NOSOTRAS Y NOSOTRES GANAMOS

El 1 de febrero de 2019, el diario oligarca y defensor a ultranza del imperialismo, el capitalismo y el patriacado “La Nación”, publicó su editorial diaria titulada “Niñas madres con mayúscula”. En ella, queda a las claras, sin descaro, su contribución a la cultura de la violación, patriarcal y machista que sufren y sufrimos cotidianamente les niñes, adolescentes, mujeres y disidencias en nuestro país y en el mundo. Un hecho que repudiamos enérgicamente.
Por su parte, les trabajadores del diario se organizaron alrededor del repudio a la editorial, manifestado inmediatamente su rechazo a través un comunicado (https://www.anred.org/?p=109767) y tuiteando colectivamente desde sus cuentas personales “Como trabajadora de LA NACION rechazo las palabras del editorial “Niñas Madres con mayúsculas”. Una niña embarazada es una niña violada. #NiñasNoMadres”.. Como, así también, miles de personas en las redes sociales. La editorial, fue rechazada y repudiada de manera masiva.
El texto comienza arremetiendo contra el movimiento de mujeres, disidencias y los feminismos, mencionando que “los pañuelos verdes no han aceptado la derrota”, demostrando que la editorial escribe para provocar. Al grupo empresarial comunicacional les pesa saber que esa derrota no existe, sino que para nosotras y nosotres hemos ganado. Ganamos la media sanción, ganamos en las movilizaciones de mujeres, disidentes y los feminismos, ganamos la legitimidad social y avanzamos a pasos agigantados, mientras “decidir sobre nuestras cuerpas” no para de sonar en cada rincón del país. Y esa gran victoria, se expresó en la masividad de las acciones callejeras y en el saldo organizativo que la lucha nos dejó. Quienes salieron derrotados son los sectores reaccionarios, conservadores y el clero, que tomaron nota que este movimiento histórico no tiene vuelta atrás, y que el aborto más temprano que tarde SERÁ LEY.

La Nación y su pedagogía del ejemplo

El diario para justificar su posición a favor del aborto clandestino, relató la historia de dos niñas que con tan solo 12 y 14 años de edad quedaron embarazadas producto de una violación y, que por “decisión” de las mismas, decidieron continuar con sus embarazos, convirtiéndose en “mamás precoces”; a pesar de que sus adultas responsables no lo aceptaban.
La nota es escandalosa por donde se la lea. Esa nota, nos llena de indignación y nos hace brotar desde nuestras entrañas y convicción el más fuerte repudio y nos llena de fuerza para seguir luchando y hacer que la bronca se transforme en mayor organización y en lucha. Esta nota, justifica y normaliza la violencia, los abusos, las violaciones y las opresiones que cargan día a día nuestras cuerpas, los cuerpos de niños y niñas, de jóvenes, de mujeres y disidencias. Esta nota, justifica la pedofilia, la opresión de adultos contra la infancia en general y, en este caso, contra las niñas. La editorial, junto con la iglesia católica y los sectores evangelistas a la cabeza dicen defender la vida, pero lo que realmente hacen es contribuir a la cultura de la violación.

Por una niñez digna, libre de opresiones, violencias y abusos

Si de frases terribles hablamos, una de la que más nos retorció las tripas es “…lo que le viene de su instinto de madre, lo que le nace de sus ovarios casi infantiles”. Escondiéndose detrás de la falsa y refutadísima idea del “instinto mateno”, vuelve objeto a las niñas, las vuelven incubadoras, las vuelven mujeres obligadas a parir y maternar por tener la capacidad de gestar. No importa que las niñas transiten un embarazo y sean madres como consecuencia de una violación. Tampoco importa que las niñas jamás tuvieran la posibilidad de decidir sobre su propio cuerpo desde el momento en que fueron violadas por un adulto. Importa que las niñas cumplan con el mandato de ser madres, porque de esa manera siguen teniendo el control sobre nuestros cuerpos. Nos obligan a parir, porque el control sobre nuestros cuerpos es necesario para reproducir el capitalismo. Celebrar la maternidad en la infancia es criminal. Negarles el derecho a abortar también.
No inunda la indignación cuando tenemos que salir a aclarar lo obvio: los abusos y violaciones a niñes y adolescentes se inscriben en el orden de la tortura y constituyen actos que quebrantan y pervierten su desarrollo psicosexual y sus derechos más elementales a vivir una vida sin violencia. Estas situaciones, deben ser atendidas y denunciadas, generando los acompañamientos necesarios desde el Estado.
No deja de asombrarnos y colmarnos la rabia la pervesión con la que colocan a las niñas en el lugar de adultas responsables, y las como heroínas que pudieron “sortear” la violación para asumir su función materna. Las niñas no son ni madres. Ni madrazas. Ni con mayúscula. Ni con minúscula. SON NIÑAS. Y a La Nación, poco le importa garantizar una niñez digna libre de opresiones, violencias y abusos, le importa usar a estas niñas para justificar su militancia a favor del aborto clandestino.

Por un educación sexual integral laica, científica, con perspectiva de género

La editorial alude a desarrollar educación sexual como un modo de prevención de los embarazos no deseados en la adolescencia. Sin embargo, este discurso se impregna de un sentido conservador, defensor de un modelo de educación en sexualidad biologisista, moralista y ocurantista; oponiéndose a que la educación sexual con enfoque integral y perspectiva de género. Estado.
Ellos aportan a la campaña opositora a la ESI “Con mis Hijos no te metas”, que reaparece en el marco de la reforma en curso de la Ley de Educación Sexual Integral, actualmente parada por la presión de los grupos que quieren seguir perpetuando al patriarcado y al capitalismo. La educación sexual que pregonan se sustentan en los principios de una maternidad forzada; que equipara el feto con personas; que avala las miles de muertes de niñes y mujeres pobres producto de abortos clandestinos; que naturaliza, culpabiliza, responsabiliza, condena y revictimizan a las mujeres y disidencias sexuales cuanto sufrimos violencias; que silencian y ocultan los abusos sexuales; que convierte nuestras cuerpas en objeto de uso y abuso, en territorios de explotación y disciplinamiento del sistema capitalista y patriarcal.
Nosotras y nosotres queremos una educación sexual integral que permita que les niñes se empoderen democráticas y participativamente para que puedan expresarse, reflexionar y puedan valorar sus emociones que permita construir relaciones libres de cualquier tipo de opresión; que puedan ejercer su derecho a la identidad sexual, de género y sexualidad responsable; que propicie el conocimiento sobre sus propios cuerpos. Una ESI que historice y problematice las construcciones sociales sobre las expectativas y mandatos sociales que cargamos sobre nuestras cuerpas, así como las relaciones de desigualdad entre varones – mujeres y disidencias, entre adultos – niñes.

Nosotras y nosotres nos organizamos, y nos responden

La editorial de La Nación representa la posición de la empresa, y nada en ella es azaroso. Desde la imagen de una niña que toca su pansa frenando a alguien en señal de “nadie me lo saco”, el epígrafe que dice “Amor y valentía para seguir adelante, respetando la vida”, hasta el sostenimiento del mandato del ser madre hablando del “instinto materno” inexiste en las mujeres y personas de capacidad de gestar. Poco les importa que un adulto haya violado a las niñas, lo que les importa legitimar un discurso machista, misógino, patriarcal y adultrocéntrico, naturalizando las relaciones sociales desiguales y autoritarias basada en la centralidad del dominio adulto y la lógica machista.
Tampoco es azaroso el momento puntual de la publicación. Ese mismo día, el movimiento de mujeres, disidentes y los feminismos, salimos masivamente a las calles a realizar una jornada contra la violencia hacia las mujeres, lesbianas, trans, travestis y personas no binaries, donde denunciamos los femicidios, travesticidios y crímenes de odio; la violencia machista; la responsabilidad del Estado, Macri y los gobernadores que vacían políticas públicas de prevención y programas de acompañamientos a personas en situación de violencia machista; y que el ajuste también es violencia. También, exigimos ¡aborto legal, seguro y gratuito!, la implementación del protocolo ILE y la remoción del cargo del Ministro de salud de Jujuy Gustavo Bouhid.
Tiemblan los reaccionarios y conservadores, porque el movimiento de mujeres, disidencias y los feminismos avanza a pasos agigantados, la ola verde y violeta crece para llevarse todo puesto. Porque nos organizamos y recuperamos las mejores tradiciones de lucha de nuestra clase para transformar de raíz este sistema inhumano que nos oprime, nos explota y nos violenta todos los días.

¡Por una niñez digna, libre de opresiones, violencias y abusos!
¡Niña no es madre!
¡Por una Educación Sexual Integral crítica y feminista!
¡Que el patriarcado y el capitalismo caigan juntos!

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