Este martes, con el voto de 160.000 militantes del partido conservador británico, el ex periodista y dos veces alcalde de Londres, Boris Johnson, se impuso a Jeremy Hunt y será el nuevo premier del Reino Unido. En medio de renuncias de ministros conservadores que rechazan el nombramiento, el trampista del sector “duro” del brexit llega al palacio de Downing Street con un programa ultraderechista y antiunionista.

Para nadie fue sorpresa que Johnson ganara la interna conservadora y se hiciera con el Ejecutivo. El sistema de representación inglés habilita a los cambios de primer ministro sin mediar elecciones, mientras se mantengan las mayorías en el Parlamento. A pesar de las resistencias que manifestaron muchos representantes del Partido Conservador a la figura del ex periodista y escritor, para la interna era el único que podía contener la adhesión de los espacios ultraconservadores, que en la última elección al europarlamento habían apoyado a Nigel Farage.

Johnson, a su vez, se posicionó como el único que puede frenar un voto laborista producto del descontento con los últimos años de gobierno conservador: 41% de los electores conservadores piensa que es el dirigente fuerte necesario para el contexto de crisis política que viven las islas.

La perspectiva con esta nueva conducción del gobierno británico es que Inglaterra salga si o si el 31 de octubre de la Unión Europea, con o sin acuerdo. Para ello, Johnson se ha comprometido a eliminar el blackstop, esto es que Reino Unido se mantenga dentro de la unión aduanera con la UE, para evitar una nueva frontera entre las dos Irlandas. Sobre ésto, el ex premier laborista y escocés, Gordon Brown advirtió “Boris Johnson podría ser el último Primer Ministro británico”.

Sin embargo, la posición de salida sin acuerdo está en franca minoría en la Cámara de los Comunes, sólo 20 parlamentarios apoyan a Johnson en este sentido. Con esto, se prevé que en los próximos meses pueda haber un llamado a elecciones, donde el nuevo Primer Ministro haga gala de toda su retórica anti inmigratoria, xenófoba, racista y misógina, emulando a su amigo Donald Trump. En tal escenario, buscará polarizar con Jeremy Corbyn, del sector más a la izquierda del laborismo quien es hoy es su principal figura, pero que cuenta con un 54% de rechazo dentro de los electores británicos.

Fractura territorial, deportaciones masivas, crisis económica, recrudecimiento de los discursos nacionalistas proto facistas, son algunos de los fantasmas que ahora recorren las islas del Reino Unidos, pero que no distinguen de un mapa europeo, cada vez más, corrido hacia la derecha.

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