A casi cuatro meses de iniciado el conflicto, con los 47 despidos dispuestos por la patronal del Laboratorio Craveri, las trabajadoras y trabajadores se mantienen firmes en la lucha por la defensa de todos los puestos de trabajo.

Las trabajadoras y trabajadores del Laboratorio Craveri no bajan los brazos. Desde el 29 de marzo, día en que les notificaron los 47 despidos, están en lucha. Levantaron un acampe en las puertas de la planta productiva que tiene la empresa y organizaron todo tipo de actividades para darle difusión al conflicto. Desde el primer día, se comprometieron a no dar ni un paso atrás hasta conseguir su objetivo: la reincorporación de las y los despedidos.
Durante estos casi cuatro meses de lucha han debido enfrentarse con la intransigencia y la soberbia de una patronal que se ha cerrado a cualquier tipo de diálogo y, negando la legislación laboral más básica, viene impidiendo el acceso a las plantas a las y los delegados. Una patronal que que ha desconocido explícitamente la conciliación obligatoria dictada por la secretaría de Trabajo y los fallos judiciales que ordenan el reingreso de la comisión interna.
Además, durante todas estas semanas, han debido soportar un hostigamiento permanente de parte de la Policía de la Ciudad, que ha intentado interrumpir asambleas y que incluso ha avanzado con la detención de delegados/as en distintas oportunidades.
Las y los delegados del laboratorio definen con claridad el conflicto. Juan Craveri -actual dueño y nieto del fundador de la empresa- busca, mediante este golpe brutal, desarticular la sólida organización gremial que los trabajadores han desarrollado en los últimos años para avanzar, posteriormente, con una mayor precarización de las condiciones de trabajo. No es casualidad, en este sentido, que la mayor parte de las despedidas sean compañeras mujeres de las áreas productivas que cuentan con las categorías más altas del convenio; categorías por lo general negadas a las compañeras mujeres y que fueron consiguiendo con el desarrollo de la lucha y la organización gremial.
Sin dudas, se trata de una lucha testigo. El conjunto de las patronales de la industria farmacéutica lo vienen siguiendo con suma atención. Si la avanzada antisindical y flexibilizadora de Craveri se impone, su ejemplo será retomado por todos los empresarios del sector. Esta política patronal, desde luego, empalma a la perfección con la campaña antisindical y de reforma laboral que se vienen incrementando desde el gobierno nacional en las últimas semanas.
Desde Venceremos en Poder Popular le brindamos todo nuestro apoyo a las compañeras y compañeros del Laboratorio Craveri en su lucha que a esta altura ya es histórica en el gremio de la Sanidad.

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