Asistimos a un sainete de gigantescas proporciones. Un escándalo sigue a otro. Una nueva fracción de la clase dominante, esto es un sector de la alta burguesía nacional (la patria contratista), la oligarquía sojera, unidos al sector financiero y el mundo empresarial trasnacional (combustibles, energía, etc.) gobierna nuestro país (con la característica de que no se trata de que gobiernan a través de representantes tradicionales, o sea pequeños burgueses como pequeños empresarios, abogados, contadores, intelectuales, sino que son los burgueses en persona, que se han hecho con la nación).

Esta nueva fracción acusa a la anterior fracción burguesa que gobernaba de una pesada herencia recibida debido a causas de ser un gobierno de corruptos, de ladrones, plagado de coimas, de deudas, y de malas políticas de crecimiento en la economía, etc.

Con el deseo de dejar fuera del tablero de las próximas elecciones a la candidata que mide con mayor expectativa de la pasada gestión de volver nuevamente al gobierno, se aventuraron en un arriesgado proceso judicial y comunicacional para dejarla fuera de combate, con un final que nadie sabe como termina.

Es indudable que esta nueva fracción dominante terminará también formando parte de la nueva herencia. Dejarán un país arrasado y endeudado por generaciones. Lo único que crece es la miseria, la deuda y los negociados. No habrá necesidad de confeccionar ninguna construcción sofisticada de supuestas pruebas casi cinematográficas. Estos acostumbrados al poder de los negocios están dejando huella por todos lados, pues atiende sus negocios de un lado y del otro del mostrador. Venden y compran de un lado y del otro sin rubor y violentando todas las normas. No hay que ser muy futurista para asegurar que dentro de dos años recorrerán los mismos pasillos de los tribunales, terminarán presos, y algunos, los más afortunados pidiendo asilo político en EEUU. Tontos no son, tienen todo el dinero y sus inversiones en el exterior.

Nadie sabe el final del circo que observamos, pero como bien demuestra Alejandro Bercovich, (1) la patria burguesa de la construcción, es una gran familia (hermanos, sobrinos, entenados y primos). La obra nacional esta carterizada(2). Todos están arreglados donde a cada obra se unen bajo la figura de la Empresas Transitorias, y donde generalmente para el financiamiento son asistidos formando asociaciones con capitales chinos. Toda está fracción trasciende a varios gobiernos. Ante cada elección, como el dicho guachesco ponen un huevo en cada canasta.  Hacen negocios con todos, desde los tiempos de la dictadura, los Macri, los Roggio, los Rocca, etc. Todos están entremezclados. Lo que si asistimos en el gran tablero internacional donde todos son peones y alfiles, al desplazamiento de la dominación por parte de la burguesía nacional contratista a las trasnacionales con capitales norteamericanos.

En este sainete al que asistimos cada uno de los involucrados de un lado y del otro pelea por su cuenta, sálvese quien pueda es el grito de guerra, uno acusa al otro de coimero y de corrupto, gobernantes, jueces y comunicadores señalan a uno, salvan a otro.

Pero todo esto no es nada nuevo. Ya entre 1888 y 1893, Federico Engels observaba con asombro como  día tras día un escándalo rimbombante causado en Francia, por la compañía Canal de Panamá, que tenía como fin la construcción del canal. En numerosas cartas describe como la compañía quebró dejando un tendal de damnificados. Fue una  estafa  descomunal  donde ministros, senadores, diputados, estaban todos enredados en el escándalo: unos como sobornados, y los demás como cómplices y encubridores.

Mil quinientos millones de francos, puestos mediantes empréstitos, miles de ahorros de pequeños comerciantes, y de pequeños rentistas, todo desapareció sin excavarse ni un metro, salvo “lo que fue a parar a los bolsillos de estafadores, políticos y periodistas”.

También el periodismo de esa época, se dedicaban a la lectura parcial, señalando a unos y mirando para el otro lado cuando se trata alguno de sus aliados circunstanciales, pues el amor no es para siempre. Solo se tiene gran afecto al dinero. El frío interés es la moral del momento.

Describe en estas cartas la crisis y el proceso judicial posterior donde cada uno de los implicados trata de salvarse como puede, el gobierno a su vez trata de echar tierra y sepultar todo, otros traicionan a sus compinches, pero todos comprometidos y enredados con el escándalo. Como terminó: con unos pocos condenados.

¿Porque se da esto, fue su pregunta inicial? ¡Cual es la causa? Engels concluye, afirmado que la causa se da “porque la República burguesa no es más que una república de hombres de negocios capitalistas, en la cual la política es un negocio como cualquier otro.” Nada ha cambiado desde aquellos años. Un escándalo sucederá a nuevos escándalos. Así es. La marcha del capitalismo, ese engendro de civilización social y económica para unos pocos, camina por todo el planeta.

 

(1)  Todos primos: los mil nexos de la patria contratista, en su programa televisivo: “Brotes verdes” del día 7 de Agosto por el canal argentino C5N. (disponible en youtube, https://www.youtube.com/watch?v=V5u-es24xE4).

(2)  Carlos Wagner (ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción y dueño de Esuco) declaró el viernes 10 ante la justicia como “imputado arrepentido”. Contó como a pedido del entonces ex-ministro Julio de Vido organizo a partir del 2004 en el tercer piso de Venezuela 736, donde funcionaba la Cámara de Empresas Viales una reunión para lo que consideraba el éxito acorde a los intereses del gobierno en las licitaciones públicas que se llamaron a partir de ese momento, fundamentalmente en el rubro vial, que tiene mayores montos y más significativos. Dieron el visto bueno los representantes de las empresas: Perales Aguiar, Vial Agro, Biancalani, Losi, Fontana Micastro, Marcalba, Iecsa, Chediack, Equimac, Coarco, Cartellone y Vialco. Las empresas se reunían en los lugares establecidos y determinaban el ganador de la licitación en función de su interés por la obra y del volumen de trabajo que tenían. Una vez adjudicada la obra, el compromiso era abonar para gastos políticos, para necesidades políticas, el anticipo que estaba establecido en los pliegos». La metodología consistía en que el porcentaje del anticipo financiero era entre el 10% y 20% del total de la obra: «Deducidos los impuestos, el compromiso era entregar la totalidad restante del anticipo financiero a modo de retorno». Lo curioso del caso era que en el 2004 los dueños de IECSA eran Franco Macri y el presidente de la Argentina: Mauricio Macri. Hasta la fecha no fueron llamados a declarar.

 

Carlos Ponce de Leon

Neuquén, Puel Mapu

14 de Agosto de 2018

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