Como parte de las actividades vinculadas a la Cumbre del G20 que se desarrollará en nuestro país, se lanzó el “Women 20”: una supuesta agenda de crecimiento inclusivo y de desarrollo equitativo del G20. El W20 es presidido por la diputada nacional por Cambiemos Susana Balbo y la empresaria Andrea Grobocopatel. Ante ello, las mujeres trabajadoras y disidencias nos organizamos y decimos que no nos representan. Desde A Vencer entrevistamos a Ximena Gómez, Licenciada en Sociología, miembro del Foro Feminista contra el G20.

A Vencer: ¿Qué es el Foro feminista y cuándo se conformó?

Ximena Gómez: El Foro Feminista contra el G20 se inicia el año pasado con el primer Foro Feminista que se llevó adelante contra el libre comercio, en el marco de la reunión en Argentina de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El Foro Feminista se plantea la búsqueda de alternativas frente al neoliberalismo globalizado y los tratados de libre comercio desde una perspectiva feminista. Quienes formamos parte de ese espacio intentamos transmitir y compartir que el trabajo no remunerado que realizamos las mujeres y disidencias genera riquezas y permite que la economía del país funcione, mientras que todo lo que es la liberación de flujos comerciales y financieros impacta de forma diferencial en la vida cotidiana, profundiza la desigualdad, la pobreza, la explotación. La bancarización y endeudamiento compulsivo de sectores populares genera lazos de sujeción en las mujeres que dificultan aún más la autonomía económica. Esto es parte de lo que intentamos exponer a fines del año pasado en un documento y declaración del Foro.

AV: ¿Cuál es el planteo desde el Foro frente al W20?

X.G.: Desde el Foro Feminista decimos No en nuestro Nombre. El W20 no nos representa. El W20 es un grupo de afinidad que los días 1, 2 y 3 de octubre se reunió en el CCK supuestamente para abordar problemáticas vinculadas a las mujeres (de allí su nombre Women20). Pero nosotres, desde el Foro, decimos que desconoce la división sexual del trabajo, la desigualdad estructural que existe en esta sociedad capitalista y patriarcal, y entre otras cosas, invisibiliza el trabajo no remunerado. Además decimos que el W20 no nos representa porque no estarán allí todas las voces, no habrá trans, travestis, no aparecen en las recomendaciones ni en sus escritos, cuando justamente una de las causas de la exclusión en el mercado laboral es la identidad de género.

El W20 además lanza algunas recomendaciones para que traten en la reunión de líderes a fin de año pero en realidad son recomendaciones y políticas incongruentes con este proceso de capitalismo financierizado, con este proceso de políticas de austeridad y proceso de ajuste y vaciamiento de programas de protección social que se refleja -por ejemplo en la reducción de ministerios, como el Ministerio de Trabajo, como la Secretaría de Seguridad Social. Por ello planteamos desde el Foro que el W20 está haciendo un uso político y una instrumentalización de nuestras reivindicaciones históricas para hacer un maquillaje y ocultar un poco todas las políticas que representan y necesitan estos “líderes” y que son las necesidades del mercado internacional. Y que además esconde la profundización de la precarización de nuestras vidas.

AV: ¿Qué respuesta y/o alternativas plantean frente a las políticas de des-regulación y liberalización del G20? ¿Cuál es el impacto de esas políticas sobre las mujeres y disidencias?

X.G.: El W20 en su agenda habla de inclusión laboral y entonces desde el Foro nos preguntamos ¿en qué condiciones? Porque nosotres estamos viviendo un proceso de precarización laboral, en donde aquellas personas que mantienen relaciones laborales más débiles como las travestis quedan totalmente excluidas. También se habla de desarrollo rural pero en las reuniones que llevan adelante en el W20 no aparecen las voces de las mujeres campesinas, indígenas, de pueblos originarios, entre otras. No están esas voces representadas allí, como sí van a estar en nuestro Foro, para poner esas voces como protagonistas. Otro de los ejes del W20 es la inclusión digital, habla de que las compañeras campesinas puedan vender sus productos en plataformas on line desconociendo no solamente que el acceso a la tierra es desigual sino también ignorando por ejemplo que la conexión de Internet en el sur global no es la misma que en Suiza. Es entonces una mentira que las mujeres campesinas van a poder competir equitativamente con las multinacionales. Lo que se esconde ahí es todo el impacto que justamente trae el G20, que son políticas de expoliación de nuestros territorios y una mayor explotación sobre nuestros cuerpos, además de todo lo que repercute también en la contaminación del medio ambiente. Se busca ocultar el impacto que tiene su objetivo de extraer ganancia a través de la explotación del trabajo no pago, de la extensión de las jornadas laborales y de los despidos.

Por eso queremos desde el Foro poner nuestras voces de relieve y desenmascarar que acá no están buscando nuestro empoderamiento, no están buscando que podamos participar al igual que los varones. Desconocen el trabajo de cuidado y hablan de que realicemos el trabajo a la par que los varones cuando en realidad nosotras trabajamos no solo a la par sino mucho más. Todo esto es un planteo de políticas de maquillaje, de mentiras, que pretenden ocultar todo el ajuste que se está llevando a cabo con todas las medidas que se fueron implementando a partir del gobierno de Cambiemos. El presupuesto del G20 es de 150 millones de dólares. 1100 para seguridad y defensa, para represión al movimiento popular. Y el país anfitrión se hace cargo del gasto.

Entonces cuando el ministro de Economía dice que nuestro problema es el déficit fiscal y despide a mansalva, como así también recorta el presupuesto y elimina ministerios como el de Trabajo, lo que oculta es que no sobran trabajadorxs sino que gobiernan para los intereses del mercado. Entonces nosotres queremos hacer oír nuestra voz y explicar desde nuestras propias experiencias de vida los conflictos que venimos teniendo con estas políticas de ajuste, mostrar que desde el W20 solamente hay un uso político de nuestras reivindicaciones y que no hay ningún interés por el empoderamiento de las mujeres sino al contrario, buscan sumergirnos aún más en la pobreza y profundizar nuestra precarización. Como alternativa desde el Foro Feminista y desde los aportes de la economía feminista planteamos que hay que poner en el centro la sostenibilidad de la vida y consideramos que la lucha es global y feminista.

AV: ¿Qué actividades impulsan y cuál es la perspectiva de cara a noviembre?

X.G.: En paralelo con el desarrollo del W20 buscamos socializar todas estas miradas y problemáticas. El 1° y 2 de octubre en la Plaza de los dos Congresos se realizaron actividades performáticas y se desarrollaron 3 conversatorios, uno de Cuerpo y Territorio, otro de Trabajo y Precarización y otro sobre Violencia Económica, Ajuste y Deuda. Nosotres pensamos que es importante visibilizar y desenmascarar, pero al mismo tiempo pensar alternativas feministas. Por eso en paralelo a los conversatorios se desarrolló una feria de economía popular, con compañeras de la CTEP, de la Unión de Trabajadores por la Tierra, vendiendo sus productos a todo por 10 pesos sin agrotóxicos, trabajadoras autogestivas que se organizan. Todo ello con una enorme participación y un marco muy amplio. Desde el Foro Feminista nos hemos hecho presentes los martes verdes, buscando encauzar una alternativa feminista en la mayor unidad, priorizando todas las luchas, desde abajo, como se caracteriza este movimiento amplio y heterogéneo como es el movimiento feminista en Argentina.

Ante la llegada del G20, desde el Foro estamos convocando a la movilización contra la reunión de líderes que se realizará en noviembre y llamamos a poder participar de la semana de acción que se va a hacer del 25 de noviembre al 1 de diciembre.

Durante todo este año intentamos participar de la agenda de acciones del movimiento feminista. Entendemos que el feminismo es una acción transformadora, que el feminismo es un movimiento que se pone en marcha a partir de los problemas políticos de nuestros tiempos, de nuestros territorios, que al feminismo le preocupan las múltiples opresiones culturales y cotidianas de nuestras vidas y que buscamos instalar desde lo asambleario en nuestras prácticas de construcción, la interpelación. En definitiva, un feminismo que se arriesgue desde la indignación y también desde la esperanza diciendo que el patriarcado se va a caer y el feminismo tiene que vencer.

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