A vencer diciembre// Poder Popular

El 2018 se ha caracterizado por ser un año en que la crisis económica pegó definitivamente un salto con el acuerdo del gobierno con el FMI. En ese cuadro de ofensiva neoliberal, alentada en nuestro continente por el ascenso del fascismo en Brasil, hemos puesto nuestra fuerzas en desarrollar un instrumento político para fortalecer la resistencia al ajuste e impulsar la construcción de una perspectiva alternativa, desde los intereses de la clase trabajadora.

Un salto en el ataque a lxs trabajadorxs

El gobierno de Macri asumió con una orientación definida por reestructurar las relaciones entre el capital y el trabajo con una brutal transferencia de la clase traba­jadora a los empresarios para recompo­ner sus tasas de ganancia. Sin embargo, durante sus primeros años desarrolló el llamado “gradualismo” que consistía en descargar el ajuste en una tanda continua de aproximaciones, retrocediendo cuando encontraba una correlación de fuerzas ne­gativa en las calles. Eso se expresó como un punto bisagra en el tratamiento de la reforma previsional a fines del año pasado que se constituyó en una victoria pírrica del gobierno y que bloqueó el tratamiento posterior de la reforma laborall.

En el mientras tanto se alimentó un fenomenal endeudamiento externo con enormes beneficios para los especulado­res, pasando a representar un 87% del PBI (sin contar bonos y otras yerbas). Esa polí­tica quedó sepultada con el aumento de las tasas de intereses en EE.UU que pusieron fin a la política de financiamiento externo y desataron una corrida cambiaria (una de las mayores en el mundo), en un marco de guerra comercial y crecientes tensiones entre las potencias imperialistas.

El macrismo optó por acudir al FMI para lograr un préstamo como la vía de dar “confianza a los mercados”, algo que no fue suficiente y obligó a un segundo acuerdo, donde el organismo multilateral pudo imponer definitivamente sus condi­ciones: un shock de restricción monetaria, déficit cero en el presupuesto, una nueva reforma previsional y el monitoreo de las cuentas nacionales.

Frente a este panorama, desde Poder Popular tomamos la iniciativa junto con la colaboración de Economistas de Izquierda de elaborar un programa de emergencia a la crisis, con medidas inmediatas para romper el acuerdo con el FMI y defender las condiciones de vida de las masas. La suspensión del pago de la deuda externa, la eliminación de las exenciones impositi­vas al clero, la aplicación de impuestos al gran capital, fueron parte de la plataforma que difundimos a lo largo del año con pre­sentaciones y materiales.

Con ese programa y orientación, desa­rrollamos nuestra campaña por la perso­nería en CABA que ya reunió miles de ad­hesiones y que esperamos concluir en los próximos meses. La campaña implicó un enorme trabajo militante con mesas calle­jeras de difusión en esquinas y parques, y el debate en lugares de trabajo, estudio, en las barriadas, en los frentes culturales, an­tirrepresivo, en el movimiento de mujeres con cientxs de compañerxs y activistas.

Una herramienta al servicio de las luchas

Ligamos la recolección de adhesio­nes y afiliaciones a la perspectiva de fortalecer el protagonismo popular, impulsando y acompañando cada ini­ciativa de lucha y resistencia de nues­tro pueblo. En ese marco, por ejemplo, fuimos parte de la enorme marea ver­de para conquistar el aborto legal que copó las calles del Congreso en las his­tóricas jornadas del 13J, el 8A y luego en Trelew en el Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans y Traves­tis. Del mismo modo, acompañamos las luchas obreras y populares contra el ajuste, como la heroica huelga y ocu­pación de Télam que duró 115 días y concluyó con la reincorporación de lxs despedidxs. También fuimos parte de la pelea por garantizar un paro activo en dos ocasiones contra la desmovili­zación de la burocracia de la CGT y más recientemente contra el presupuesto de hambre de Macri, el FMI y los go­bernadores.

Finalizamos el año siendo parte de las organizaciones que movilizamos contra la realización de la Cumbre del G20 en nuestro país, para repudiar la presencia de los líderes imperialistas responsables de las principales masa­cres en el mundo y contra la ofensiva re­presiva de la ministra Bullrich para cri­minalizar la protesta social. También en esa pelea hemos ocupado un lugar, con nuestra compañera María del Carmen Verdú como una de las principales voce­ras contra el estado de excepción que el gobierno quiere imponer.

Por comités en todo el país, por una alternativa anticapitalista

A lo largo del año hemos consolidado nuestro desarrollo en distintos distritos. Al trabajo que veníamos realizando en CABA, Quilmes, Lomas de Zamora, La Plata, Bahía Blanca y zona norte, se sumó Moreno en Provincia de Buenos Aires y el reciente lan­zamiento en Córdoba con un conjunto de compañerxs independientes, un paso muy significativo. Hacia adelante es necesario profundizar y desarrollar nuestra herra­mienta a nivel nacional para que pueda jugar un papel frente al agravamiento de la crisis y de cara a la intervención en las elecciones del año próximo. Ahí donde se quieran organizar para luchar contra el ajuste de Macri y sus cómplices, hay un lugar para impulsar Poder Popular. Debemos profundizar con decisión y audacia nuestra iniciativa para ser un canal de organización para la bronca popular que crece desde abajo. Por comités en todo el país para poner en pie una alternativa anticapi­talista. Con esa perspectiva preparemos una reunión nacional de Poder Popular a comien­zos del año próximo para definir nuestros ejes, tareas y campañas de cara a los desafíos que tenemos.

En momentos donde el fascismo, el imperialismo y la burguesía quieren avan­zar en América Latina, ni un paso atrás. Construyamos más organización y lucha contra el ajuste y la represión. Construya­mos más Poder Popular por una salida de transformación social.

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