Foto de Tincho Magallanes

La inflación en la cima

Alfredo Cornejo ha logrado un nuevo récord nefasto en su gestión: 16% de inflación acumulada desde enero. La más alta del país. A mitad de junio, la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) de la provincia de Mendoza dio a conocer esos índices de inflación que reflejan fríamente aquello que los/as trabajadores/as vivimos todos días: la plata no sólo no alcanza, sino que a medida que avanzan los meses alcanza menos.

Pero aún más, en la comparación interanual entre junio de 2017 y de 2018, el porcentaje es del 30%. El rubro que lidera los aumentos es alimentos, bebidas y transportes. Es decir, productos de consumo básico en cualquier familia trabajadora.

Mientras se escribe esta nota, los diarios anuncian un nuevo aumento en los combustibles y se multiplican en las redes imágenes de facturas de gas que alcanzan y, en muchos casos superan los $2.000.

La decisión política de reducir salarios

La contracara de esta situación son los salarios de los/as trabajadores/as. En particular, los/as estatales padecemos los sueldos más deprimidos: un/a municipal de primera categoría tiene un inicial que a partir de julio será de $5.800; una celadora que recién se inicial apenas roza los $8.000 y una maestra con diez años de antigüedad en el sistema apenas llega a los $13.000.

Todos esos valores están por debajo de la línea de pobreza. Y pagar hoy una factura de gas puede significar una porción enorme del salario. Pero todo esto no son errores ni descuidos: la miseria del pueblo es política planificada.

Cornejo es sincero -sinceridad le sobra a este gobernador- cuando afirma que: “Creemos que todos los gobernadores, sean peronistas, sean del PRO o radicales, deben apoyar los objetivos del Gobierno nacional de reducir el déficit para el año 2019 y para el 2020. Esos objetivos son imprescindibles para mantener en pie el plan económico.”

Urgente: unidad de los gremios estatales

En una provincia donde el salario real lleva cinco años en caída libre y donde de forma inversa crece a pasos agigantados la pobreza, el hambre que golpea sobre todo a nuestros pibes y pibas, un frente de gremios estatales es una tarea urgente.

Hay que sentar a Cornejo a rediscutir los salarios y arrancarle lo que es nuestro, lo que nos roban todos los días. Ningún gremio puede lograrlo por separado. Por eso, la unidad debe concretarse inmediatamente.

De sobra el pueblo mendocino ha demostrado capacidad de movilización. Con un plan de lucha de unidad que aglutine a toda la administración central, municipios, escuelas y hospitales y que sume toda la fuerza de los movimientos sociales y convoque ampliamente a otros sectores como estudiantes y a todas las compañeras del movimiento feminista que hoy son las verdaderas dueñas de las calles podemos vencer.

Cornejo asumió con un discurso de llamado al orden y al ajuste. Ha cumplido puntillosamente su tarea: miseria, persecución política, represión y mucho despilfarro de plata para plazas que estaban en perfectas condiciones o para el empedrado absurdo de bulevares llenos de árboles. Así piensan los patrones que nos han declarado la guerra.

La clase trabajadora tiene que cumplir su tarea. Es hora de ser rebeldes contra el explotador. Hay que unirse para derrotar a los que nos quieren derrotados/as.

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