Reproducimos a continuación comunicado del Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistan – Argentina

A LA PRENSA NACIONAL E INTERNACIONAL Y A LA OPINIÓN PUBLICA EN GENERAL

La militante kurda Gulizar Taşdemir  fue extraditada desde Noruega a Turquía, este miércoles 4 de julio de 2018.

Desde su llegada a Turquía ni su familia, ni sus abogados, tienen información sobre su estado de salud, ni dónde está alojada, lo cual profundiza la preocupación sobre Taşdemir.

Activista feminista, de Derechos Humanos y de los derechos legítimos del pueblo kurdo, permaneció como refugiada en Noruega desde el año 2015, a la espera de protección en virtud de la Convención de Ginebra sobre los Derechos de Asilo.

El delicado estado de salud de Gulizar y la necesidad de atención médica permanente no fueron tampoco tenidos en cuenta al momento de su petición al Estado noruego, quien negando la solicitud de asilo debido a su identidad política, procedió a su extradición, atada de pies y manos en un vuelo que la devolvió a Turquía, donde es perseguida debido a su participación activa en la lucha kurda y donde los riesgos evidentes de tortura y malos tratos, hacen peligrar seriamente su vida.

Tras acuerdos bilaterales firmados con Turquía, violatorios de los Derechos Humanos, Noruega una vez más está entregando a los kurdos a sus torturadores.
Ya es hora de que Noruega y el resto de los países integrantes de la Unión Europea, respeten las convenciones y tratados que ellos mismos han redactado y suscrito en materia de Derechos Humanos.

En virtud de ello, desde el Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán – Argentina y desde los distintos Comités de Solidaridad en toda Latinoamérica firmantes de esta declaración, nos sumamos al reclamo del Movimiento de Mujeres Kurdas y del pueblo kurdo en general, y hacemos responsable al gobierno de Noruega y a los países signatarios de la convención de Ginebra y el Estatuto de Refugiados que de ella deviene, sobre las consecuencias dramáticas de este retorno a un país donde el Poder Judicial se encuentra sometido a la voluntad política de un gobierno, que ha suspendido además la aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, a la vez que adopta medidas para proteger el uso de la tortura contra los detenidos.

Pedimos a todas las instituciones, al Comité de Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa, al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y al Parlamento Europeo que tomen nota de la extradición y que disponga para la activista kurda el tratamiento y la consideración que corresponde como presa política, respetando sus derechos básicos.

Finalmente, llamamos a todas las mujeres, feministas y activistas de los Derechos Humanos de nuestro continente, a denunciar esta flagrante violación de sus derechos a una activista que ha entregado su vida a la lucha de su pueblo por su derecho a existir.

Lunes, 9 de julio de 2018.-

 

 

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