Finalmente, el ministro Nicolás Dujovne presentó el proyecto de presupuesto para el año próximo del gobierno de Cambiemos. Un brutal ajuste contra el pueblo para garantizar el pago de la deuda externa.
Tras varias semanas de negociaciones entre el gobierno y los gobernadores del PJ, el lunes 17 de septiembre se presentó oficialmente en el Congreso el proyecto de presupuesto 2019 con el cual el macrismo quiere alcanzar el llamado «déficit cero». Desde el arranque resulta claro que el mismo se trata de un verdadero dibujo: se proyecta un dólar a $40,1 para el año próximo cuando la divisa ya superó actualmente ese valor; se estima una inflación del 25% cuando este año se espera supere el 42%; a su vez, se plantea que el aumento de las tarifas estará atado a la inflación, cuando en realidad a las concesionarias ya se les prometió (y así se viene cumpliendo) que los valores estarán ligados a la suba del dólar al tiempo que se prevee un recorte del 0,7% del PBI en el area de subsidios. Asimismo, el traspaso de la tarifa social a las provincias anticipa también un nuevo ajuste en ese segmento. El Ejecutivo además plantea una caída del 0,5% del PBI, aunque por el impacto de las políticas recesivas también es posible que este numero sea mayor.
Por otro lado, el presupuesto avanza en un recorte brutal en salud, cultura y educación, con partidas que están muy por detrás del aumento de la inflación, con una caída real que llega casi al 20%. En el caso de las vacunas, directamente, se pasarán de 47 millones en 2018 a 44 millones en 2019. De igual manera, se registrará un retroceso en la obra pública que algunos análisis ubican en torno a un 50%, pero por supuesto se le dará prioridad a las inversiones en seguridad. La conclusión es obvia: no hay ajuste sin represión.
El gobierno intentó presentar dentro del presupuesto la contención del gasto social. Sin embargo, vale señalar que la llamada «pensión universal para adultos mayores» (quienes no cumplen con 30 años de aportes) no llega al 80% de la jubilación minima y ahora se le incluye la prohibición de desempeñar cualquier changa que le sirve a esa persona para complementar sus ingresos. A su vez, el aumento de la AUH se proyecta nuevamente por debajo de la inflación. Por si fuera poco, la llamada «ley de leyes» no contempla ningún apartado para las mujeres y disidencias que serán lxs más afectadxs por este salvaje ajuste.
Obviamente, todo este dibujo se entiende mejor cuando se llega al análisis de la parte asignada a la deuda externa. Este es el item que más crece, con un aumento del 48% respecto del año anterior. Los pagos de intereses absorberán el 18% del gasto público (18 de cada 100 pesos del presupuesto irán para el pago de deuda) y el mismo gobierno reconoce que la deuda ya alcanza el 87% del PBI, siendo además que la mayoría está en moneda extranjera, lo que podría llevar a superar esta cifra por mucho en poco tiempo. Pero peor aún, en el presupuesto se incorpora la facultad para el Ejecutivo de reestructurar los pagos favoreciendo a los acreedores.
Este plan de ajuste contra el pueblo necesitará para ser aprobado de los votos del peronismo. Hasta el momento, todo parece encaminado en ese sentido. Los gobernadores de Salta y Chaco, Urtubey y Peppo, ya firmaron la «adenda al pacto fiscal» que garantiza que cumplirán con los lineamientos de Cambiemos. En el mismo sentido, la cumbre con los gobernadores convocada por Macri, previa al anuncio de Dujovne , puso de manifiesto, en palabras del Ministro Figerio «que las provincias se adaptarán a la nueva situación». Además, para asegurar los votos, el macrismo dio marcha atrás en la eliminación del llamado Fondo Sojero, que coparticipa un porcentaje de las retenciones a provincias y municipios para el financiamiento de obras. El presupuesto es fundamental para el gobierno porque es lo que habilita el avance del acuerdo con el FMI, y en sus planes, el escenario ideal es llegar a la cumbre del G-20 con este punto resuelto.
Desde Venceremos en Poder Popular convocamos a movilizarnos para repudiar este presupuesto de guerra contra la clase trabajadora y a rodear el Congreso para bloquear su tratamiento, retomando las jornadas del 14 y 18 de diciembre contra la reforma previsional.
Más que nunca, luchemos para que se vayan. Fuera Macri y el FMI, aplicación ya programa de emergencia para defender las condiciones de vida de nuestro pueblo.

 

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