Hazte la fama y échate a dormir reza el dicho popular, y sin dudas Macri ya hace tiempo se ha hecho la fama y es por esto que sabemos, o intuimos muy correctamente, cuáles son las reales intenciones de las reformas que está impulsando en el mundo laboral. En esta nota nos proponemos ahondar en el contenido concreto de la reforma y sus consecuencias, desandaremos algunas de las ideas fuerzas con las que el gobierno busca respaldarla y plantearemos las tareas que las y los laburante tenemos por delante para hacer frente a esta ley.

 

El contenido de la reforma laboral y su supuesto “blanqueo”

Los medios de comunicación masivos no nos han dado una clara información acerca de qué es todo lo que contiene la reforma laboral. Es decir, algunos medios nos han dicho que la misma contiene ciertas modificaciones, y otros han marcado que contienen reformas distintas, o menor cantidad. Hay un claro resguardo de la información, absolutamente intencional, que nos impide ver realmente cuáles son los cambios que se vienen. Por eso en primer lugar en esta nota nos interesa clarificar qué modificaciones, dentro del llamado punto del “blanqueo laboral”, están incluidas en la reforma que se tratará en el congreso el próximo mes.

* La ley también trata dos puntos más respecto a pasantías formativas y la creación de una agencia tecnológica médica que no serán trabajados en esta nota.

A- En primer lugar Cambiemos quiere  perdonarle a los empleadores las deudas que tengan por aportes y contribuciones (pagos al sistema previsional de jubilaciones, Pami, Asignaciones familiares, etc.) por tener a trabajadores y trabajadoras en negro o mal registrados/as, si deciden dentro de un año “ponerlos en blanco” como las leyes marcan.

B- Si el empleador decide acogerse a dicho régimen, a las y los trabajadores se nos reconocerán hasta cinco años de aportes jubilatorios en el tiempo que no estuvimos registrados/as. Pero aquí se esconden dos trampas. La primera es que los aportes se computarán según el Salario Mínimo Vital y Móvil. Es decir que si cobrábamos más que dicho salario mínimo, se nos computarán entonces aportes menores a los que nos hubiesen correspondido. Y la segunda es que si la situación de irregularidad se extendió  por un tiempo mayor a los cinco años, por ejemplo ocho, solo se computarán aportes por cinco, desconociendo esos otros tres años que efectivamente trabajamos.

C- En otro orden de cosas, si el empleador decide optar por este régimen y “blanquear”, las y los trabajadores tendremos prohibido ir a la justicia reclamar la reparación por estar años mal registrados o no registrados. Es decir, nunca se reparará ese daño.

DPero peor aún, se eliminan completamente las indemnizaciones por empleo no registrado o mal registrado. Hoy en día existen indemnizaciones para no solo reparar el despido sin causa (indemnización por antigüedad), sino también para reparar los años que las y los trabajadores estuvimos en negro o mal registrados/as (mal la fecha de ingreso o mal el salario que realmente percibe). Esto hacía que las indemnizaciones sean más grandes y justas para quienes tuvimos que pasar años en la informalidad. Si esta ley se aprueba, las y los trabajadores no recibiremos estas indemnizaciones, sino que las mismas irán a la Anses.

ETambién la reforma busca disminuir la indemnización por despido sin causa. Hoy en día, si el empleador decide despedir a un trabajador/a debe abonarle una indemnización de un salario por año trabajado. Es decir, si trabajé 10 años, deberán pagarme 10 salarios (entre otros conceptos como el preaviso). Esa indemnización toma el salario básico, pero también toma el llamado aguinaldo, los premios o bonificaciones, compensaciones, otros tipos de “plus”, etc. Cuando vemos nuestro recibo de sueldo está compuesto por el salario básico, pero también un montón de conceptos que hacen más grande el salario final. La reforma que ya está en el congreso busca que todos esos conceptos agregados se quiten de la base del cálculo. Entonces si yo cobro $7.500 de salario básico y $4.500 de premios, compensaciones y bonificaciones, hoy me toman $12.000 para calcular la indemnización. Con esta ley solo me tomarán los $7.500 de salario básico, reduciendo sensiblemente la misma.

FAdemás la reforma también crea un “Fondo de Cese laboral” donde el patrón aportará durante toda la relación laboral para que luego, ante despido sin causa, de ahí se extraigan los montos para la indemnización. Uno de los problemas acá es que la ley no aclara qué porcentaje mensual del salario deberá ir aportando el empleador al fondo, lo que puede generar a futuro que el mismo sea insuficiente para pagar la indemnización. Lo que tampoco dice la ley es que el empleador casi en la totalidad de las veces decide no pagar la indemnización haciendo pasar los despidos por supuestas causas justas, o negando la existencia de la relación laboral si ésta no se encuentra registrada.

 

El fomento no es al trabajo en blanco, sino al trabajo en negro.

Entonces, habiendo desandado un poco el contenido del proyecto que impulsa Cambiemos, podemos sortear de alguna manera la desinformación con la que acompañan los medios masivos respecto al verdadero objetivo de la reforma que buscarán aprobar en el Congreso.

Ahora bien, lo que nos queda como tarea no menor es desmenuzar el discurso del macrismo en cuanto a la reforma, sobre todo su planteo respecto a que la misma vendría a reducir el trabajo en negro o mal registrado, y a elevar los índices de trabajo registrado. Veamos qué hay de cierto y que no en esta afirmación.

En primer lugar debemos irnos al antecedente más cercano en nuestro país respecto a intentos gubernamentales de reducir el empleo no registrado mediante una ley sancionada por el congreso. La más cercana y aún en vigencia es la Ley 24.013 (la cual incluye las indemnizaciones por empleo no registrado que serían eliminadas con la nueva propuesta). Esta ley fue sancionada por el menemismo en nuestro país, y decía perseguir el mismo objetivo: intentar eliminar o reducir el trabajo en negro en la Argentina. Su resultado está a las claras. Sin embargo la misma contenía sanciones para el empleador que no se acogía al blanqueo, que son las multas que esta nueva ley se propone  borrar (punto D de la primer parte).

Acá está el primer punto flojo del argumento del gobierno: el nuevo proyecto de reforma no contiene ninguna sanción para el empleador que decidiese no acogerse al blanqueo de trabajadores/as. Es decir si los empleadores no blanquean a sus trabajadores y trabajadoras el proyecto no dice qué consecuencias traería esto al empleador, no impone sanción alguna. Pero más aún, no solo no impone sanción alguna, sino que elimina las sanciones que imponía la Ley 24.013.

Sobre esto ya se han expedido los propios “voceros legales” de los empresarios, los/as abogados/as que hacen de su trabajo el defender a las patronales y empleadores. Ellos mismos ya han dicho que una reforma de estas características no ataca al empleo en negro, ya que no contiene sanciones ante el incumplimiento, y además porque no contienen planteo alguno de agudización del control a quienes estén fuera de regla por parte del Ministerio de Trabajo. Por cuanto fueron claros en la postura, “a nuestros representados no les conviene acogerse al blanqueo, y además no hay nada que los coercione a hacerlo”.

En segundo lugar, la ley no solo no fomenta la registración de trabajadores/as por parte de los empresarios, sino que absolutamente todo lo contrario, este proyecto de reforma al modificar el régimen de indemnización viene a hacer “más baratos” los costos de tener trabajadores/as sin registrar. Para los patrones será más barato despedirnos cuando así lo dispongan, y sabemos que para ellos todo se reduce a una cuestión de números y rentabilidad. Por nuestra parte, los laburantes que estamos en negro quedamos aún más desprotegidos. Hoy en día al estar en una situación de irregularidad podemos optar por ir a la justicia a realizar la denuncia, sabiendo que esto muy posiblemente nos cueste nuestro laburo, pero dicha situación deberá ser resarcida parcialmente con una indemnización pagada en un tiempo bastante largo. Con la nueva ley esas indemnizaciones se verán disminuidas considerablemente, quedando los laburantes más atados a empleos que no cumplen con todos nuestros derechos y en una situación de mayor fragilidad, ya que desecharnos será más barato para la patronal cuando así lo desee.

Así, lo que esta nueva ley hace es aportar a la subsistencia del trabajo en negro, ya que las alternativas para el/la trabajador/a a su trabajo no registrado o mal registrado son absolutamente inciertas y decepcionantes.

 

Un capítulo más en el incesante ataque contra las jubilaciones

Por otro lado, un aspecto importante de este proyecto es el enorme desfinanciamiento que implicaría para la Anses generando un daño irreparable a futuro a las y los laburantes de nuestro país. A la reforma previsional ya sancionada que reduce sensiblemente las jubilaciones, también hay que sumarle el efecto de la reforma tributaria ya aprobada, y la nueva ofensiva que pretende esta reforma laboral.

En primer lugar la reforma tributaria, entre tantos puntos, dispone que ya para el año 2022 los empleadores no pagarán ningún tipo de contribución patronal por los sueldos de $12.000 o menos. Esto implica más plata en los bolsillos de los empresarios, sin beneficio alguno para los/as trabajadores/as, y menos plata en la Anses.

Pero más aún, a esto se le suma el contenido del proyecto de reforma laboral. En el punto A de la primer parte de esta nota explicamos cómo a los empresarios que decidan blanquear a sus trabajadores/as se les perdonará la deuda con los organismos de la seguridad social como la Anses. ¿Cuál es la pantalla que el macrismo usa para ocultar esto? Como vimos anteriormente (punto D), según esta nueva ley parte de las indemnizaciones que hoy recibimos los trabajadores por haber estado trabajando en negro, ya no la recibiremos, sino que irán a la Anses.

Pero como ya dijimos, en la situación de fragilidad en que quedaríamos los laburantes con la ley propuesta haría que sea poco conveniente intimar a nuestro empleador, llevándonos en muchos casos a optar por seguir trabajando en negro, por lo tanto ningún dinero irá para la Anses. Y en los casos que si se dé la intimación al empleador, y luego de años se gane el juicio, las multas para la Anses no se calcularán sobre el salario de las y los trabajadores sino sobre el salario mínimo, vital y móvil. Concluyendo, se configura un cálculo matemático en que la Anses obtiene menos dinero que el que obtiene con la existencia de la ley 24.013, a lo que hay que sumar la inexistencia de  presiones para el empleo en blanco por lo que decrecerán también por este lado las contribuciones. La ilusión que busca construir el macrismo se cae al instante.

Es entonces que, fomentando el trabajo en negro, el gobierno en el mismo movimiento construye todo un sistema de desfinanciamiento progresivo de la Anses. Se perjudica al/a trabajador/a en actividad, y así también al/a trabajador/a pasivo/a. No hay momento de la vida, no hay momento etario alguno, en que un/a trabajador/a se salve de la avanzada sin reparos del macrismo por sobre los derechos laborales más elementales.

 

La pelea en la calle es nuestra solución.

Como venimos sosteniendo, lo que el macrismo busca llevar adelante es una reconfiguración estructural entre la relación capital-trabajo. ¿Esto qué significa? Entre otras cosas significa más dinero para los empresarios, y menos dinero y derechos para las y los laburantes. Cambiemos buscará modificar ciertas reglas de juego, en esta ocasión cambiar las mediaciones legales que existen entre quienes trabajamos, y quienes hacen uso de nuestro trabajo para aumentar sus ganancias de modo que quedaremos más desprotegidos y con menos herramientas para defendernos.

Por todo lo aquí dicho, la reforma laboral se nos presenta como una parada a la cual no le podemos ser esquivos. Allí se jugarán años de mayor sufrimiento para el pueblo trabajador y sobre todo para aquellos sectores del mismo, como las mujeres, disidencias y la juventud, donde los índices de precarización, malas condiciones de trabajo y ausencia de derechos se multiplican.

Así como hemos encendido las calles ante la reforma previsional tendremos que redoblar esfuerzos para demostrarle al macrismo que no podrán avanzar sobre un derecho más de este pueblo que tanto lucha por su dignidad. Como venimos diciendo desde Venceremos, sabemos que la clase obrera llega a esta contienda con mayores niveles de organización y experiencia que en momentos anteriores para hacerle frente a esta avanzada. Es tarea de todos y todas comprometernos en esta batalla para llegar a nuestras casas con la victoria bajo el brazo, con la tranquilidad de haberlo dejado todo en la calle, como en tantas otras veces de la historia la clase trabajadora argentina lo ha hecho.

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