El lunes pasado se realizó el Congreso de la FUBA votando la conducción de la Federación Universitaria. En un año donde Cambiemos avanzó brutalmente sobre la educación pública en todos sus niveles, y donde su aliado estudiantil -La Franja Morada- pretendió arrebatarnos con un accionar fraudulento nuestra herramienta gremial, la victoria de una lista de unidad es el resultado de un año de lucha en defensa de la educación pública.

En consonancia con un plan neoliberal extendido en la región sobre la educación pública, el ataque impartido sobre esta área por el Gobierno es indiscutible: las paritarias a la baja para les docentes, la aprobación de la UNICABA y el recorte de presupuesto a partir del acuerdo con el FMI son tan solo algunos ejemplos. Es por esto que no nos da lo mismo en manos de quién esté la FUBA, el poder sostener este espacio por parte de les estudiantes es una victoria fruto del año de lucha.

Unidad para enfrentar el macrismo

Este año ante cada ataque a la educación pública respondimos con organización y lucha, desarrollando una rebelión educativa a lo largo de todo el país. Fuimos miles les que salimos a las calles a defender una educación pública y de calidad, con tomas y medidas de lucha en 57 universidades y terciarios, encontrándonos en asambleas multitudinarias, continuando el impulso que la ola verde generó para cuestionar la violencia machista y la inserción de la Iglesia en las facultades, copando cada rincón de los espacios de estudio para poner en pie un plan de lucha que demuestre al Gobierno que somos una juventud dispuesta a luchar.

Desde Venceremos participamos activamente de estos procesos: en las tomas y asambleas de diversas facultades de la UBA, en las Universidades del conurbano – entre ellas el conflicto en la Universidad de Luján y en la Universidad Nacional de Quilmes que contó con una movilización de más de 10.000 personas-. Así también la resistencia de los terciarios tanto en CABA contra la UNICABA y en cada rincón del país, como en Mar del Plata donde activamente participamos de la coordinadora de terciarios de local que logró visibilizarse como un espacio de lucha con perspectiva de nacionalización.

En todos estos procesos nuestra orientación fue clara: necesitamos la más amplia unidad en la acción para la resistencia a los ataques a la educación pública y por la conquista de nuestros derechos y reivindicaciones, y a la par construir alternativas que sostengan la independencia política, vayan a fondo en las salidas para hacerle frente al gobierno y planteen modelos gremiales democráticos y de amplia participación estudiantil.

En este sentido, logramos que nuestros espacios de estudio sean lugares de organización de miles de estudiantes para ponerle un freno a los avances de la derecha. Esto se reflejó en las elecciones de centro de estudiantes de Facultades de la UBA donde perdieron la conducción agrupaciones burocráticas y entrelazadas con la gestión de la Universidad, tal como Franja Morada en Medicina, la UES en Sociales o la LAI en Agronomía. Creemos que todo el proceso de lucha que nos dimos les estudiantes durante este año es uno de los factores clave que generó la derrota de dichas organizaciones, y permitió el avance de la izquierda y otras fuerzas del campo popular en distintas facultades.

Esto se expresó en el Congreso de este lunes en donde se logró la renovación de autoridades después de 5 años, con una lista de unidad encabezada por PO-Mella, junto a otros sectores como La Cámpora y Nuevo Encuentro como vicepresidencia. Saludamos la unidad, y creemos que es fundamental ante un contexto tan difícil para nuestro pueblo. Era una tarea de primer orden evitar que una de las más grandes herramientas gremiales de representación de las juventudes quede en manos del brazo estudiantil de este Gobierno de CEO´s. La defensa de esos espacios de lucha de les estudiantes en una contienda nacional y latinoamericana de avanzada de la derecha se vuelve una tarea fundamental y una responsabilidad política primaria.

Diferimos con otros sectores de izquierda como el PTS e IS que han criticado la lista unitaria, que era la única posibilidad de no entregar la FUBA a una conducción de la Franja Morada y sus aliados. A su vez consideramos que el planteo de unidad de acción debemos poder sostenerlo en distintos ámbitos donde prima la tarea de forjar la resistencia, como lo hemos planteado de caras a la movilización del 24 de marzo, en la histórica movilización contra el 2×1, en las jornadas del 14 y 18 de diciembre del 2017, en el creciente movimiento de mujeres y disidencias, entre otros.

Nuestras tareas

Sabemos que la lucha contra este Gobierno de hambre se profundizará y creemos que es primordial remarcar la necesaria unidad para enfrentar el ajuste y el FMI, a la par que construimos una alternativa juvenil que sea rebelde hasta la médula y con independencia política para vencer.

Este año como izquierda hemos podido estar a la cabeza de gran parte de los conflictos educativos que hemos tenido y siendo actores y actrices actives de la rebelión educativa. Llenamos de vida los centros de estudiantes y herramientas gremiales, de forma democrática y enfrentando la lucha de una forma distintiva y consecuente, lo que foguea a una generación que da sus primeras luchas. Unas juventudes de izquierda que no esperamos al 2019 para enfrentar el macrismo, y nos pusimos de pie para defender lo que es nuestro.

El próximo año nos encontrará como jóvenes en el desafío de luchar consecuentemente para echar al FMI y por conquistar un derecho irrenunciable para nosotres: el aborto legal, seguro y gratuito. A su vez debemos fortalecer las coordinaciones a nivel nacional que puedan visibilizar los conflictos y procesos de resistencia de todas las provincias y que unifiquen la lucha en un solo puño. Como también, seguimos con la continua y constante tarea de generar espacios de base llenos de participación y organización gremial de les estudiantes.

En este marco, la FUBA debe erigirse como un espacio de real construcción y coordinación, que tenga la capacidad de nuclear a los diferentes centros de estudiantes para organizar un plan de lucha que enfrente al macrismo, que esté al frente de las luchas del estudiantado. Una FUBA piquetera, feminista y combativa que profundice la lucha en defensa de la educación pública, laica y de calidad.

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