué valores éticos y políticos se le dice a un pueblo entero que durante años dio -y sigue dando- con todas sus fuerzas una batalla por la memoria social, por los juicios a los genocidas, por la reconstrucción de las historias de lxs 30.000, que hay que dar vuelta la página, cuando hemos vivido como pueblo las más crudas represiones en dictadura y en democracia, y cuando sabemos ya comprobadamente que las formas de vigilar y castigar se transmiten de generación en generación dentro de las escuelas de las fuerzas represivas.

El terrorismo de estado fue plan sistemático de secuestro, tortura, desaparición y muerte de personas, como así también la apropiación de niños. Ese plan fue llevado adelante a través de la represión clandestina organizada en cientos de campos de concentración a lo largo y ancho de la Argentina. Ese plan fue instrumentado no por «algunos» sino por el conjunto de las fuerzas armadas y el resto de las fuerzas represivas, con la participación de empresas, la iglesia y otras instituciones. Todo desarrollado de manera planificada y sistemática. La madeja de impunidad y complicidades no ha sido desmantelada a lo largo de todos estos años. Aun no tenemos respuesta sobre qué pasó con todos y cada uno de lxs 30.000 desaparecidxs. Existen centenares de jóvenes que fueron apropiadxs y aún no conocen su identidad. Los culpables no han sido identificados ni juzgados en su totalidad, continuando la «carga de la prueba» sobre las espaldas de lxs sobrevivientes y el pueblo argentino que ha develado tantas evidencias y continúa denunciando a los genocidas y sus cómplices; mientras al mismo tiempo la justicia otorga domiciliarias a los condenados, dicta sentencias con penas irrisorias para luego dejarlos en libertad y dilata de manera interminable el comienzo de juicios para que los culpables mueran en la impunidad.

Por todo eso no podemos dar vuelta la página. Pero también porque sabemos que los genocidas siguieron enseñando a torturar, a desaparecer, a violar, a asesinar, en «sus escuelas en democracia». Prueba de ello son los desaparecidos y asesinados de La Tablada, los compañerxs reprimidxs y asesinadxs en los cortes de ruta en los 90, Darío Santillán, Maximiliano Kosteki, Julio López, Carlos Fuentealba, Luciano Arruga, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, las pibas desaparecidas y asesinadas por las redes de trata, lxs pibes torturadxs en cárceles y comisarías, entre tantxs violentadxs por las «fuerzas de seguridad de la democracia». Por todo eso no podemos dar vuelta la página.

A 44 años del golpe genocida seguimos exigiendo:

CÁRCEL COMÚN, PERPETUA Y EFECTIVA PARA TODOS LOS GENOCIDAS

APERTURA DE LOS ARCHIVOS DE LA DICTADURA

RESTITUCIÓN DE TODAS LAS y LOS JÓVENES APROPIADOS

NO OLVIDAMOS-NO PERDONAMOS-NO NOS RECONCILIAMOS

¡30.000 COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DETENIDOS Y DETENIDAS DESAPARECIDOS PRESENTES!

ASOCIACIÓN de EX-DETENIDOS DESAPARECIDOS

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