Desde ayer Marcos Eduardo Ramos, sabe que efectivamente es él y que al menos dos hermanos amorosos, y una familia que lo buscó por 42 años lo esperan.

Marcos Eduardo Ramos nació el 9 de junio de 1976 en la Maternidad de Nuestra señora de las Mercedes en San Miguel de Tucumán, su madre, Rosario del Carmen Ramos, ya tenía dos hijos: Elías Ismael y Camilo Adrián Suleiman, hijos de su primer matrimonio con Amado Suleiman.

Rosario era oriunda de Santiago del Estero, tenía 28 años, era conocida en su círculo familiar como Charo, militaba en el PRT-ERP, trabajaba como empleada doméstica y el lugar de militancia era la ciudad de San Miguel de Tucumán. Por esa militancia durante los primeros meses de 1976, fue secuestrada por primera vez en la localidad de San José, cuando se encontraba embarazada de Marcos. Fue liberada al poco tiempo y continuó militando.

Entre septiembre y noviembre de 1976, las fuerzas conjuntas volvieron a secuestrar a Rosario, pero esta vez se encontraba en su domicilio en el Barrio de San Cayetano junto a dos de sus hijos, Elias Ismael que tenía 6 años y Marcos que era aún un bebé de meses. Los tres fueron obligados a subir a un vehículo Ford Falcon y esa sería la última vez que estarían juntos.

Rosario permanece en calidad de desaparecida desde ese momento. Los hermanos fueron trasladados a una casa quinta ubicada en la localidad de Tafí Viejo. Allí ambos serían separados, y Elias Ismael no volvería a ver a su hermanito hasta el día de ayer.

Elías permaneció secuestrado por el lapso de un año y medio en una casa en la capital de la provincia de Tucumán, de allí logró escapar y volver a reunirse con su padre y su hermano Camilo.

En el año 1999 Elias realizó la denuncia ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y CONADI por la desaparición forzada de su madre y de su hermano. Por otra parte, en 2013 se recibió una denuncia en el Fondo Permanente de Recompensas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, con información que señalaba a un joven como hijo de desaparecidos, apropiado por una persona imputada por crímenes de lesa humanidad en la provincia de Tucumán.

Estos datos novedosos fueron entregados a la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, del Ministerio Público Fiscal, que inició una investigación para profundizar los datos contenidos en la denuncia. Tras verificar que resultaba probable que el joven efectivamente fuera hijo de desaparecidos, remitió la investigación a la Fiscalía Federal N° 1 y a la Oficina local de la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad de Tucumán, quienes a su vez dieron intervención al Juzgado Federal Nro. 1. Así se pudo encontrar a Marcos, quien accedió voluntariamente a realizarse los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, luego de que el juez ordenara tomar las respectivas muestras.

Luego de concluir con todos los trámites procesales de rigor, el 2 de agosto, los hermanos pudieron volver a encontrarse. Camilo en la Conferencia de prensa dada en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que el reencuentro “Es la restitución de 42 años de amor no vivido” y que  “es saber la vela de la esperanza todavía sigue encendida y que la lucha aún continúa”.

Este es el segundo caso de restitución de identidad que se realiza en Tucumán, una de las provincias más golpeadas por la dictadura militar y se calcula que  una veintena de jóvenes aún deben recuperar su identidad.

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