La reforma del Código contravencional de la Ciudad de Buenos Aires propuesta por el Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y su ministro de Justicia y Seguridad, Martín Ocampo, no deja lugar a dudas. De ser aprobado el proyecto, la persecución y represión de lxs artistas callejeros que vine ocurriendo en la práctica hace años en la Capital Federal, se verá profundizada y legalizada. Bajo la figura de ruidos molestos, la policía podrá actuar sin ningún tipo de denuncia ni mediación previa, incautando las herramientas de trabajo y deteniendo a quienes día a día enriquecen la cultura de la ciudad y se ganan el mango con un trabajo tan poco valorado como el de ser artista.
Este proyecto de reforma se enmarca por un lado, en una política represiva integral del Gobierno de la Ciudad. Lo vimos en los violentos desalojos de lxs manterxs de Once y Flores, y hace muy pocas semanas con la brutal represión a inmigrantes senegaleses. Con la policía metropolitana desplegada en los barrios porteños, buscan así achicar cada vez más el uso del espacio público y la libertad de quienes vivimos día a día en la ciudad. Al mismo tiempo, con el nuevo Código, se profundiza una política hacia el sector que se ha basado en clausurar espacios culturales independientes y desfinanciar programas y políticas publicas que dinamicen la cultura.
Por este motivo, cientos de artistas se congregaron en la puerta de la legislatura, para poner un freno a este nuevo intento de criminalizar el arte callejero. Debemos continuar en las calles, con unidad de todos los sectores convencidos que el arte y la cultura no son un delito.

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